Sobre la "puta oligarquía", la crisis del campo y los tristes comentarios del piquetero oficialista Luis D Elía

La frase "puta oligarquía", disparada por el centurión D Elía, fue, sin lugar a dudas, poco feliz. El piquetero no es otra cosa que un provocador profesional al servicio de la satrapía que instauró el actual gobierno, seguramente el más plutócrata y desgraciado que haya tenido que padecer la ciudadanía de nuestro país. Hemos logrado retroceder, de la mano de las políticas económicas aplicadas por el señor licenciado Losteau y el secretario Moreno, a un régimen ciertamente fascistoide, perimido y anacrónico, no importa la lupa del análisis. Y especialmente si se compara lo que sucede en la Argentina con cualquier nación del primer mundo. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Herman Göering, responsable entre otras cosas del planeamiento económico del Tercer Reich, le comentaba a Henry J. Taylor - corresponsal de guerra- lo siguiente : "su América está implementando una serie de medidas económicas que nosotros descubrimos; nos causó muchos inconvenientes : están intentando controlar precios y jornales; el trabajo de su pueblo -si acaso eligen implementar ese sistema- deberá controlar la vida de las personas. Yo lo hice y fallé. Asimismo, una nación tampoco puede imponer un control absoluto; yo lo he intentado y también fracasé. Ustedes -continuó- no son mejores planificadores que nosotros. Supuse que sus economistas comprenderían lo que sucedió aquí. Sucederá como siempre : las naciones no aprenden de los errores de los demás y cometen los mismos errores una y otra vez. Pues parece que así ocurre en nuestra república. Lo paradojal es que estos errores sean cometidos por personas teóricamente formadas como el Licenciado Martín Lousteau -graduado en las más prestigiosas universidades del mundo-, o bien por el Secretario Guillermo Moreno, devenido en un montonero burgués anquilosado, retrógrado, obsecuente y pistolero de cartulina; ostentador de lenguaje soez y que cree solucionar los problemas de acuerdo a metáforas poco felices del tamaño de su pene o con una pistola sobre el escritorio, al mejor estilo gangsteril de Chicago o uno ligeramente más aggiornado como el modelo de la familia Soprano, serie que se podía seguir por tevé por cable. En cuanto al binomio gobernante, lo cierto es que no resisten el menor análisis : son carne de diván. El señor Shilock se da el lujo de propender la movilización de su adlátere, el esbirro del asentamiento el tambo como fuerza de choque, como guardia pretoriana y el señor no tiene mejor idea que propugnar la lucha de clases, al mejor estilo de las pujas entre mencheviques y bolcheviques. Disparó Luis D Elía : "Odio a la puta oligarquía y a la gente blanca de Barrio Norte". Entonces pregunto : ¿dónde reside el señor Jefe de Gabinete de Ministros Alberto Fernández? ¿Dónde tiene asentadas oficinas el usurero 1050? ¿No es acaso en Puerto Madero? ¿Qué coche le compró la señora Cristina a Flopi (la Primera Hija). ¿No fue acaso el bien británico Mini Cooper -emblema de la Puta Oligarquía-? Quien esto escribe, propone al señor Luis D Elía ir en serio por la verdadera revolución socialista de la que tanto se hablaba en los 70. Vayan, pues, por la expropiación de campos, pero como Dios manda. Si la intención es conmover cimientos, pues entonces se sugiere expropiar a los Blaquier, a los Grobocopatel y a grupos como el comandado por Elztain. Pero seguramente este último estará a salvo, dado que el Prescindente usufructúa oficinas prestadas por el "Puto Oligarca". ¿No será hora de que se fijen las estrategias adecuadas que nos conduzcan a la elaboración de planes serios de país? Seguramente sería más inteligente, en lugar de planificar trenes bala, abandonar el infantilismo y comenzar a recrear una verdadera red de ferrocarriles que abaraten costos en el traslado de nuestros granos... Otra gran idea sería mejorar el transporte urbano e interurbano de pasajeros para nuestra sufrida gente de trabajo duro. Y, dicho sea de paso, tampoco estaría mal abandonar el falso slogan gubernamental que reza "Pague en Blanco". Dado que, ¿acaso no es el Estado Nacional el principal evasor, a partir del eufemismo de las denominadas sumas remunerativas no bonificables? Por supuesto, la problemática de la falta de seguridad no puede abandonarse o dejarse a un lado. Ni qué hablar de la salud, la educación. Muchos deben estar pensando que lo correcto sería utilizar el dinero de las retenciones para solucionar estos problemas, pero estarían mintiendo, como siempre, al mejor estilo goebbeliano... Lo verdaderamente paradójico del sistema actual llega a la hora de intentar elucubrar cómo es posible que la paleolítica izquierda argentina compró el discurso kirchnerista. Solo se conformaron con algún juicio esporádico a algún geronte que hizo de las suyas hace más de treinta años. Para el piqueterismo, solo fue necesario cooptar a grupos minúsculos de violentos afines, y desde luego no se puede dejar de mencionar a los cheques girados desde el Gobierno Nacional a la "Universidad de la Calesita", cuyos destinos rigen y comandan las Madres de Plaza de Mayo...