Euforia y alianzas: análisis político y económico
Contra lo que parecía previsible -que la ley de medios fuese aprobada en general y, al propio tiempo, modificados algunos de sus artículos más polémicos- el gobierno obtuvo en el Senado de la Nación un triunfo resonante.
21 de Julio de 2010
No solo en razón del número de voluntades que logró disciplinar a su favor sino también por el hecho de que, conforme a la orden impartida desde Olivos, no se le cambió ni una coma al proyecto aprobado, oportunamente, en la Cámara de Diputados.
Se podrá discutir hasta el hartazgo respecto de la ilegitimidad de los medios empleados por el kirchnerismo para torcer unas convicciones no tan sólidas, según parece, de cuatro o cinco representantes provinciales y uno o dos gobernadores. Pero lo cierto es que en un país donde las instituciones son un hazmerreír y rige, a expensas de la fementida Constitución de carácter federal, el más crudo unitarismo fiscal, comprar conciencias es relativamente sencillo e inocuo. Además, nada que pueda molestar al santacruceño que ha hecho de estas artes una costumbre para él en extremo fructífera.
En resumen, que la alegría desbordante del matrimonio patagónico es entendible si marido y mujer piensan que han podido quebrarle la muñeca a Clarín y a buena parte de los medios lanzados en su contra, recuperado el centro de la escena y dejado más desnudo de lo que estaba al arco opositor que ganó las elecciones legislativas el pasado 28 de junio. Que el pensamiento triunfalista de los Kirchner se compadezca o no con la realidad es harina de otro costal, pero que, subidos al mismo, desde ahora actuarán en consecuencia, no le quepa a nadie la menor duda.
En la quinta presidencial existe la convicción de que, merced al calado del enemigo, la victoria obtenida el viernes es algo así como la revancha de la 125. De ahí la euforia y los planes forjados de apuro para conservar intacto su poder de fuego en los años por venir. Si la premisa mayor del razonamiento de Néstor y Cristina es que fueron capaces de doblegar al principal poder de la Argentina -el lobby mediático- por qué no creer que, a partir de hoy, podrán redoblar la apuesta en cualquier momento, condición y terreno. Es en este contexto febril, que parecía imposible hace tres meses atrás, donde cobran sentido proyectos como el de la estatización de Papel Prensa. En una palabra, nada es descabellado en el mundo de los Kirchner a quienes no les interesa generar adhesiones sino acumular poder con el propósito de llegar al 2011 en condiciones de negociar satisfactoriamente su salida de la Casa Rosada y, si ocurriese un verdadero milagro, meterse en la disputa presidencial.
El santacruceño repite, a quien quiera escucharlo, que tiene pensado vertebrar una alianza de centroizquierda como base de sustentación de su eventual candidatura, y también para contrarrestar la embestida que preparan los vencidos del día viernes. Kirchner sabe, como cualquiera que se haya tomado el trabajo de leer las declaraciones de los principales líderes de la oposición, que uno de los primeros pasos que éstos imaginan dar ni bien juren los nuevos diputados y senadores en diciembre próximo, es modificar la ley recién aprobada y ponerle coto al Consejo de la Magistratura timoneado, a sus anchas, por Carlos Kunkel y Diana Conti. Por eso el santacruceño considera imprescindible correrse a la izquierda y reforzar el frente forjado con las corrientes de esa orientación en las dos cámaras legislativas que le permitió vencer, con relativa comodidad, al peronismo disidente, al radicalismo, al cobismo, al PRO y a la Coalición Cívica en tres oportunidades distintas.
El problema con un armado de semejante naturaleza no es la voluntad de los Kirchner sino la volatilidad y desconfianza de quienes, aún en los casos en que votaron junto al Frente para la Victoria, siguieron mirando de reojo al santacruceño. Es que éste, tras prometer en sus años de esplendor la construcción de una transversalidad junto a las más diversas variantes progresistas, terminó amarrado al PJ y a los barones del Gran Buenos Aires. Una cosa es, pues, sumar al ARI/SI, a Sabatella y a Claudio Lozano para votar en contra del campo o de Clarín, y otra, bien distinta, es que determinados movimientos tácticos y circunstanciales se transformen en una alianza estratégica.
Con todo y frente a lo que amenaza formarse en su contra a nivel parlamentario, los lazos tendidos exitosamente por Kirchner con esos diputados y senadores -no todos de izquierda- en las últimas votaciones, no habrán de cortarse. Sobretodo teniendo presente que las mayorías parlamentarias de las cuales todavía goza el oficialismo serán historia desde marzo del 2010. En los dos próximos meses el gobierno debe aprobar el Presupuesto para el año venidero y la extensión del impuesto a las ganancias y a los bienes personales entre otros gravámenes que no puede darse el lujo de perder. Para lograrlo lo más seguro es que se repitan las conductas transparentadas por las diversas bancadas en ocasión de tratarse las facultades delegadas y la ley de medios.
