Negociados inmobiliarios en Bajo Belgrano : Juan Felipe Manavella y la venganza del kirchnerismo sobre los "porteños soberbios"
Se encuentra conmocionado el barrio porteño de Bajo Belgrano a partir de la manipulación que la Legislatura se encuentra realizando y que beneficiaría la construcción de nuevas torres en la zona. El caso ruso y la venganza del kirchnerismo contra los capitalinos que rechazaron a Cristina Fernández de Kirchner en las presidenciales. Los oscuros intereses del negocio inmobiliario en la Capital Federal y el arreglo económico con los legisladores.
21 de Julio de 2010
La noticia ya rebota en los medios : dignatarios de la embajada de la Federación Rusa han presionado, con resultados positivos, a la Legislatura porteña para que se les permita llevar adelante un proyecto de torres en Bajo Belgrano. La excusa utilizada por los dignatarios extranjeros es la de siempre, y suena demasiado a una aceitada tomada de pelo : "dar trabajo a obreros argentinos y a empresas locales".
La zona en cuestión está comprendida por dos manzanas ubicada entre las calles Dragones, Cazadores, Blanco Encalada y Olazábal y que pertenecen a la Federación a partir de un convenio realizado antiguamente entre el gobierno ruso y un particular. La zona descripta estuvo, desde hace tiempo, categorizada como residencial, y allí está prohibido construir edificios en altura, salvo en áreas puntuales.
Pero el 6 de diciembre próximo, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires tratará la modificación de los permisos para construir en la zona y todo parece indicar que tales cambios se aprobarán sin pelea. Ello permitirá a los rusos asociarse con una importante empresa constructora que ya ha llevado adelante varios proyectos de torres, según la información obtenida por El Ojo Digital. Lo que es más -y que ya dista de ser una sospecha, para convertirse en una confirmación-, ciertos legisladores se verán beneficiados con la "operación", como ya lo han hecho en otras oportunidades. Porque en la Buenos Aires actual, aunque desordenada y sucia como nunca en su historia, los desarrollos inmobiliarios están en la cresta de la ola, a partir del boom inmobiliario internacional que, al contrario de lo que algunos creen, no se debe a los aciertos de la Administración Kirchner sino a la coyuntura mundial y a la búsqueda de áreas vírgenes para los desarrollos de bienes raíces.
Pero, como es obvio, en esta Buenos Aires también existe oportunidad para los "negociados". En numerosos barrios porteños, los códigos que refieren a los permisos de la construcción han sido modificados en más de una oportunidad, y casi siempre para llenar los bolsillos de legisladores que, solo en teoría, velan el interés de los ciudadanos.
La sospecha en el caso de Bajo Belgrano recae principalmente sobre el Director de la Comisión de Planeamiento de la Legislatura, Juan Felipe Manavella, quien, curiosamente es de extracción kirchnerista. Manavella es parte de la nueva arquitectura oficialista que ya comienza a mover los hilos para perjudicar, adrede, a la mayoría de porteños que han despreciado groseramente la candidatura presidencial de Cristina Fernández Wilhelm, humillada a nivel local en las recientes presidenciales. Y la orden, se sabe, provino "de arriba" : castigar con el mayor rigor posible a los "soberbios" porteños, para citar las palabras del tristemente célebre Jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Escuela de la que también forman parte el ex conductor de televisión Claudio Morgado y otros impresentables.
El caso de Juan Felipe Manavella es fascinante. Este "legislador" ha planteado, sin pelos en la lengua, que las normas para la construcción en los barrios datan de finales de los setenta, y que ello no ha contemplado el crecimiento que se ha observado en los distintos barrios de la Ciudad. "Actualmente hay muchos terrenos grandes sin uso, con normas que son de 1977 y que no reflejan el crecimiento que ha tenido el barrio. No queremos que esas tierras sigan inútiles. Se podrían desarrollar shoppings, centros comerciales y viviendas". Palabras textuales de Manavella a Clarín. Aún más, el legislador kirchnerista se ha dado el gusto de emprenderla contra los vecinos de Bajo Belgrano, valientemente autoconvocados para impedir el proyecto de los rusos, diciendo que no los comprende.
