La Presidente, obligada a negociar con el campo, tras el fuerte incremento en su imagen negativa
El kirchnerismo se encuentra más aislado de la realidad que nunca, e insiste -en la figura del ex primer mandatario Néstor Kirchner- en emprenderla contra el campo. Pero lo cierto es que, ante la imagen negativa de Cristina Fernández, que ya supera el 80%, la Presidente está obligada a sentarse a discutir personalmente la situación con el agro. Los rumores y la secuencia de ataques organizados que sufrirá el sector agropecuario.
21 de Julio de 2010
Lo confirmaron numerosos estudios de opinión liberados a los medios recientemente : la imagen negativa de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner roza el 80%. Dato gravísimo si los hay pues, para cualquier análisis, la estabilidad institucional es la primera en sufrir el impacto. Ningún líder, en ninguna nación civilizada del planeta, puede sobrevivir ante un índice de popularidad tan pauperizado.
Sin embargo, el kirchnerismo continúa apostando fuerte a pesar de no tener ni la iniciativa ni el capital político para hacerlo. Para rayar en lo ridículo, Néstor Carlos Kirchner coordina con Luis D Elía y grupúsculos insignificantes de piqueteros subsidiados por los impuestos de los contribuyentes, una andanada de ataques psicológicos contra los ruralistas. El problema es que tales ataques se han extendido al terreno físico, y Luciano Miguens puede perfectamente dar cuenta de ello. De acuerdo a lo denunciado por sitios de Internet, la Policía Federal removió los vallados que separaban a piqueteros de los referentes del agro que se reunieron en el microcentro recientemente. Ello permitió que Miguens fuera apaleado por un grupo compuesto por los inadaptados de siempre. Sugestivamente, el ataque tuvo lugar minutos después de que el Ministro del Interior Florencio Randazzo se encolumnara contra el campo y lanzando desafíos impropios para un funcionario de su categoría.
Mientras tanto, también la web Seprin.com reveló detalles escalofriantes que refieren al plano táctico del modus operandi del kirchnerismo contra el campo. De acuerdo a informaciones publicadas por el sitio de Héctor Alderete, la instrucción proveniente del doble comando Olivos-Puerto Madero es enviar a D Elía, Pérsico y sus piqueteros a amedrentar al agro, primero psicológicamente, y luego enfrentarlos hasta cuerpo a cuerpo si es necesario. Aparentemente, insiste el ex presidente en prohibir totalmente las exportaciones del agro para "dejar al sector" sin nada, pero la pregunta es cómo va a hacer la Administración de su señora esposa para sobrevivir sin dinero de retenciones, activos líquidos que sirven para mantener a raya a un grupo importante de intendentes y gobernadores mercenarios.
El clima de negocios en la Argentina, a partir de este escenario de agudo enrarecimiento político y social, se ha paralizado y la actividad económica ya es casi nula, además de que en el interior se ha cortado definitivamente la cadena de pagos. Sectores como el de la construcción -y por ende, las operaciones inmobiliarias que no tienen que ver con Puerto Madero- se han congelado y todos esperan para ver qué sucederá con el país en el corto plazo. Publicó La Nación recientemente que se incrementó en US$800 millones la cantidad de depósitos de argentinos en el Uruguay en los últimos meses.
Lo peor que podía pasarle a la Argentina, sin embargo, tiene gran relación con las operaciones al estilo Hugo Chávez cuya ingeniería ya se ha diseñado y puesto en práctica contra el sector agropecuario. Próximamente, se observarán más ataques personales contra figuras del sector, sin importar se trate de dignatarios de primera línea o de chacareros sin nombre en las provincias. Es irónico que el gobierno recurra a estas instancias, copiadas fielmente de manuales chavistas, dado que Chávez mismo no sobrevivirá luego de las presidenciales venezolanas de octubre. Lo propio sucederá con el boliviano Evo Morales, más tarde o más temprano, y el ecuatoriano Hugo Correa ya no tiene más razones para permanecer en el Ejecutivo en Quito, probadas sus conexiones con las FARC a partir de informes de InterPol (Policía Internacional). La Argentina, en manos de piqueteros y gremialistas bravucones, terminará siendo el último rincón para impresentables y resentidos. En este esquema de contraataque, la prensa también comenzará a sufrir el filo de la espada kirchnerista. A estas alturas, resulta francamente recalcitrante la manera como analistas reputados como Eduardo Van der Kooy y otros continúan defendiendo a la presente Administración y yendo en contra de un masivo 80% de ciudadanos que ya desean ver a Cristina y a su esposo fuera del poder. Como ya se ha dicho, basta con salir a la calle y prestar atención a los comentarios de la sociedad cansada.
