Affari Suoi ("No son cosas mías")
"La diferencia que existe entre el caudillo y el conductor es natural. El primero hace cosas circunstanciales y el segundo realiza cosas permanentes. El caudillo explota la desorganización y el conductor aprovecha la organización. El caudillo no educa, más bien pervierte; el conductor educa, enseña y forma. Es decir, son maneras diametralmente opuestas en la acción política" (Juan Domingo Perón, Conducción Política).
21 de Julio de 2010
Sobre este pensamiento de Perón, creo que podemos analizar la conducción de los Kichner que se caracteriza por:
a) un estilo caudillesco basado en el uso indiscriminado de los fondos públicos con el fin de su permanencia en el poder sine die.
b) la promoción de la insolidaridad de los grupos (¡demasiados!) de intereses que le siguen pero que han despegado su destino del destino común de los argentinos y/o de grupos afines. Esos grupos han pasado del "nadie puede realizarse en un país que no se realiza" al "¿yo?, argentino".
El caudillo K. ha elegido una forma astuta e inescrupulosa de manejar grupos ideológicos o de intereses. A cada grupo le dice lo que quiere oír. Y lo más grave: a cada uno le da los medios económicos y de poder que quería recibir. Hace un par de días lo reconoció públicamente ?con su brutal sinceridad- Hebe de Bonafini: "A nosotros nos dieron todo lo que queríamos. Y más". Si algún periodista avispado le preguntara: ¿Y por qué otros grupos defensores de los DD. HH. como el de Adolfo Pérez Esquivel no tienen la misma suerte suya? Seguramente respondería: affari suoi.
He aquí la perversión del caudillo que pervierte, deseduca y aprovecha la desorganización; ¿qué dicen estos grupos cuando se les recuerda que otros grupos no tienen la misma suerte que ellos o que la mayoría de la población está en contra de los Kichner o que hay una inflación galopante o que Julio De Vido, Claudio Uberti, López, etc. hacen negocios a lo loco con dinero público? Responden: affari suoi. En mis años en Italia me llamó la atención esta gráfica frase que los italianos usaban para terminar la conversación cuando un tema o asunto nos les concernía ni les interesaba: affari suoi, negocios de otros, asuntos de otro, o quizá en argentino sería: no son cosas mías. Aunque prefiero el giro italiano. Acompañado de palmas de la mano hacia arriba.
Una de las más lúcidas pensadoras actuales, Beatriz Sarlo, contestó por qué ella no haría lo mismo, referido a los intelectuales que apoyan al gobierno a través de ese grupo de choque intelectual llamado "Carta Abierta": mi límite sería De Vido. Traducido: no puedo apoyar a un gobierno que además de impulsar los Derechos Humanos, etc. etc. tenga en su seno a inescrupulosos como De Vido, o Jaime, etc... ¿Qué respondieron los grupos de apoyo K o los de Carta Abierta? affari suoi. No son temas míos. A mí, mientras me den medios para decir lo que quiero y contratos para desarrollar mis teorías filosóficas (José Pablo Feinmann, etc.), lo demás: affari suoi. Y así, las Madres y las Abuelas y Macri padre, etc. etc.
Y (a la inversa de cómo capta a sus aliados y/o súbditos) el caudillo elige cuidadosamente quienes quedan fuera de este juego de poder y dinero público. Primero dejó fuera a su mentor, Eduardo Duhalde y los intendentes del conurbano. Luego al diario Clarín (sin olvidar que estuvo atado a un acuerdo con Clarín durante cuatro años), luego a los sectores del campo, luego a otros medios de comunicación, ahora a los jueces.
¿Cómo juegan el funcionariado y los aliados tales como gobernadores, diputados, etc.? Como empleados. Con obediencia debida. A esa pléyade de funcionarios dependientes sólo les queda obedecer y ejecutar. El que no esté de acuerdo, queda fuera de la protección mafiosa. ¿Que Lavagna se toma atribuciones que empañan el éxito económico? Fuera. Que Alberto Fernández se toma licencias que nadie le dio? Reemplácelo por el Aníbal.
Creo que en este asunto se ve claramente aquello que decía Perón al principio: el Caudillo pervierte y corrompe, hace cosas circunstanciales. El Conductor (Estadista) educa, organiza la masa y conduce hacia objetivos. No va a ser fácil romper la cultura del sálvese quién pueda, del ¿yo?, argentino que quedará como resabio de este autoritarismo caudillesco.
Por el Dr. Norberto Zingoni, para El Ojo Digital Política.
E-mail: eleonorafer (arroba) gmail.com.
Por el Dr. Norberto Zingoni, para El Ojo Digital Política