Candidato o no, Néstor Kirchner corre al encuentro de una humillante derrota. Desorden en puerta

Candidaturas "testimoniales" y renuncias patrióticas resultan ser, finalmente, apenas un insípido condimento para la constitución más ignorante de amplias porciones de la opinión pública. Porque, mientras analistas políticos y charlatanes de café deliran con los "temas del momento", lo cierto es que Néstor Carlos Kirchner ya imagina el yugo de una derrota más que dolorosa a la hora de echar lupa sobre los números. Néstor Kirchner teme, por sobre todo, terminar en prisión y transformarse en una suerte de chivo expiatorio a manos de una clase política inoperante y corrupta que ve en el ex presidente a la víctima ideal que evitará concentrar la atención de los ciudadanos en los desmanejos del sistema dirigencial. Manufacturado hábilmente para durar. Resulta por lo demás patética la manera en que Joaquín Morales Solá y Eduardo van der Kooy juegan a ver "quién tiene la posta". De las épocas lejanas en que ambos convenían escribir sobre el mismo tema y el mismo día cada uno por su cuenta, se ha llegado a una vulgar imitación de una barata competencia entre niños de barrio, que se esfuerzan por ver "quién lo tiene más grande". En paralelo y simultáneo, Néstor se burla de la narcotizada prensa nacional y no abandona la madeja. Pero en el círculo íntimo del ex primer mandatario ya no se habla de ingenierías para sortear el molesto escollo de las elecciones legislativas. Ha evaluado el esposo de la Presidente de Papel que su derrota está garantizada, no tanto ya por los cómputos de los encuestadores, sino por la furia que todavía le queda por juntar a millones de argentinos de aquí a los comicios y que devolverán el golpe de tanta humillación y maltrato que ha bajado impiadosamente desde Balcarce 50 con la llegada del Casi NeoInnombrable. Traducido a la numerología "encuestológica", todavía resta tiempo de sobra para ver desmoronarse al supuesto 28% de intención de voto que Kirchner mantiene junto a Scioli para la Provincia de Buenos Aires. Queda espacio para ver al casi 20 porciento de indecisos volcarse groseramente en favor de De Narváez, ese misterioso personaje que -irónica e inesperadamente- hoy parece cautivar incluso a los pauperizados bonaerenses arrojados a la hoguera de la pobreza por el propio sistema político que regula nuestras vidas. Invertirá Néstor Kirchner un último hálito para intentar perder por no demasiados puntos y disfrazar el evento como una victoria ajustada, pero victoria al fin. Término donde al general Pirro no se le permitirá colarse, dialécticamente hablando. Una vez obtenida de antemano la confirmación de la irreparable pérdida oficialista del territorio bonaerense -que todo indica será no menor a los diez puntos porcentuales de diferencia-, el ex ocupante del sillón de Rivadavia volverá a elucubrar alguna maniobra autovictimizante para desoir el resultado. Entiéndase claramente : la probabilidad de las operaciones de autoatentado nunca fueron removidas del teatro de operaciones. Una suerte de botón rojo que por estas horas asoma como en extremo tentador de presionar. Sin darle demasiadas vueltas al asunto, es muy recomendable la lectura del portal JorgeAsisDigital.com -"Desolación"- que refiere a la más que plausible ocurrencia de desórdenes sociales motivados desde el propio oficialismo para finiquitar la obra de arte del Pingüinato y llevarse puesto todo. Como ocurriera oportunamente con Luis Gerez y el definitivamente desaparecido Jorge Julio López, cómplice de su propia desaparición y muerte. Como si no existieran antecedentes que expliquen la manera de proceder de esta dirigencia sureña que ha pisoteado hasta las migajas que quedaron del país. Muchos medios ignoran los aprietes, secuestros y apaleos contra empresarios, industriales y ruralistas de parte de patoteros oficialistas "de profesión". La suerte de individuos de mirada torba que suelen quedar de rezago para ser aprovechados por futuros gobiernos. Como el Viet Nam de Ho Chi Mihn, que acosaba desde la espesura a yankees adolescentes con su ejército regular y el Frente de Liberación al mismo tiempo. O como la juventud nazi de Adolf Hitler, que operaba gracias a las zonas liberadas diseñadas por la policía del régimen, la Gestapo, las S.S. y la propia Wehrmacht. Aunque, por supuesto, la comparación ofenda a los simpatizantes del nacionalsocialismo y el comunismo del líder de la nación del sudeste asiático, por ofensiva. Porque lo aquí expuesto ya no forma parte del coro de la especulación. Los hechos que han tenido lugar bajo el régimen del matrimonio que habita la Rosada han sido el aperitivo que ahora permite llegar por método deductivo a un suculento plato fuerte. Que el periodismo clarkentiano siga divirtiéndose con las apostillas de los mediocres y que, con ella, siga engatusando a las agrietadas mentes débiles de la opinión pública -cortes publicitarios mediante-. En el interín, los del sur continúan planificando escenarios decididamente feos. Néstor Carlos Kirchner no permitirá que la dinámica "democrática" de los hechos derive en nuevos comicios y una normalidad que pueda llevarlo tras los barrotes después de 2011. Antes bien, habrá que esperar sorpresas. Por Matias Ruiz, para El Ojo Digital Política. Email : elojodigital.com -arroba- gmail.com.