Cristina Fernández de Kirchner en las Naciones Unidas. Confirmado : la Presidente se contagió del mal de la "Vaca Loca"
La presentación inaugural de CFK ante la Asamblea General de las Naciones Unidas no podría haber sido más desopilante. Será recordada en los ambientes diplomáticos como una de las piezas oratorias más disparatadas que se recuerde.
21 de Julio de 2010
Primer pecado imperdonable. Nuevamente improvisó el discurso. Ningún Jefe de Estado comete este dislate. Todos leen un texto previamente escrutado al máximo, puesto que, a posteriori, cada palabra utilizada será analizada por las distintas cancillerías. Léase, se pueden proponer argumentos fuertes, pero usando un lenguaje por demás delicado. "Lo cortés no quita lo caliente". CFK agredió a varias potencias extranjeras con desmesura. Desconociendo in totum el estilo diplomático. En consecuencia, a los ojos del mundo, se igualó con el mico bolivariano, pero con polleras.
Segundo pecado imperdonable. Proclamó urbi et orbi que el modelo K es más exitoso que el propuesto por las naciones más ricas del planeta. Para peor, lo hizo desde la ética y la moral. Hasta el más distraído de los habitantes de la Tierra sabe que agachadas hay por todos lados. Pero que desde la Argentina y de la boca de los K, se lisonjee al resto, suena "too much". Si hay algo que los argentinos y menos aún los Kirchner podemos hacer, es pretender pararnos desde la óptica de un país impoluto y de un gobierno ejemplar. Somos defaulteadores seriales. Hemos estafado a los ciudadanos de medio planeta. Nos hemos defecado en las instituciones y en las leyes. Hemos pisoteado de manera consuetudinaria nuestra Carta Magna. Tenemos una Justicia payasa y un Parlamento sordo, mudo y ciego. Y, por si todo esto no fuera poco, en un juzgado de Miami, se ventila ante los ojos de todos, la corrupción generalizada que corroe transversalmente a la Nación toda.
Tercer pecado imperdonable. La Tilinga aprovechó el escenario internacional para hablarle al (ladri) progresismo local. A Doña Rosa, que nada comprende de canjes de bonos o artilugios de ingeniería financiera. Intentó presentarse ante el público vernáculo como una estadista de estatura planetaria. Pero se olvidó que a esta altura de los acontecimientos, ya nadie les cree a los K. Enlodados en la marroquinería bolivariana. En los negociados del juego. En los huidizos fondos de Santa Cruz. En síntesis, en una parafernalia infernal de corrupción, cubierta convenientemente por el paraguas de los derechos humanos. A diferencia clara respecto a Lula. Que defendió de forma irreprochable los intereses estratégicos de Brasil. Apuntando a la Ronda Doha. Afirmando que si esta fracasa, el proteccionismo va a seguir en aumento. Y que, por ende, la posibilidad de ingresar, a los mercados europeo y norteamericano, los productos agropecuarios, será cada vez menor. Obvio, los K están en guerra con el campo. Sin importarles tres bledos que el cierre de mercados y la caída del precio de las commodities lleven al abismo a la flagelada (ex) República.
Por lo demás, el discurso se transformará en una (mala) anécdota. Al fin de cuentas, una raya más a la cebra no le quita ni le agrega nada. Dispararle munición gruesa a George W. Bush, que está en triste retirada, suena a retórica hueca de un líder de una "Banana Republic". Mofarse de Wall Street, en la ciudad de New York, mientras se realiza una auto alabanza por el canje de bonos a los holdouts (gestión a cargo de "tres importantes bancos" que son símbolos del mundillo financiero de la calle de la pared), suena patético. Pretender reformular los organismos internacionales para que Chávez y los K tengan más peso específico en el orden mundial, huele a "joda para Tinelli". Agredir descomedidamente al Reino Unido por el tema Malvinas y con los kelpers mirando horrorizados a la Argentina, no parece muy atinado en la coyuntura. Y finalmente, pedir a Irán que extradite los funcionarios solicitados por Argentina, asegurando que la Justicia K es independiente, irreprochable y justa, parece una broma digna del día de los Santos Inocentes.
Es los que hay, dicen los adolescentes. Y con los K y su (des)administración, el futuro no parece muy venturoso. Mientras tanto, gocemos del circo y del matrimonio morganático payaso. O, como diría el genial Tato, "Vermouth con papas fritas y... good show!". Ya vendrán, más temprano que tarde, momentos para llorar a mares.
Por Severo I. Turro, para El Ojo Digital Política.
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Por Severo I. Turro, para El Ojo Digital Política