Dando por descontado que el oficialismo obtendrá en el Congreso todo cuanto anhela hasta el 10 de diciembre y que, salvo una razón de fuerza mayor, ni por asomo el Poder Ejecutivo convocará a sesiones extraordinarias, el panorama que se avecina es claro: un kirchnerismo que hará votar cuanta ley le haga falta mientras conserve su dominio en el Parlamento y un arco opositor que tendrá el suficiente tiempo -cinco meses, poco más o menos- para prepararse a dar batalla, ahora con ventajas evidentes a su favor, ni bien Cristina Fernández abra el año próximo las sesiones ordinarias del Congreso Nacional.
En el ínterin la disputa pasará del hemiciclo parlamentario a los tribunales, como era de preveer en virtud de haber vulnerado la flamante norma una serie de derechos adquiridos que los damnificados no dejarán pasar graciosamente. Quien piense que Clarín ha sido vencido en toda la línea se equivoca de medio a medio. Ha sufrido, eso sí, un embate como nunca antes en su historia, que lo agarró desprevenido y ante el cual no reaccionó con la justeza y celeridad que se le conocía. Por eso, en la pelea por puntos va perdiendo mal. Pero la disputa, que lleva ya varios rounds, no terminará pronto. Es más, puede que todavía se extienda por espacio de un par de años.
En medio de semejante situación apareció o, mejor dicho, reapareció Eduardo Duhalde con unas de esas declaraciones que, cualquiera haya sido su intención, no dejaron de repercutir en todo el país y de suscitar, como no podía ser menos, un sinfín de especulaciones respecto de los verdaderos móviles del ex presidente y del poder que todavía reivindica dentro y fuera del peronismo. Lo que dijo fue claro: que disputaría la conducción del movimiento al cual pertenece y que no podía descartar la posibilidad de presentarse en el 2011 como candidato. Lo primero a nadie le hubiera llamado la atención porque, de un tiempo a esta parte, Duhalde lo ha expresado de mil maneras diferentes. En cambio lo segundo corrió como reguero de pólvora y dio lugar a todo tipo de análisis.
Pasa con el otrora hombre fuerte de la provincia de Buenos Aires algo en extremo particular. Ha dicho, en más de una ocasión, que se retiraba de la política y que no deseaba ocupar más cargos en el gobierno, pero nadie le cree. No sólo eso. Los que no le creen -una verdadera legión- consideran, al mismo tiempo, que precisamente cuando Duhalde amenaza hacerse a un lado realiza exactamente lo contrario de cuanto afirma. Con esta coincidencia falsa y generalizada al mismo tiempo: la gente lo supone con un grado de poder que está muy lejos de tener.
Eduardo Duhalde en el fondo de su corazón aspira, casi seguramente, a volver a ocupar el sillón de Rivadavia. Pero sabe que, salvo uno de esos imponderables, capaces de poner patas arriba a un país en cuestión de segundos, esa aspiración resulta imposible. No, en cambio, la conducción del peronismo que muchos de los barones del movimiento -sobre todo los disidentes del kirchnerismo- verían con buenos ojos que asumiese. La pregunta, entonces, es por qué dejó abierta la otra puerta. En tren de especular cabrían tres explicaciones, a saber: 1) quiso aguijonear a quien él considera el único peronista con posibilidades de encabezar una formula ganadora en el 2011, Carlos Reutemann; 2) se fue de boca y habló sin pensar dos veces en las consecuencias que podrían tener sus palabras, ó 3) ante la inexistencia de candidatos firmes, lanzó un globo de ensayo con el propósito de ver cuál era la reacción en el justicialismo y el parecer de la población
en general.
Como quiera que sea, Duhalde siempre tendrá un lugar destacado en la interna peronista y hasta es posible que en algún momento se haga realidad su sueño de convertirse en un honesto componedor entre las múltiples facciones existentes hoy en el movimiento fundado por Juan Perón. Sin embargo, prestarle atención a una eventual candidatura presidencial de su parte no es demasiado serio.
Por distintas razones ninguno de los tres últimos presidentes peronistas están en condiciones de volver a Balcarce 50 impulsados por un aluvión de votos. Carlos Menem, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner podrán tener -el tercero mucho más que sus predecesores- veleidades retornistas y nadie tiene derecho a impedírselas. Pero la sociedad les ha dado la espalda definitivamente.
