El juego más peligroso : amenazas y ataques contra productores en el Interior. Kirchner pierde en Buenos Aires

En el peor momento, los malos presagios suelen convertirse en realidad. Desde hace meses, tanto este medio como algunos analistas preveían que, ante la abrupta caída en la consideración de la imagen pública de Néstor y Cristina Kirchner, el oficialismo habría de intentar dividir aún más las aguas que separan a la sociedad y apostarlo todo a una confrontación que les permitiera victimizarse. Fracasó Néstor Kirchner en su estrategia contra el sector agropecuario. Intentó bajo todos los medios convertirlo en el demonio de oscuras intenciones que tenía el objetivo de llevarse puesto al gobierno de su señora esposa, y acusarlo públicamente ante los medios y toda la ciudadanía. Nadie le creyó. Paralelamente, el ex presidente y su mesa chica de acólitos venían analizando el espectro de intención de voto de cara a las elecciones nacionales de octubre, y el panorama asomaba aún más negro. Resumía también la creencia del oficialismo que, de aquí al amanecer del fin de año, la oposición tendría tiempo de sobra para aglutinarse y destruir toda esperanza del kirchnerismo para mantenerse más o menos en el círculo del poder. Fue a partir de estas consideraciones que se decidió patear el tablero y reformular la convocatoria a elecciones para el próximo 28 de junio. Se está trabajando para consumar esta decisión desde la más polémica e ilegal de las visiones, aunque aún resta ver qué dirá el Senado de la Nación. De paso, Kirchner intentó achacarle a Mauricio Macri que él había hecho exactamente lo mismo, con lo cual el Jefe de Gobierno se quedaría sin margen para la crítica. Otro grosero error de interpretación -consciente o inconsciente- : la fecha para las elecciones porteñas aún no estaba definida, y está entre las potestades del Intendente de decidir el momento de los futuros comicios. Peor para Kirchner, Macri lo hizo de forma consensuada con la oposición en la Ciudad. ¿Qué más necesitaba el matrimonio presidencial para salir de la encerrona? Perseverar en sus intentos de aislar al ruralismo y de convertirlo en el ideólogo de los problemas más graves del país. Como novedosa medida para demonizar al Campo, llevándolo por la senda inevitable de una confrontación, Kirchner promovió la redistribución de un porcentaje de las retenciones a la soja para que gobernadores e intendentes de provincia tuvieran discrecionalidad sobre ese dinero. El término del que echa mano la Casa Rosada para eufemizar el delito : "coparticipación de retenciones". En pocas palabras, dinero de las retenciones a la soja que manejaba discrecionalmente la Nación para proselitismo, publicidad oficial y sobornos, ahora irá directamente a los funcionarios del Interior que dudaban sobre apoyar a Kirchner o no hacerlo en los próximos comicios. Ahora ellos, sin intermediación de la Rosada, definirán cómo usar ese dinero : proselitismo, publicidad y sobornos. Desde luego, lo correcto hubiera sido que esos fondos le fueran retornados a sus legítimos dueños, es decir, los ruralistas. Pero esta es una medida que Kirchner jamás iba a tomar. Bien lo dice Morales Solá en una de sus recientes columnas : de esta manera, el conflicto más grave del país se hubiera desactivado y la paz social ahora no oscilaría entre el absoluto caos y el control. Esta suerte de medidas ya no pueden calificarse de autoritarias. Ya se corresponden con el pantanoso terreno sobre el que reptan las dictaduras. Para muchos, la maniobra táctica ejecutada por el ex presidente constituye un error, pero lo cierto es que este escenario ha sido cuidadosamente planeado por el oficialismo, en donde hoy impera la voz de ideologizados halcones de poca monta, pero que todavía pueden hacer muchísimo daño. Ya se anticipó desde esta columna la posibilidad del uso del atril para disparar consignas de falsa alternativa : nosotros o el caos. Pues bien, recientemente Néstor Carlos Kirchner se metió de lleno en esa retórica cuando disparó que la ciudadanía elegiría entre el oficialismo o una crisis de gobernabilidad. Ténganse muy en cuenta los dichos del piquetero Emilio Pérsico, en el sentido de que si el oficialismo pierde las elecciones, "le dejamos todo a Cobos". Luego habíamos mencionado la alta probabilidad de escenarios de autoatentados o deleznables estratagemas para conmocionar la paz social e incendiar el país adrede. Estas hipótesis en su momento fueron objeto de la más encendida crítica, pero por estas horas, los hechos dan fe de que aquí no existen coincidencias. Recientemente, y a pesar de que los medios no se esfuerzan por reproducirlo, se han conocido amenazas a productores rurales que se encuentran en estado de movilización junto a las rutas. La mayoría de las amenazas provienen de sectores kirchneristas que se mueven en pequeños grupos, y otras de camioneros que militan junto al ala más violenta del gremio de Hugo Moyano. En Córdoba, Carlos Garetto -que está nucleado en las Cuatro Entidades bajo Coninagro- denunció que intendentes kirchneristas de la provincia convocan a camioneros para que rompan los piquetes de los ruralistas, bajo una retórica de odio. Desde Venado Tuerto ya se conocen informes que reportan a grupos de hombres que se movilizan en vehículos 4x4 y que se encuentran incendiando maizales y campos en cercanías de donde se producen las protestas de campesinos. En otro caso, personas no identificadas abrieron las boquillas de camiones que transportaban soja y maíz, en medio de otro grupo de ruralistas que protestaban. Los individuos se marcharon rápidamente en el vehículo que habían llegado. Otros muchos episodios similares comienzan a llegar a las redacciones de los medios tradicionales, pero estos aún se encuentran en stand by para evaluar mejor la situación y definir si la publicación de estos datos es conveniente. El caso es que los hechos que están teniendo lugar permiten confirmar las sospechas de que los incendios de pastizales del pasado reciente fueron obra de individuos afiliados al kirchnerismo, como también fuera denunciado por los ruralistas pero con algún margen de duda por parte de la sociedad en su oportunidad. Que Néstor Kirchner busca el conflicto permanente con el agro ya no es novedad. El problema es que todo lo que se pensaba al respecto de lo que el ex presidente era capaz de hacer, hoy es un hecho comprobado. De momento, el objetivo parece ser generar la suficiente cuota de odio de parte de algunos actores sociales, como para permitirle una salida de martirización, tanto para él como para su señora, hoy Presidente solo en los papeles. De esta forma, en un par de años podrán volver a convertirse en candidatos, apelando a la clásica falta de memoria de los argentinos. No obstante, si las elecciones fueran mañana, Néstor Kirchner perdería en la provincia de Buenos Aires. Distintas encuestas ya le dan un segundo puesto en el distrito más poblado del país, perdiendo frente a De Narváez por un par de puntos. En un lejano cuarto lugar, figura Felipe Solá, hoy cada vez más resistido por el electorado en función de que permaneció demasiado tiempo al lado del kirchnerismo y ninguneando los reclamos sociales en pos de su propia supervivencia como gobernador. El escenario de derrota se acentúa para Néstor, teniendo en cuenta que aún debe remar casi tres meses para llegar a finales de junio. Tiempo de sobra para que su pauperizado caudal de votos sea borrado de un plumazo por la crisis económica que él mismo supo desarrollar y acentuar hasta niveles insoportables. Siempre acompañada de los niveles de violencia más altos de toda la historia de la Argentina. Pero aún hay que tener algo de paciencia. Todavía le queda una interesante lista de errores por cometer al kirchnerismo. Solo entonces será más jugoso esbozar una sonrisa junto a las palabras "Kirchner lo hizo"... Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.