POLITICA: POR EL DR. ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO -ABOGADO-, PARA EL OJO DIGITAL

¿Cómo se sale?

Resulta evidente, para cualquier observador, que la situación política argentina presenta características que convertirán a los próximos meses en escenarios, al menos, muy agitados. Y que el suceder de los acontecimientos tenderá a acelerarse.

21 de Julio de 2010
El poder de Kirchner, en la medida en que su "caja" se va agotando -no es el amor el sentimiento que mueve a los gobernadores, a los intendentes y a los legisladores dependientes- cada vez le resulta más difícil comprar adhesiones con acciones que ya se han transformado en espejitos de colores, como las obras públicas prometidas durante la campaña electoral. Hoy, la sumisión de quienes tienen responsabilidades ejecutivas en el país tiene un nombre casi común: los sueldos y, este mes, los aguinaldos. De esa imperiosa necesidad que tienen de evitar que sus provincias se incendien, depende la aquiescencia servil que algunos -don Danielito es el mejor ejemplo- le brindan a don Néstor. La pretendida modificación de la reforma política en la Provincia de Buenos Aires demostró un famoso apotegma: los peronistas acompañan hasta la puerta del cementerio, pero no se entierran con uno. Y eso fue lo que trataron de hacer los barones del Conurbano, que hoy, por la derrota de Kirchner el 28 de junio, ven sumergirse sus respectivas gestiones municipales en tembladerales peligrosos, tanto para su futuro político cuanto para su propia libertad individual. La toma del poder en varios de los consejos deliberantes por parte de la oposición hará que muchos intendentes vean poner en serio riesgo su permanente reelección y, más peligroso aún, la forma en que han conducido las finanzas de sus distritos. Pero don Néstor, apoyado en su esclavo Danielito, consiguió torcer la voluntad de la mayoría en el Senado de la Legislatura bonaerense e impedir que se permitiera a los barones separar, en las fechas, las elecciones nacionales de las municipales. Kirchner consiguió colocar, en cada uno de sus cuellos, un nuevo salvavidas de plomo, como fueron las candidaturas "testimoniales" que tantos dolores de cabeza terminaron por producir. El señor Hermegildo Sabat, con su habitual y fina percepción, dibujó a Scioli con los pantalones bajos en Clarín, y las malas lenguas adjudican a ciertas compras inmobiliarias, aparentemente realizadas por el Gobernador en Toscana y en Cerdeña durante su reciente periplo peninsular y registradas prolijamente por la SIDE en la carpetita de don Néstor, esa vocación suicida del "manco del espanto" por decir tantos sí a los deseos de Olivos. Don Néstor ha decidido olvidarse del favor público para recostarse en la dudosa lealtad de don Huguito, el hombre del camión, aún a sabiendas que, cuando las papas quemen -y ya se huele a quemado en la CGT- lo traicionará para negociar, como siempre ha hecho la central sindical, con el poder de turno. Lo mismo sucede con las organizaciones "sociales" adictas, que reclaman, cada vez con mayor virulencia, sentarse a la mesa de reparto de los subsidios millonarios que vierte la Rosada. No ignoran que los fondos necesarios para hacer frente a esas dádivas están mermando, y que la inflación se está comiendo gran parte de esas canonjías. Volviendo a los barones, cabe señalar que éstos no podrán, alegremente, tolerar la incorporación de esas organizaciones a las listas de cooperativas favorecidas toda vez que, si lo hicieran, sus problemas se agudizarían notablemente: en muchos casos, los subsidios de "trabajo" representan más dinero que el que cobran los empleados municipales. ¿Se imaginan qué puede pasar en un escenario en el cual los piqueteros amigos del poder salgan a la calle a apoyar el "modelo" y los anti K salgan a la misma calle a protestar por haber sido marginados en el reparto? ¿Para qué otra cosa podría estar dedicando tanto esfuerzo a contratar a las barras bravas de los clubes de fútbol con la promesa de invitarlos a Sudáfrica? Otro flanco que don Néstor no ha descuidado para el caos que busca producir, es el de las Fuerzas Armadas. Ha salido a entregar sobres a suboficiales que, en algunos casos, duplican