El talón de Aquiles
* La mayor debilidad de nuestra economía está en el plano fiscal.
* Desde el segundo trimestre de 2009, el sector público consolidado -Nación más provincias- ha entrado en déficit financiero.
* A pesar de la absorción por el fisco de los aportes a las AFJP, el superávit primario no alcanza hoy para pagar los intereses de la deuda pública.
* Se ha recurrido a transferencias de utilidades devengadas -pero no realizadas ni realizables- del balance en pesos del BCRA originadas por el efecto de la devaluación sobre las reservas; un vulgar artificio contable.
* A comienzos de agosto, el Tesoro tomó más de U$ 2.000 millones de las reservas para pagar el vencimiento de los Boden 2012, argumentando que los dólares habían sido adquiridos por el gobierno al BCRA con excedentes en pesos.
* Pero ni la base monetaria ni los depósitos oficiales mostraron la merma que hubiera correspondido a ese pago.
* Aquí también se recurrió a cierto género de ingeniería contable.
* El gasto público ha continuado creciendo en términos nominales y reales, en tanto los ingresos reales han mermado.
* El gasto público global se ubica por sobre el 32 % del PBI en comparación con el 23 % promedio del período 1982-2002.
* El gasto corriente ha crecido ferozmente impulsado por el aumento del empleo público -500.000 puestos adicionales- y por los subsidios pagados a empresas con precios congelados.
* Con las actuales tendencias, el superávit primario de 2009, conseguido en base a apropiaciones de fondos privados, de fideicomisos, y de la ANSES y otros
organismo autárquicos será inferior al 1 % del PBI.
* El déficit financiero, sin incluir el de las provincias, podría superar el 1% del PBI.
* El conjunto de los gobiernos provinciales agregará un déficit financiero adicional del orden de los $ 16.000 millones, por lo que el déficit consolidado se acercará al 2,5 % del PBI, similar al previo de la crisis de 2001.
* Todo esto ocurre hoy con una presión tributaria nominal que es casi 50 % más alta que la de aquel entonces.
* Otro serio frente de tormenta es la demorada recomposición de la estructura de precios relativos, que ha sido sometida a controles y congelamientos, y hoy presenta fuertes distorsiones peligrosamente perjudiciales.
* En la economía se puede hacer todo menos evitar las consecuencias.
* Los congelamientos de tarifas, sostenidos durante casi una década, han exacerbado los consumos, estrangulado la oferta y desalentado la inversión.
* El fisco ya no puede sostener los inmensos subsidios requeridos ni hacer las inversiones que el sector privado en estas circunstancias no realiza.
* El Gobierno está obligado a sincerar precios y descongelar tarifas pero ha dejado acumular tan graves distorsiones que los los ajustes requeridos son enormes y es imposible hacerlos recaer sólo en una parte de los usuarios.
* La recuperación de los precios de los alimentos y otros rubros, que fueron sometidos a las intervenciones de Guillermo Moreno, ya comenzó.
* Desde julio la canasta básica está impulsando la inflación, que inevitablemente mostrará un nivel más alto en los próximos meses.
* Hay inflación reprimida, además de la que se exterioriza en las mediciones privadas, que sigue siendo elevada, en torno al 16%.
* Un bajísimo nivel de confianza y credibilidad sigue afectando las inversiones, limitando nuestra capacidad productiva y la generación de energía (disimulado esto último por la caída de la actividad).
* El gobierno sigue manipulando estadísticas y violentando derechos y garantías esenciales, lo que asegura que la inversión no retornará hasta que se produzca el recambio de la administración.
* La salida de capitales se ha morigerado en los últimos sesenta días pero no ha desaparecido.
* La fuga persiste pese a que la situación internacional ha ayudado en las últimas semanas.
* Si la situación fiscal continúa evolucionando en la misma dirección, se agregará una nueva causa para la desconfianza y la huida de capitales.
* La capacidad de cubrir los vencimientos de 2010 está aún en duda.
* Aun computando la distribución de derechos especiales de giro del FMI y los créditos que desembolsen otros organismos multilaterales, se necesitarán recursos adicionales.
* De no accederse rápidamente al FMI o a los mercados internacionales de deuda, el gobierno deberá apelar al stock de la ANSES, al BCRA y a reestructuraciones cada vez más onerosas.
* En este contexto y con déficits provinciales crecientes, parece inevitable que reaparezcan las emisiones de cuasimonedas.
* En el proyecto de Presupuesto 2010 ya se contempla la posibilidad de quitas y refinanciaciones de deudas provinciales con el gobierno nacional.
Vicente Massot, Agustín Monteverde y Asociados.
Vicente Massot, Agustín Monteverde y Asociados. 13 de octubre de 2009