Cansa también escuchar a Alberto Fernández -Jefe de Gabinete- y a Mercedes Marcó del Pont -titular del Banco Nación- repetir una y otra vez un discurso que ya no es aceptado ni por el más crédulo militante, a saber, que el sistema financiero tiene la capacidad de resistir cualquier crisis. "No hay condiciones objetivas para la corrida", dijo del Pont. "Los que compren dólares perderán", sentenció Fernández. Pero no comprenden estos funcionarios sin crédito que, en materia económica, no interesan las condiciones objetivas sino que solo tienen validez las expectativas. Si la sociedad considera que el sistema no aguanta, pues no aguantará. El Banco Central de la República Argentina ya debió desprenderse de US$1,500 millones para contener una disparada del dólar y -a este ritmo- el Banco perderá no menos de dos tercios de sus reservas de aquí a tres meses. Ante el escenario macabro de extrema desconfianza, el propio Néstor Kirchner ordenó a Redrado que aumente las ventas de moneda americana para "hacer sonar" a los supuestos especuladores y hacerlos perder dinero. No comprende Kirchner que en la Argentina jamás existió un presidente o líder que venciera al mercado. Y el mercado no está regido por los yuppies de que hablaba el huidizo Carlos Chacho Alvarez; este está compuesto, simplemente, por argentinos que se sienten obligados a proteger sus ahorros y que ya no le creen a político argentino alguno. ¿Puede Kirchner o cualquier dignatario de la patética y decadente "democracia" argentina culparlos? Desde luego que no.
En el proceso, y mientras sociedad y kirchnerismo se distrajeron con los vaivenes de la lucha contra el agro, los precios continuaron disparándose y hoy los combustibles han superado los $3 por litro en todo el interior, no importa si se trata de gasoil y naftas sin plomo. Todo indica que, en invierno, el litro de naftas premium alcanzará los $4 en medio de una imparable escasez. Los propietarios de vehículos diesel serán los más perjudicados, pues en muchos casos ni siquiera podrán hallar gasoil carísimo. Kirchner lo hizo. Ni hablar de lo que sucederá con el gas para distribución domiciliaria. El fluído comenzará a escasear peligrosamente apenas se acerquen las bajas temperaturas que, por ahora, demoran su llegada.
Ya corren las apuestas en la City. En palabras del mismo broker que pronosticara en su momento la salida del Ministro Lousteau a El Ojo Digital, "los Kirchner -o al menos Cristina- deberán despedirse en julio. Simplemente no podrán contener la implosión que se está cocinando a nivel micro y macroeconómico. No interesa que manden al piqueterismo bien remunerado a apalear a ruralistas o manifestantes en Plaza de Mayo. Esto es anecdótico aunque ello produzca muertes. El hecho comprobable es que el matrimonio presidencial deberá, tarde o temprano, abandonar. Las salidas son, o bien prolongar la agonía y continuar reprimiendo los datos económicos (lo que se está haciendo ahora y que tiene como final una explosión fabulosa de los precios con tremendas consecuencias para los sectores sociales bajos y medios), o bien permitir un incremento de precios ahora mismo, del orden del 100% por lo menos, a los efectos de sincerar la economía. De cualquier forma, la alternativa es que la sociedad no lo aguantará. Acá también llegó el informe de Giacobbe que le da un 77% de imagen negativa a Cristina. Todos los operadores del mercado tenemos la obligación de confrontar los temas puramente numéricos con lo político, por más impredecible y dinámico que ese rubro sea. La devaluación del peso, hoy por hoy, es una salida viable, y debería ser de entre el 15% y el 30%. De otro modo, habrá que recurrir al denominado bono solidario y congelar depósitos superiores a $100,000. En pocas palabras, un nuevo corralón.
Por Matías Ruiz, para El Ojo Digital Política.
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Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política