Un nuevo despilfarro : Cristina Fernández y el inútil viaje a Cuba. El país caribeño continúa sin honrar sus deudas con la Argentina
La Presidente Cristina Fernández de Kirchner continúa derrochando dinero públicos para conocer el mundo. Ahora se dirigió a Cuba, en una visita que destaca por la futilidad y una evidente escasez de agenda. Pero, por sobre todo, las autoridades cubanas siguen desconociendo la abultada deuda financiera que mantienen con nuestro país.
21 de Julio de 2010
Los tiempos han cambiado y Cuba ya no es la nación de la que se hablaba tanto en los foros internacionales, como sucedió desde la década de 1950 en adelante.
Por estas horas, la Presidente Cristina Fernández de Kirchner sigue haciendo gala de notables despilfarros en perjuicio de los fondos de los contribuyentes, como siempre sabe hacerlo en época de tormentas. Es la percepción generalizada de la opinión pública que la Argentina posee una primera mandataria que, apenas "las papas queman", se sube al primer avión para evitar escuchar malas noticias. Detalle que podría aparecer como un presagio sobre la actitud que pueda tomar ni bien la economía se meta de lleno en un túnel aún más negro del que ya transita.
¿Cuál es el sentido de visitar Cuba para un presidente de la Argentina? Cuba hoy solo atrae el interés de la comunidad internacional en lo que respecta a la salud de su patético ex dictador y múltiple homicida Fidel Castro Ruz, pero nada más.
Se ha declamado que la Presidente al menos debería considerar plantear ante las autoridades cubanas el caso de la Doctora Hilda Molina, exilada que mantiene la remota esperanza de ver a sus familiares en la isla, y que solo recibe ninguneos de parte del hermano del ex dictador, hoy administrador del destino de los cubanos. Pero, si acaso Cristina Fernández llegara a Cuba con ese ítem anotado en su portapapeles, el traslado sonaría todavía más a derroche de dinero. Dinero que bien podría utilizarse para otros fines. Porque -digámoslo con claridad- ¿a quién en la Argentina le interesa la situación de Molina?
Por si esto fuera poco, este viaje presidencial no conlleva agenda relevante alguna. Muy a pesar de lo que digan los cables oficiales de noticias, bajo la sentencia de que "La Presidente firmará importantes convenios de cooperación". Etiqueta que siempre se utiliza en formato copy & paste en ocasión de reportar cada gira.
Desde la llegada del matrimonio Kirchner al poder, tanto Fidel Castro como su hermano Raúl han sopapeado a la Argentina como jamás ha sucedido en la historia. Esto solo había ocurrido tal vez en la ocasión en que Castro llamó "lamebotas de los yankees" a Fernando de la Rúa. Pero nunca ha sido tan grave como en estos últimos tiempos. Kirchner ya intentó interceder por Molina ante los cubanos y estos lo ningunearon como nadie en aquella ocasión. La Argentina continúa respaldando al sanguinario régimen castrista en los foros internacionales de derechos humanos en forma gratuita y sin obtener beneficio alguno a cambio.
Sin embargo, los Castro le han tomado el tiempo a los Kirchner, y los utilizan las veces que les place. Para peor, a ninguno de los componentes del matrimonio presidencial argentino se le ha ocurrido reclamarle a los cubanos por la molesta deuda que su país mantiene con la Argentina, y que hoy, contando intereses, supera los US$2,500 millones. Dinero que los Kirchner se empeñan en hacer figurar como incobrable, muy a pesar de la fortuna personal de Fidel Castro, que numerosos organismos internacionales de inteligencia y hasta reputadas revistas económicas describen como cercana a los US$1,500 millones. Información solo mantenida en duda por los socios políticos locales de la isla situada a 90 millas de la Florida.
El comentario de los círculos políticos también reza que Cristina y Néstor ya le han pedido explicaciones a la dictadura cubana por los dineros que los ex guerrilleros montoneros fugaron a Cuba. Dinero que salió de las arcas del negocio de los secuestros extorsivos de la década del setenta. El otrora imaginario popular -ya confirmado como hecho- relata que Fidel mandó a los pingüinos a freír espárragos apenas escuchado el tibio reclamo.
