Intriga en Palacio. Nilda Garré versus Aníbal Fernández. La Inteligencia y la realidad de las Fuerzas Armadas
Cobró relevancia recientemente en los medios el tema de las relaciones tormentosas entre funcionarios clave de la Administración Kirchner (Aníbal Fernández y Nilda Garré), a partir de la remoción del General Osvaldo César Montero de Inteligencia Militar. ¿Existió un complot de parte de Aníbal contra la Ministro de Defensa? Las relaciones entre la comunidad de inteligencia y el estado de la defensa nacional.
21 de Julio de 2010
Han pasado más de dos semanas y continúa sobre el tapete el escándalo desatado entre la Ministra de Defensa Nilda Garré, Aníbal Fernández, y el General -hoy ya retirado- Osvaldo César Montero, este último un simple peón en el enorme tablero de ajedrez de la inteligencia nacional. Ello, de acuerdo a distintos medios de comunicación. Por su parte, Diario Clarín elaboró la poco creíble hipótesis de que el ex general utilizaba un celular suministrado por un agente de la S.I. (Secretaría de Inteligencia, ex SIDE) de nombre Pocino.
Quien esto escribe no puede aún salir de su asombro : ¿es factible que un General de la Nación de un área tan sensible como lo es la Inteligencia se preste a la utilización de un elemento de comunicaciones suministrado, de hecho, por el oponente? En nuestro país, la denominada llamada comunidad de inteligencia es totalmente recelosa a la hora de vincularse con otros servicios. Aunque parezca extraño, para el común denominador de los ciudadanos de comunidad solo se obtiene el nombre y nada se facilita, nada se acepta de otros y ni siquiera se intercambia información.
Por ende, asistimos a los detalles de una operación de inteligencia cuyo único propósito de desplazar a la Ministra de Defensa, la Doctora Nilda Garré. De haberse efectuado escuchas telefónicas, sin una causa judicial anterior sobre un ciudadano -más allá de que este fuera un general- se estaría incurriendo en actividades penadas por la Ley de Inteligencia número 25.520, que castiga severamente tal accionar y también a los individuos que incursionaren en ella.
Pero el tema de análisis reviste aún mucha mayor gravedad que lo planteado por las plumas mas excelsas del periodismo vernáculo, dado que aquí se habla de una conspiración, o bien un complot, pergeñado con el objetivo de desplazar una Ministra. Esto implica que los ejecutores de la operación están incurriendo en un ataque contra la democracia. Cualquier Fiscal de la Nación bien podría investigar el tema y tiene todos los elementos para hacerlo. Debe recordarse que rige en el país la Ley de Defensa de la Democracia, y los personajes involucrados deberían responder sobre lo actuado ante los estrados judiciales correspondientes. Y, al decir todos, no nos referimos al polémico General Montero en soledad; la investigación también debería abarcar a los políticos involucrados en la operación.
La Defensa Nacional sufre hoy de un proceso de absoluta y por momentos planificada desarticulación. El país se encuentra en un estado de indefensión sin precedentes, y pareciera que la dirigencia argentina no han considerado estrategias en este mundo post 11 de septiembre (en referencia al ataque contra las Torres Gemelas de Nueva York).
Por su parte, los oficiales pertenecientes a las Fuerzas Armadas están absolutamente desmotivados, carecen de conducción y podría decirse que su conducción se encuentra en un abierto estado de acefalía. No encuentran su razón de ser y carecen de hipótesis de conflicto. Mientras tanto, observan impávidos lo actuado por naciones de la talla de Chile, Brasil y Venezuela, que actualizan su capacidad operativa a pasos agigantados y con vistas al futuro. Cabe entonces preguntarse, ¿para qué conflicto se están preparando estas naciones? Y si acaso tal preparación estuviera, como se dice, confirmada, ¿debería la República Argentina dejar de prestar atención al escenario regional y quedar inerme? Si este fuera el caso, la conducción del país debería plantearse, al menos, seguir el ejemplo del Japón, que, luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, basó su defensa sobre tratados y pactos con potencias extranjeras. De esta forma, se daría por finiquitado el componente militar y proceder a la reasignación de esos recursos.
Como cualquier analista podría señalarlo, los problemas estratégicos del siglo XXI son múltiples y altamente heterogéneos, y la mayoría de ellos se centran en la puja por el control de los recursos no renovables, el terrorismo internacional y el narcotráfico.
Finalmente, es dable destacar que el nivel de oficiales y cuadros a ser tentados con una carrera militar difícilmente puedan ser los mejores jóvenes argentinos o los más preparados. Mientras un subteniente percibe hoy solo 1,200 pesos de sueldo, un empleado de mantenimiento (limpieza) de la empresa Metrovías llega a los 2,400 pesos básicos. No continuemos engañándonos con el argumento de la vocación : nadie tiene vocación de suicida, o bien de pauperizar a la propia familia.
Quien esto escribe plantea, de la forma más vehemente posible, que ha llegado el momento de plantearse qué sucederá con nuestras Fuerzas Armadas.
Por Sorge, para El Ojo Digital Política.
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Por Sorge, para El Ojo Digital Política