el sueldo en "blanco" de los mismos, y mantiene una férrea lealtad de los cuadros en actividad haciendo pasar hambre a los retirados. Las Madres de Plaza de Mayo, que construyen viviendas con subsidios nacionales y sin rendir cuentas a nadie, adjudican a esos mismos suboficiales casas que cambian por sumisión. El único aspecto que inquieta hoy a Kirchner tiene que ver con Comodoro Py y los jueces federales que lo habitan. Éstos, con el fino olfato que los caracteriza, han comenzado a notar que algo huele a podrido en Dinamarca, y han resuelto desempolvar viejos expedientes que comprometen muy gravemente al hombre de Olivos en los hechos de corrupción más gigantescos que recuerda la historia argentina. Esa preocupación será, a mi modo de ver, una de las razones esenciales de la aceleración de los tiempos políticos porque, ¿podría Kirchner soportar ser llamado a indagatoria sin que el mismo peronismo, uno de los movimientos políticos más caníbales que se conozcan, salga a hacerse un festín con su cadáver? Como en todos los casos mencionados aquí, don Néstor nunca ha tenido amigos, sólo vapuleados -pero bien pagos- laderos. Esos mismos cómplices que, más allá de la crematística personal, lo odian sin reparo, y serán los primeros en "arrepentirse" cuando noten que el movimiento inercial del acompañamiento al cortejo fúnebre del tirano de Olivos los empuja, sin remedio, a la propia tumba. Pero las preocupaciones cotidianas de la gente común pasan por otros rumbos: la inseguridad, el desempleo y la inflación. Doña Cristina, embarcada en exhibirse en escenarios internacionales pese a que su presencia siempre es precedida por noticias de corrupción en la prensa del país que visita, y don Danielito, empeñado en parecerse cada vez más a Mr Gardiner, el fantástico personaje de Kosinski que Peter Sellers llevó a la pantalla, hacen como que esos problemas no existieran. La primera, sigue dando discursos que nadie entiende y en los que nadie cree; el segundo, superado por una gestión que le resulta inmanejable, trata de sobrevivir echando policías y ministros a la calle. Y quienes debieran ocuparse, como don Anibalito y don Amadito, se han transformado en meros bufones para el consumo diario de los noticieros políticos y económicos. Fernández, el peor de los caraduras, explicando a la gente que la administración de la Provincia no es problema del Gobierno nacional, cuando es de público y notorio que don Néstor nombra y despide funcionarios, amén de torcer la voluntad de las mayorías; y Boudou, porque se ha transformado en un mero vocero de don Guillermito, su "subordinado", que sólo responde a Olivos. Desde otro ángulo, la mayor preocupación de los ciudadanos informados es cómo salir de este atolladero en que Kirchner ha metido a la Argentina. Porque, aún suponiendo que fuera factible realizar un juicio político a la Presidente por corrupción, y procesar a don Néstor por una serie de actos criminales de envergadura, no encuentra un reemplazo razonable para sentar en el sillón de Rivadavia. Mira y examina a cada uno de los líderes opositores, sin descubrir a ninguno que reúna Creo que esa preocupación resulta hoy superflua, en la medida en que se respeten las estipulaciones de la Constitución Nacional, es decir, que si conseguimos que los Kirchner se vayan, de una manera u otra, quien debe acceder al poder es el Vicepresidente, Julio César Cleto Cobos, con todo el arco político respaldando su gestión, ya que se trata de un esencial requisito. Me permito sugerir la relectura de una nota antigua, "Cuidar a Cobos" (http://egavogadro.blogspot.com/2009/05/cuidar-cobos.html) en la cual enunciaba estos mismos caminos, y daba las razones para ello. Estoy absolutamente convencido que, si pudiéramos arribar a una solución como esa, Argentina volvería al camino ascendente y recuperaría para su población el trabajo, la salud, la educación, la Justicia, la reinserción internacional y todas aquellas cosas que este insano proyecto patagónico nos ha quitado. Por el Dr. Enrique Guillermo Avogadro -Abogado-, para El Ojo Digital Política. E-mail: ega (arroba) avogadro.com.ar.
Por el Dr. Enrique Guillermo Avogadro -Abogado-, para El Ojo Digital Política