Un castigo demasiado liviano para el impresentable Diego Armando Maradona. Joseph Blatter y la corruptela de FIFA

A fin de cuentas, la chupamos todos. Maradona se burló, una vez más, de la decencia y el fair play que tanto promociona la FIFA de Sepp Blatter pero que, en definitiva, rara vez se respeta. A pesar de las altas dosis de patetismo con que Maradona tiñó su proceso como seleccionador, desde su llegada al puesto de director técnico, su delito quedó impune. El comité de disciplina de FIFA en Suiza solo le prohibirá ejercer como DT en un partido oficial. Castigo en extremo escaso que el tristemente célebre protagonista se encargará de zafar ante el miserable e insignificante próximo match contra el seleccionado de Catalunya -si acaso existe tal cosa-. En las postrimerías del "episodio de la succión", quedó en evidencia que la tradicional impunidad que los argentinos hemos adoptado como "imagen de marca" a nivel internacional ahora es incluso garantizada y sostenida desde el máximo organismo que rige los destinos y reglamentos del balompié en todo el globo, en la persona de Joseph Sepp Blatter. Porque, ¿quién más puede ser el responsable? El fútbol -se ha dicho incontables veces- es negocio y sus principales protagonistas, sin importar sean corruptos, incurables adictos a la cocaína y depravadas orgías o evasores de impuestos millonarios, son cobijados bajo el ala de los de siempre. A Diego Armando Maradona, el comité examinador le aclaró que recibiría una pena light pero que le correspondería un castigo mayor si los episodios llegaran a repetirse. Mas nadie se conmueve por la noticia: la impunidad continuará reinando. Tampoco del gobierno italiano se podían esperar medidas correctivas para con el DT argentino: La Agenzia delle Entrate Italiana -versión romana de AFIP- ni siquiera movió un dedo para detener a Maradona, en ocasión de su visita a un spa de lujo en aquel país. No en vano, una mayoría de argentinos desciende de Italia. La agencia impositiva solo irrumpió en el spa en cuestión para incautarle un par de zarcillos de diamantes al lenguaraz "conductor" de la Selección. Nada de ponerlo tras las rejas intempestivamente para que se decida a mover un dedo y enfrentar el pago por los 37 millones de euros que le adeuda al fisco italiano. Cifra que, como todo mundo sabe, no puede abonar ni aunque vendiese sus castigados órganos en el mercado negro menos exigente. En los países civilizados del globo, quien adeuda semejantes cifras y no está en condiciones de pagar, marcha preso. Pero -de más está decir-, Italia no es Estados Unidos. En su oportunidad, la justicia italiana tampoco castigó a Juan Sebastián Verón por mostrarse alegremente con sus compañeros de equipo de primera división, cuando militaba en aquel país, y que jugueteaban con jeringuillas descartables, bromeando sobre cuestiones de dopaje frente a una cámara hogareña. Verón también está hasta el cuello en el affaire de la falsificación de pasaportes italianos, diseñado para favorecer a deportistas extracomunitarios. Por eso liquidó sus bienes y situación contractual futbolera en Italia y huyó a la Argentina. No fuera a ser que, el día de mañana, a algún magistrado romano se le ocurriera citarlo y profundizar en la investigación. Después de todo, los españoles han hecho lo mismo con el tenista Rafael Nadal, a quien le han perdonado literalmente la vida frente a sus responsabilidades en la denominada "Operación Puerto". Italia y España son -en las conversaciones de café de los argentinos- nuestras "Madres Patrias". Sin embargo, y siempre continuando con el tema Maradona, a los españoles se les debe dedicar una cuota de agradecimiento: pocos insiders del fútbol lo saben, pero la iniciativa que terminó llevándolo a los tribunales disciplinarios de FIFA provino de Madrid. Por otra parte, existe un inconveniente insalvable en la bota itálica cuando se trata de administrar justicia: tanto en aquella cuestión de los pasaportes como otras tantas, se cruzan intereses ligados con mafias tan peligrosas que harían estremecerse al mismísimo Don Corleone en su tumba hollywoodense. Y jamás hay que dejar de lado la espinosa cuestión de las sumas millonarias que involucran las apuestas deportivas en Internet y en tugurios "legalizados". De cualquier modo, se hable de FIFA o las autoridades italianas, cuando el encabezado dice "Fútbol", todo se vuelve turbio. Por supuesto, Diego Armando Maradona se ha retirado de Suiza en medio de sonoras carcajadas, acordándose de aquellos que imaginaban un veredicto menos permisivo. En el interín, Diego termina de cerrar su próxima movida: quedarse él mismo con el negocio de los amistosos de la Selección, ahora que Renova fue desplazada a puros empellones. Negociado que se complementará con el que ya regentea con el hermano de ese desastroso jugador, tan detestado por el hincha, que es Gabriel Heinze. La novedad de esta sociedad fue reportada por el diario El País. Otra vez, los españoles... A la postre, la FIFA se suicida, al igual que la serpiente que devora su propia cola. Esta suerte de pantomimas a la hora de reprimir la deplorable conducta de ciertos íconos seguirá de la mano del arreglo poco sutil de más de un match durante el desarrollo del Mundial de Sudáfrica. Factor al que ya se ha recurrido innumerables veces. Pocos medios de comunicación han invertido tiempo en investigar concienzudamente las travesuras del suizo Blatter desde su llegada a FIFA, pero material hay de sobra por allí, como para dar comienzo a un escrito serio. Investigación que, solo a modo de puntapié, podría comenzar con las incontables irregularidades que tuvieron lugar en los escenarios previos a su elección para presidir el organismo en 1998. Testigos que relatan los sobornos que volaron hacia todas partes para que los afiliados votaran por su candidatura, y que en ningún caso bajaban de US$120,000. Desde luego, la quiebra de la firma de marketing ISL -perteneciente a FIFA- dejó un tendal de US$100 millones en pérdidas. Pero Sepp escondió una investigación interna bajo la alfombra. Quien más detalles posee sobre las jugarretas de Joseph Blatter en los negociados del fútbol es, sin lugar a dudas, el sueco Lennart Johansson, quien compitiera con el hoy presidente en los comicios del 98. Johansson también fue firme sostenedor de los alegatos al respecto de los eventos oscuros que rodearon la caída de ISL y que, no es sorpresa, podrían enterrar a Blatter o -cuando menos- expulsarlo hacia el olvido. ISL tenía sus oficinas porteñas en la calle Carlos Pellegrini 1427 de la Ciudad de Buenos Aires y, súbitamente, en cuestión de horas, sus espacios fueron desmontados y su staff se desvaneció. ¿Era Joseph Blatter el personaje idóneo para castigar a Diego Maradona? Desde luego que no. Por Ricardo White, para El Ojo Digital Sociedad-Deportes, Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010. E-mail: elojodigital.com (arroba) gmail.com.