¿A quién le importa la lipotimia de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner?

Yo me pregunto, con sinceridad, salvo a estos cagatintas y los que perduran en la obsecuencia y conveniencia ¿a quién le importa lo que le haya sucedido realmente? Su presencia o ausencia es indistinta total no sirve para nada. Se trata de un ente que da lo mismo que esté o no esté, al menos mientras mantenga su sello de goma. Si es una lipotimia o si ha sido una inyección de botox mal puesta o una cirugía estética que por enésima vez se efectúa la tilinga o porque no puede hacer el papelón de un rechazo al pedido de permiso de salida de Hilda Molina de Cuba o lo es porque su estado de depresión ante la inminencia de un colapso nacional, que su enloquecido connubio no quiere ver y reconocer, pero ella en un rapto de lucidez mental percibe transitoriamente, lo cierto es que a los argentinos todo eso ya les importa un bledo. Lo que si puedo asegurar sin temor a equivocarme, es que lo único que realmente nos importa es que esta pesadilla del flagelo de los kirchner termine lo antes posible y que los dos y todos sus secuaces concluyan sus días en el último de los calabozos para que no salgan jamás. Lo demás es todo cháchara. Sin embargo, una vez más se desprende de todo esto, que la presencia de esos canallas y oportunistas que a lo largo de esta nueva "democacracia" se han servido de la ingenuidad del pueblo al votar, defeccionando sistemáticamente luego de haber logrado sus objetivos y arrojando por la borda todas y cada una de sus promesas fingidas, lo hicieron en gran medida, gracias a la acción de la prensa en general. ¡Qué absolutismo fantástico ejerce esta formidable estructura de poder para contribuir a poner y sacar gobiernos! Lo de periodismo independiente se lo creen solamente los badulaques, porque cualquier ser pensante y con un dominio más o menos lúcido de sus neuronas, conoce perfectamente que cualquier proyecto de periodista independiente en los multimedios dura lo que un pelado en la nieve. Eso ha sido desde siempre. Cuando escucho a los periodistas de esos medios en general -a los políticos en su amplia y total mayoría- hacer referencia a la famosa retahíla atribuida a Goebbels, pero que en mérito a la verdad no era de él sino de uno de aquellos a quienes este persiguió, lo que demuestra a la vez que por lo general repiten por boca de loro pero culturalmente son bastante ineptos o al menos, obvios, acerca de eso de "miente, miente, que algo queda", utilizándola como una muletilla para desacreditar al enemigo, al que no piensa como ellos o simplemente para lograr un objetivo avieso de sus mandantes y empleadores, no se si reír de gracia o de ira. Hagamos un poco de memoria, lo que falta generalmente por estos pagos. A Isabel Perón la demolieron con su sostenida presión buscando denodadamente el golpe militar. Cuando este se consumó, todos salieron disciplinadamente a chuparle las medias al nuevo gobierno y cantar loas y alabanzas a Videla y compañía. Es cuestión de releer los diarios de la época, que sin excepción, más la casi totalidad de los políticos y sus partidos, desde la derecha a la izquierda, los radicales, conservadores, comunistas, socialistas y "peronistas" idolatraron hasta el paroxismo la genialidad de esos salvadores de la patria del ateísmo subversivo marxista y de las instituciones de la república. Las verdades a medias, o lo que es igual, una gran mentira, fue su compañera insobornable. Cuando entraron en desgracia, paulatinamente los más sagaces fueron poniendo distancia y comenzaron con todo su furor a denostarlos. Cuando los "genios" militares en un rapto de "brillantez" decidieron iniciar la gran gesta de la recuperación de las islas irredentas y sus estrategas concluyeron que el mejor momento para hacerlo era al comienzo del invierno y con tropa al inicio de las instrucciones, demoraron en algo sus ataques prendiéndose al triunfalismo existente para no quedar orinando contra el viento. Mintieron o acomodaron las mentiras a sus necesidades. Fue suficiente que la derrota se hiciera realidad para que se ensañaran sin piedad con todo lo que fuera uniformado, situación que mantuvieron sin interrupciones hasta que lograron que por la presión ejercida desde todos los sectores, la "democacracia" fuera el regalito que nos hacían los vencedores por nuestra ofensa y temeridad. Todas las loas cambiaron por denuestos y maldiciones. Así se prendieron al elegido de entonces. Alfonsín debía ser el premio mayor por el cual este pobre país debía iniciar una nueva vida de sometimientos y obediencias. No fueron egoístas a la hora de magnificar las dotes de genial estadista emigrado de Chascomús que vendría a ordenar con la democracia, la ilegalidad de los gobiernos corruptos y de facto. Allí comenzaron con el vocablo "represores", que hasta el día de la fecha no se les cae de la boca. Los militares, policías y cualquier uniformado de esa época es tildado con el aditamento de "ex represor tal" o "ex represor cual". Estos "bien" nacidos no usan el mismo criterio para nombrar a los terroristas en el gobierno. No se escucha que digan el "ex montonero terrorista mengano" o el "ex erpiano terrorista sutano". A todos esos les succionan los calcetines a cuatro manos y sin que se les caiga la cara de vergüenza. Y las mentiras o deformaciones a la verdad, que es lo mismo, como el verso de los treinta mil desaparecidos, continúan. Claro, hasta que caigan. Cuando el "padre" de la "democacracia" con la que se comía, se educaba y se curaba cayó en el ocaso de su vida presidencial por imperio de sus interminables defecciones y corrupciones, aún no castigadas, nuevamente los más experimentados iniciaron un lento pero sostenido éxodo de salutaciones y halagos, para transformarlos en un bombardeo inmisericorde hasta que el mariconazo se fue con la cola entre las patas lamiendo las heridas recibidas, a conspirar para tiempos más propicios. O sea los del siglo XXI. Ese fue el tiempo del "Turco" y la historia se repitió como en una película que pasa de canal en canal, con excepción del canal de la madre Angélica. Así con el dormido de De la Rúa, luego con el máximo responsable de las tragedias de este nuevo siglo, el "cabezón" que por su odio personal con el "Turco" nos entregó en bandejas de plata a este esperpento contrahecho que nos lleva inexorablemente de regreso al infierno, el mismo del que según él nos había sacado. A este mal habido y su socia en el delito los endiosaron y llevándolos al olimpo por la destreza y habilidad transversal, los han sustentado por cinco años, con mentiras, sin pudor y sin decencia hasta este presente ominoso en el que ya se han convencido que tienen los tiempos contados. Repitiéndose como en aquellas películas de todos los canales, los más experimentados han iniciado una vez más su larga serie de fugas para no quedar pegados en el desbande, Pero siempre quedan los más inexpertos o los más comprometidos, esos que cuando les toque su San Martín a los kirchner, seguramente quedarán pegados y desaparecerán de los medios escritos, radiales y televisivos como una hediondez cuando se abren las ventanas y el viento purifica el ambiente. Son esos que sumisos y diligentes, tipo grasosos D´Elía o de Petris, siguen reptando a los costados del basilisco enfurecido que sin resignación ve como se le cae el sueño de perpetuidad en el gobierno. Esos que insisten en convencernos a todos los argentinos que es importante saber o entender, por qué la regente delegada no pudo ir a Cuba. Esos que todavía no quieren entender que a cuarenta millones lo único que realmente les importa es que se vaya para no volver, pero eso sí, haciendo escalas interminables en todos los tribunales y cárceles del país. Eso es lo único que nos importa de ella. Por Dante Calori, para El Ojo Digital Política. Email : caloriclotilde -arroba- speedy.com.ar.