El justicialismo convoca a la militancia en la Ciudad de Buenos Aires
Los hechos revelan el agotamiento de la estrategia de concentración de poder político y económico implementada por Néstor Kirchner, que genera hoy el rechazo de la gran mayoría del pueblo argentino, como quedó expresado en el pronunciamiento popular del pasado 28 de junio.
21 de Julio de 2010
Este gobierno nada tiene que ver con el peronismo. El verdadero "partido gobernante" en la Argentina de hoy no es el peronismo sino el "Partido del Estado Unitario", financiado con el presupuesto nacional. Su base de sustentación material es la subordinación económica de las provincias y los municipios al poder central, que arrasa con la vigencia del federalismo y las autonomías locales, incluida la de la ciudad de Buenos Aires, para disciplinar políticamente a gobernadores e intendentes. La Argentina es actualmente un Estado unitario y el gobierno necesita imponer esa condición al propio peronismo para poder subsistir.
Ese sistema de "Partido del Estado Unitario" es coherente con la estrategia orientada a crear un "capitalismo de amigos", para beneficiar a un pequeño grupo de empresarios privilegiados, que conforman una oligarquía que prospera en virtud de sus lucrativos vínculos con el Estado, especialmente en materia de obras de infraestructura, y cuenta con la ayuda oficial para apropiarse de empresas petroleras, de compañías concesionarias de servicios públicos o de actividades que funcionan bajo licencia estatal, como el negocio del juego, así como de medios de comunicación social.
Mientras tanto, más allá de las mentiras del INDEC, los indicadores que más crecen en la Argentina son los que miden el avance de la pobreza y la desigualdad social. La Argentina padece el "escándalo de la pobreza", que afecta a cerca del 40% de la población. Millones de compatriotas sumergidos en el desempleo o el empleo precario, la pobreza y la marginalidad social, agravados por los alarmantes índices de inseguridad pública y la expansión de la droga y el narcotráfico (en toda la Argentina y también en la ciudad de Buenos Aires), exigen respuestas efectivas, que no pasan por un asistencialismo de corto alcance, ni por un clientelismo que degrada la condición de los más humildes.
Esta estrategia de acumulación política y económica impulsada por el kirchnerismo llevó a la "estatización" del Partido Justicialista, cuyo Consejo Nacional fue convertido en una oficina pública y sus miembros en una mera comparsa de acompañamiento de Kirchner. Mientras, en la ciudad de Buenos Aires, el Partido Justicialista fue transformado en un simple sello, vaciado ideológicamente y carente de toda presencia política e inserción social.
El peronismo no nació para ser "pata" de nadie, ni en la Argentina ni tampoco en la ciudad de Buenos Aires. Su misión es conducir a la Argentina toda por el camino de la Felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Patria. Por eso estamos dispuestos a luchar, desde adentro del peronismo y nunca desde afuera de él, para cumplir con ese legado de Perón y Eva Perón.
Desde la Confederación de Agrupaciones Peronistas Porteñas, concebida como una iniciativa abierta a la participación de toda la militancia del distrito, vamos a participar en la reorganización del peronismo a nivel nacional, en estrecha vinculación con la Confederación de Agrupaciones Peronistas de la Provincia de Buenos Aires y con los bloques legislativos del Peronismo Federal constituidos en las dos cámaras del Congreso Nacional.
Al mismo tiempo, y como tarea propia e irrenunciable, asumimos la responsabilidad impostergable de impulsar la recuperación del Partido Justicialista de la ciudad de Buenos Aires, para forjar un instrumento que canalice el debate y la elaboración de propuestas, la constitución de equipos de gobierno, la formación de cuadros y dirigentes, la activa participación de la militancia y la integración de las representaciones orgánicas de la mujer, de las organizaciones sindicales, de la juventud, de los profesionales y técnicos y de todos los sectores de la comunidad.
En esa misma dirección, nos proponemos impulsar una activa participación del peronismo en el proceso de institucionalización y elección de autoridades de las comunas porteñas. Igualmente, queremos abrir un diálogo constructivo con todas las fuerzas políticas del distrito para establecer coincidencias básicas sobre la afirmación de la autonomía de la ciudad de Buenos Aires en el contexto de una Argentina federal, en particular en relación a la seguridad pública, el transporte, la regulación de los juegos de azar y demás cuestiones fundamentales para la ciudadanía porteña.
Queremos organizar al peronismo porteño, a partir de la movilización de la militancia, para convertirlo efectivamente en una alternativa de gobierno para la ciudad de Buenos Aires en las elecciones legislativas y para la Jefatura de Gobierno del 2011.
El pueblo argentino, y en especial los vecinos de Buenos Aires, observan como la acción política está reducida hoy a la alquimia electoralista y a la multiplicación de operaciones publicitarias, que sólo buscan promocionar candidaturas mediáticas y cautivar a la opinión pública mediante el empleo de técnicas de marketing que promocionan imágenes separadas de los hechos.
La Argentina, que hoy navega a la deriva, requiere que la política vuelva a ser capaz de definir con claridad un rumbo estratégico, una visión de mediano y largo plazo que guíe su destino por varias generaciones. Desde 1945, el peronismo supo reinventarse ante cada uno de los desafíos que nos planteó la historia. Y la doctrina justicialista, inspirada en las enseñanzas de la doctrina social de la Iglesia, pudo adecuarse a la evolución de los tiempos. Las nuevas condiciones del siglo XXI reclaman nuevamente ese ejercicio de actualización doctrinaria, para definir los contenidos concretos que tiene hoy el objetivo permanente de edificar una Patria socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.
Esa nueva actualización doctrinaria demanda una propuesta organizativa y programática acorde con los tiempos, que brinde respuesta a los problemas que afectan a los argentinos de carne y hueso. Ese es el punto de partida para volver a poner al peronismo como eje de un proyecto nacional. Así podremos forjar la gran alternativa política superadora que nos permita otra vez encarnar, en la Argentina del Bicentenario, el camino de la esperanza.
Remitido a El Ojo Digital por Pascual Albanese, Juan José Minichilo, Martin Moyano, Eduardo Rollano y Miguel Angel Toma