Matar, comerciar con la muerte y salir impune: absolvieron a Patricio Fontanet y la infame banda Callejeros
Nuevo cachetazo de la Justicia a la sociedad: el Tribunal Oral en lo Criminal Número 24 absolvió a la infame banda Callejeros y a su líder Patricio Santos Fontanet. Solo Diego Argañaraz, "manager" del grupo, obtuvo una condena de 18 años. Pero nadie irá preso. Nada ha cambiado en la Argentina. Lo que es más: sobran ahora pruebas para demostrar que se puede vivir peor.
21 de Julio de 2010
La administración de justicia en la Argentina acaba de completar otro capítulo negro en su historia, a partir de la absolución que el Tribunal Oral 24 obsequiara a la infame banda Callejeros.
El fallo fue unánime. Omar Chabán se anotó 20 años de prisión y resultó ser el más "perjudicado" en la lectura de las sentencias. Las comillas se deben al hecho de que se le computará el tiempo que ya pasó en prisión, más las reducciones del caso, y en menos de cinco años podrá aspirar a libertad condicional.
Por su parte, las funcionarias municipales -íconos de la corrupción ibarrista en tiempos de la tragedia de Cromañón- Fabiana Fiszbin y Ana María Fernández, recibieron dos años de prisión cada una. Pero no pasarán una sola jornada tras las rejas.
Precisamente, el ex jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra -sindicado por analistas como otro de los grandes responsables indirectos- ha resultado ser un beneficiado de la lectura. ¿Por qué este hombre no fue procesado debidamente por lo acontecido en República Cromañón?
De cualquier forma, la sorpresa más desagradable vino por el lado de la tristemente célebre, infame y corrupta banda musical Callejeros, liderada por el provocador Patricio Santos Fontanet, y compuesta por Juan Carbone, Cristian Torrejón, Elio Delgado, Eduardo Vázquez, Daniel Cardell y Maximiliano Djerfy. El conjunto resultó beneficiado con la absolución, a pesar de que sus miembros organizaron y arreglaron desde el primer al último detalle el recital de la tragedia, ese que se llevara 194 vidas al planeta de los recuerdos. El incendio -provocado por el uso de bengalas, siempre promovido y promocionado por la banda en afiches y convocatorias- dejó también un saldo de algo más de 1400 heridos.
Solo el manager de Callejeros, Diego Argañaraz, fue castigado con 18 años de prisión. Mas tampoco le tocará cumplimiento efectivo de la condena.
Callejeros segurá siendo mala palabra, y su concepto no dejará de ser asociado con todo aquello que es negativo. Ahora, su sola mención también se convierte en sinónimo de la más intolerable impunidad. No hubo castigo para Patricio Fontanet ni sus secuaces, que planificaron el escenario de la muerte de Cromañón, sobornaron a inspectores municipales y policías, y que promovieron al uso de bengalas y elementos incendiarios desde su aparición en el mercado musical.
A posteriori de la masacre, cuyas bases ellos mismos diseñaron, se subieron a la publicidad negativa que dejó la tragedia del boliche, con el objetivo de recaudar a través de la presentación en recitales. El último había tenido lugar en Olavarría, pocos días atrás. Evento que fue organizado en connivencia y complicidad con el intendente local y autoridades, que vieron la oportunidad para ingresar fondos extra en plena época de "vacas flacas".
Fontanet y Callejeros hicieron su mejor esfuerzo para poner punto final a la existencia de casi doscientas vidas, y luego se subieron al cuestionable carromato del mediatismo para lucrar con la muerte. Porque, de otro modo, jamás lo hubieran logrado. Entiéndase claramente: si la tragedia de Cromañón nunca hubiera tenido lugar, la infame agrupación jamás hubiera podido proyectarse ni publicitarse. Hubieran desaparecido de la noche a la mañana como conjunto. Desgraciadamente, la sociedad debió seguir tolerándolos.
Para colmo, los familiares de Patricio Santos Fontanet y sus socios en el magnicidio, aprovecharon la ocasión para provocar y caldear los ánimos. Luego de la lectura de la sentencia -que los liberaría de culpa y cargo-, padres, madres y amigos de la banda lanzaron al aire una lluvia de papelillos de color rosa en donde se reivindicaba la inocencia de los músicos. No conformes con el resultado favorable, Fontanet y sus asociados en la masacre restregaron en la cara de los parientes de las víctimas de República Cromañón su felicidad. A los integrantes del grupo y sus fans de la más baja calaña solo les faltó plantarse delante de los padres y madres de las víctimas para gritarles en la cara: "Sus hijos bien muertos están".
En la vereda opuesta, papás y mamás de los fallecidos en la disco no encontraban palabras para lo sucedido. La Policía Federal los registró de pies a cabeza para comprobar que no llevaran objetos contundentes, lo cual terminó de configurar un escenario de absoluta humillación.
La miseria de una sociedad en crisis asoma la cabeza en los momentos más delicados. Pero el Tribunal Oral 24 fue un escenario todavía más tenebroso y patético. Los magistrados de la Nación siempre encuentran formas novedosas y originales para demostrar que las cosas pueden ser mucho peores en este país olvidado de Dios.
Queda probado, con esta sentencia, que en este país, un grupo minúsculo de personas puede asociarse para destruir centenares de vidas en menos de una noche y luego brindar con champagne entre cómplices sonrisas.
Por supuesto, y como el lector se imaginará, ese festejo siempre tendrá espacio para la cacofonía de Patricio Santos Fontanet y su infame grupo Callejeros.
Por Ricardo White, para El Ojo Digital Sociedad.
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Por Ricardo White, para El Ojo Digital Sociedad-Deportes