De todas maneras, sigue sin comprenderse la actitud de la dirigencia política argentina actual, que no solo actúa como verdadera "lamebotas" de Castro en toda suerte de temarios, sino que no reclaman el pago correspondiente por la deuda externa bajo mención. No menos grave suena la novedad de que, mientras Cristina Fernández se encuentre reunida con Raúl Castro en Cuba y con Hugo Chávez luego en Venezuela, se estará produciendo la asunción del flamante presidente electo Barack Obama en Washington. Otro papelonazo internacional que los Kirchner se han esforzado en conseguir. Tropiezos de imagen que ya se cuentan por decenas...
La propuesta de Cuba respecto de la aparentemente impagable deuda con Argentina ha sido, como no podía ser de otra manera, una quita de, aproximadamente, el 75%. El remanente 25% se abonaría en forma de "trueque", es decir, entregando medicamentos "Made in Cuba" y con el trabajo ad honorem de especialistas médicos provenientes de la isla. Léase, que nos han visto la cara como no se lo han hecho a las autoridades de ningún otro país. Recordando el tristemente célebre fallido de Carlos Saúl Menem en los noventa : "Este no es un país bananero más" (sic).
De yapa y de paso, también han perdonado los Kirchner la infiltración sistemática que la inteligencia cubana ha venido realizando subrepticiamente en instituciones educativas y organizaciones sociales desde la década de 1970. Jamás se le han pedido las explicaciones pertinentes al desfalleciente Fidel Castro por la participación de guerrilleros cubanos en los años de plomo de la Argentina, y su responsabilidad en muertes y atentados de toda forma y color.
Evidentemente, los cubanos se las han arreglado para llorar la carta en cada situación posible, haciendo públicos sus paupérrimos estados de cuenta. Pero no han titubeado a la hora de manufacturar escenarios políticos de otras naciones siempre de acuerdo a sus planes, especialmente en América Central y del Sur.
También en los setenta, Castro movió los hilos para trasladar más de 40 mil soldados a la nación africana de Angola, con el objetivo de apuntalar el régimen comunista que se venía a pique en aquel país. Una vez conseguida la victoria y, luego de garantizar incluso la independencia de la vecina Namibia, Castro, el terrorista Ernesto "Che" Guevara y otros sangrientos impresentables hicieron lo posible para sostener militar y financieramente a grupos guerrilleros que operaban clandestinamente en países de la región, incluso en Sudáfrica, país para el cual también el castrismo acariciaba planes de conquista a nivel ideológico.
Oportunamente, a comienzos de los años setenta, la deuda cubana con la Argentina veía la luz en las manos de un oscuro ministro de economía de Cámpora, José Ber Gelbard. Este individuo se las arregló para garantizar el préstamo de la discordia a la dictadura caribeña. Gelbard era miembro declarado del Partido Comunista, y en más de una ocasión la propia ex Unión Soviética financió sus viajes y supervivencia. El nacimiento de la deuda cubana, a partir de lo que conocemos, bien pudo ser una compleja trama de contrainteligencia montada por la propia Habana para obtener dinero gratis de algún país con líderes miserables e incompetentes a la hora de defender los intereses de la nación propia.
Damas y caballeros, esto es Cuba. Y allí está la Presidente de los argentinos, la señora Cristina Fernández de Kirchner, haciendo -una vez más- turismo y congraciándose con el remanente de la peor calaña de dirigentes del mundo. Mientras tanto, no muy lejos de allí, jura un nuevo primer mandatario en los Estados Unidos de América. Detrás de él, los funcionarios de turno ya se encuentran estudiando la ubicación de las fichas en el planisferio, sacando cuentas en relación a quiénes estarán en la vereda de enfrente junto con norcoreanos, guerrilleros de Al Qaeda, venezolanos, cubanos y demás lacras del globo.
Y adivinen quién más.
Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Internacionales.
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Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Internacionales