Los piqueteros y el clientelismo
Sin lugar a dudas, el origen de las organizaciones de desocupados -"piqueteros"- está emparentado con al desempleo estructural persistente en el Gran Buenos Aires y determinados ámbitos del interior.
21 de Julio de 2010
Las condiciones socioeconómicas son el principio del fenómeno: el quiebre en su calidad de vida de estos sectores, habitantes de épocas mejores, favorece y colabora con un tempero de alta frustración y crítica hacia el sistema.
Aunque la raíz misma del problema es en realidad, no sólo el desempleo sino también el clientelismo creado alrededor de estos grupos -producto de los errores en la instrumentación de las políticas sociales- y agravado por la utilización partidaria, que de estos sectores realizan los factores de poder. Entender el problema de los piqueteros como un subproducto de las malas prácticas de la política, es completar la ecuación.
El foco de la protesta se ha trasplantado de los trabajadores sindicalizados a los desocupados, lo que en el tiempo implicará un recambio en la ancestral dirigencia sindical, desprestigiada y deshonrada ante la opinión pública, por otra una con perfil carente de la investidura gremial pero más social.
Estos grupos han producido un cambio en el escenario social que confunde el justo reclamo por las necesidades insatisfecha con la intención partidaria de confusión.
El contexto de confrontación actual esta lejos de preparar un debate sobre el modelo de país que aspiramos. Ante estas tensiones, es responsabilidad y obligación del Gobierno Nacional, convocar a la dirigencia política a fin de a zanjar diferencias y armonizar las relaciones.
Pero para organizar este cuadro ideal, hay que estar dotado de coherencia, ser perseverante en función de un accionar anterior. ¿Tiene autoridad moral el Gobierno para pedir a obreros desocupados que no se corten rutas? cuando él mismo las alentó en otras circunstancias, ¿puede reclamar mesura un Ejecutivo con "piqueteros oficialistas"?
La respuesta negativa sirve para explicar el doble discurso kirchnerista.
En líneas generales, el modelo K no reprime manifestaciones, sea por incapacidad, por ignorancia o por conveniencia. Algunos entendemos que las tres se confunden en un punto de los vértices decisionales del poder.
El Gobierno esta creando condiciones para la emergencia de nuevos actores sociopolíticos violentos. Una nueva frustración nacional significaría el inicio de una etapa de decadencia irreversible, cuando de lo que se trata es de fortalecer la democracia y ampliar las bases políticas de sustentación.
Por Francisco Montesano, Periodista, para El Ojo Digital Política.
Blogs: http://blogs.clarin.com/conflictos-y-dilemas/posts
http://nuevoencuentro.com/franciscomontesano/
Por Francisco Montesano, TotalNews.com.ar