Con todo, no deja de ser interesante repasar el accionar de Manavella en la Legislatura. Tarea que no se centró, precisamente, en favorecer los intereses de los ciudadanos. El polémico diputado kirchnerista no solo está ahora a favor de la construcción desaforada de torres en barrios residenciales, sino que en el pasado reciente ha presionado por defender los corruptos intereses del gremio de los encargados de edificios, SUTERH, y que está en manos de la familia Santa María. Manavella aprovechó una sesión para reclamar que los encargados de edificios logren, mínimamente, que les sean otorgadas viviendas de no menos de 40m2 en los consorcios. Ciertos referentes kirchneristas -aliados en la Capital Federal con la mafia de Santa María- han hecho todo lo posible para que el pasar de los encargados sea digno de un paraíso, permitiéndoseles incrementos de sueldos de porcentajes exorbitantes, al menos dos veces por año en los últimos tiempos, reducción de jornadas laborales y beneficios ridículos para el momento del retiro. Cualquier consorcista que reside en Buenos Aires conoce en detalle la interminable lista de beneficios de que disfrutan los encargados. Y se conoce mucho también sobre de la imposibilidad manifiesta de despedir al encargado actual para contratar uno nuevo. Tanto las leyes vigentes como la propia Justicia están posicionadas, desde el principio de cualquier causa, en favor de la víctima, alias "encargado". Es así como, para los consorcios, se vuelve una misión imposible deshacerse de empleados que no cumplen sus tareas en lo más mínimo y que siempre se escudan en "el gremio" a la hora de defender su vagancia. Lamentablemente, son más las malas noticias que las buenas, cuando se hace referencia a este tema. Y los costos, como no podía ser de otra manera, los paga con creces (e intereses) el ciudadano. Los gastos de expensas se han disparado, en los últimos cuatro años, en más de un 60% como consecuencia del tráfico de influencias que SUTERH ha sabido tejer con el poder kirchnerista. Situación que, tras cada acto electoral, se volverá peor para los porteños, pues, como bien se sabe, el oficialismo se comporta vengativamente con aquel que no piensa igual. Y todo a partir del deleznable del casi ex presidente Néstor Carlos Kirchner de acumular poder a cualquier costo : lo hizo con los taxistas violentos de Omar Viviani (quien ahora mandó destruir junto con Hugo Moyano, nuevamente, la Legislatura) y lo hizo luego con Santa María y SUTERH.
El mencionado Juan Manavella no se preocupa por la propia situación cuando se habla de las habilitaciones para la construcción en Bajo Belgrano. Seguramente será porque su domicilio declarado se corresponde con otro barrio, en la calle Hipólito Yrigoyen 636, 6 "B". Para los interesados de las asociaciones de vecinos de Bajo Belgrano, pueden saber que tienen la posibilidad de comunicarse con su más fiel representante a los teléfonos 4374-4770 o 4384-7011. Su email es jumanavella@legislatura.gov.ar.
Pero el proyecto ruso promete ser la punta del iceberg : el barrio de Bajo Belgrano volverá a estar bajo la lupa frente a este tema, dado que las grandes empresas constructoras se encuentran, por estas horas, realizando frenéticas averiguaciones para levantar grandes emprendimientos en terrenos libres o desocupados de la zona. Gestiones secretas se han comprobado, de parte de arquitectos de renombradas compañías desarrolladoras, por ejemplo, a los efectos de adquirir el predio que hoy ocupa un gimnasio -denominado El Balcón- en Echeverría 1050 (casi en su intersección con Cazadores). En este sitio, el código urbano prohíbe claramente construcciones en altura, pero las gestiones para modificar esta situación están más que avanzadas (sobornos mediante). Por otro lado, empresas se han interesado también por la ex fábrica de medias localizada entre las calles Artilleros y Sucre. La propiedad se encuentra embargada y es un capítulo de un largo juicio que llevan adelante los ex empleados de la fábrica contra los propietarios, que en su momento decretaron la quiebra. En el lugar bajo análisis, existió en su momento interés de parte de una cadena de hipermercados -Coto- para levantar un local de magnitud. Pero, según cuentan en el propio barrio, el pandemónium estallará cuando -dentro de no mucho tiempo- empresas constructoras hagan realidad su sueño y se apoderen de los terrenos del club Excursionistas para desarrollar proyectos inmobiliarios de categoría. De acuerdo a detalles obtenidos por El Ojo Digital, ya existen tratativas entre constructores y directivos del club de fútbol para consumar la operación en un futuro no muy lejano. Aparentemente, los malos resultados futbolísticos, sumados a la ruina económica del club, llevarán a una convocatoria de acreedores en no muchos años más. Y los constructores interesados no quieren perder tiempo, aunque falte mucho para comenzar a ver en acción a las cuadrillas de obreros. Los que seguramente no protestarán, en este caso puntual, serán los propios vecinos, cansados del bullicio que proviene del estadio en pleno torneo y que destruye la tranquilidad del barrio los días sábados. Pero los casos de la ex fábrica de medias y el caso de la propiedad de Echeverría 1050 -otrora Fundación Natalio Salvatori- preocupan. Y mucho.
Baoj Belgrano promete ser el campo de batalla futuro entre los legisladores kirchneristas que favorecen los oscuros intereses de los constructores, y la Asociación Vecinos Autoconvocados del Bajo Belgrano -que pugnan por defender la tranquilidad de la zona-. Todo parece indicar que la noticia actual ha sido nada más que una escaramuza y que la contienda se prolongará por mucho tiempo más.
El Ojo Digital Sociedad