Los argentinos, siempre pioneros. La tierra de la birome, el colectivo, y ahora, el matrimonio presidencial
Los actos de estos días, quizás como decían los romanos, nos dejaron un gusto amargo y una formidable cantidad de discursos presidenciales, de oportunos oficialistas, beneficiados y conversos, pero todos por igual difíciles de olvidar.
21 de Julio de 2010
Tal vez como nunca se percibió la destreza de Nestor Kirchner en el armado del escenario propicio para desmontar el terrible traspié político al que su arrogante esposa dio origen, para lo cual recurrió al acompañamiento de sus charlatanes de turno, movilizaciones de apoyo y el copamiento de los medios con sus arengas de trinchera.
Tan demodé están estas peroratas que es difícil que ellos mismos las entendiesen, la intervención al aire del Gran Piquetero con el conductor Fernando Peña es aun más que asombrosa y a su vez atemorizante si pensamos que esos señores son los que detentan poder en la Argentina de hoy.
El temor efectivo y determinado es ver a este vergonzante Don Quijote (perdón Don Miguel de Cervantes por la comparación) en su cruzada contra los blancos que se arriesgan a pensar distinto, y con la ventaja del apoyo explícito de funcionarios del gobierno y una total impunidad judicial.
La memoria nos ayudara a recordar que pocos gobiernos consumaron tantos traspiés en apenas 100 días, pero la Sra Cristina seguramente pagara un fuerte costo político, por su intrepidez de marzo 2008.
Las grandes circunscripciones, Santa Fe, Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires que resultaron las más rebeldes en las últimas elecciones al momento del conteo final de los votos presidenciales, es muy posible que en los comicios legislativos del año próximo puedan llegar a convertirse en un torrente de votos de escarmiento.
Su estilo de conducción, chequera en mano, sometiendo de gobernadores, intendentes y parlamentarios con su garrote vil o su afable compensación económica, esta vez se vio resquebrajada.
Hasta sus más fieles defensores como Daniel Filmus o Aníbal Ibarra y otros, huyeron espantados de la patota del desenfrenado Luis D?Elía, nadie quería quedar incluido en la agrupación de este autentico comediante de opereta.
Funcionarios como Martín Lousteau, Javier de Urquiza, y el súper ministro Alberto Fernandez, serian los probables recambios futuros, para tranquilizar las relaciones con el campo, de poco les sirvió la subordinación y valor de estos asistentes para defender al matrimonio, igual los responsabilizaran como los artífices de estos 21 días de desencuentros por sus intentos abortados de solución, aunque en el gobierno todos los burócratas saben que nada se hace sin la venia de sus superiores.
Ningún matrimonio en nuestra patria por lo menos, ha ventilado tanto sus secretos de alcoba, los argentinos sabemos que durante 21 días el matrimonio presidencial (institución nacional y criolla) se desveló especulando y examinando cada uno de los pasos a seguir y las piezas a utilizar en esta batalla contra los que se oponen a su proyecto hegemónico.
Ninguna administración ha gozado de tanto apoyo de los medios de comunicación por ideología o beneficio de negocios, sin embargo los Kirchner son ambiciosos e insaciable: tienen mucho pero como en la perinola lo quieren todo.
Sin embargo y a pesar de transmitir, casi en cadena nacional, que la economía marcha bien y no hay complicaciones serias a la vista, vemos distintos frentes de tormenta en el horizonte y rogamos que el matrimonio presidencial y sus ministros sean concientes de los mismos.
Problema 1 : la inversión. Durante estos casi 5 años en el poder, se ha ignorado la inversión competitiva como elemento innegable para el crecimiento. En sus ecuaciones los inversores incorporan, como variable fundamental, el respeto por los derechos de propiedad y las perspectiva futuras de cambios en el contexto económico y financiero, esto complica la solución, el país Kirchnerista con su estilo no inspira la confianza necesaria para atraer capitales de largo plazo.
Problema 2- : los subsidios. En 2007, el Gobierno destinó $ 14.626 millones a subsidiar diferentes actividades, $ 8.331 millones fueron a parar al subsidio del sector energético, $ 4.219 millones para el transporte, destinó $ 1.810 millones al sector alimentario, en total un 125% más que en 2006. Este manejo logra momentáneamente retrasar en forma ficticia algunos precios, financiando ese retraso con subsidios y consumo de capital, con lo cual el problema no termina de remediarse nunca, sino que se empeora con los años.
Problema 3 : la energía. La Administración actual interpreta que si el petróleo se produce acá, no hay razón por la cual deba tener el mismo precio que en el mercado internacional. Razonamiento por demás erróneo, la pregunta seria, ¿Por qué invertir para extraer gas o petróleo en un país en donde el precio es menor el internacional si en otros países se puede obtener el precio internacional pleno?, respuesta simple de la materia Economía 1 de la Facultad de Ciencia Económicas de la UBA.
Problema 4, la deuda. Según las estadísticas de la Subsecretaría de Financiamiento indica que la Argentina debe un total de u$s 165.339 millones, de los cuales u$s 27.024 millones son títulos que no se reestructuraron, u$s 5436 millones se deben al Club de París y el resto es deuda en bonos refinanciada. Ciertas inversiones de países desarrollados en la Argentina dependen de que el país vuelva a pagar la deuda que tiene con el Club de París, este pasivo se encuentra impago desde la cesación de pagos de diciembre de 2001. La otra deuda que tampoco se ha pagado son los bonos que no entraron en el canje de 2005 porque sus tenedores no aceptaron la fuerte quita propuesta por el gobierno de Néstor Kirchner.
El estilo de gobierno del matrimonio Kirchner es el único responsable de no clarificar este escenario a la población, mostrando lo inmediato y ocultando lo pendiente.
Es imprescindible un cambio de modelo económico y que lo administren personajes con un manejo diferente al del matrimonio Kirchner.
Sus formas de construir poder les resultan personalmente beneficiosas en el corto plazo, pero contrapuestas con una Argentina que pretenda crecer en el largo plazo.
Francisco Montesano para El Ojo Digital Política.
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Por Francisco Montesano, Totalnews.com.ar