POLITICA: POR FRANCISCO MONTESANO, PERIODISTA, PARA EL OJO DIGITAL

Es el Gobierno quien fija la agenda

Desde su llegada al poder, los Kirchner nos han mostrado que sólo saben cómo inducir a la fragmentación social, provocar enfrentamientos, intranquilidad y animosidad entre aquellos a quien les toca gobernar, llegando hasta la antinomia entre los distintos sectores de la sociedad, y perfeccionándolo todo con su obstinación en las decisiones.

21 de Julio de 2010
Tal vez crean que solo así podrán construir poder, promoviendo primero el juzgamiento a las Fuerzas Armadas, enfrentando luego a la Iglesia, más tarde al sector agropecuario, y desde hace unos años, contra los medios de difusión. Finalmente, es hoy también el Poder Judicial quien esta en el banquillo de los acusados, no soportan la imparcialidad; más bien parece molestar al oficialismo. No es casualidad que todos aquellos fallos adversos a sus designios sean correspondidos con un torrente verbal desde todo el espectro de la Casa Rosada, al revés de lo que ocurre con los fallos favorables. Se suma ahora la realización de los "juicios populares" a la ética periodística, prácticas deleznables si las hay, en los que ciertamente lograrán condenas que seguro no conseguirán en los tribunales que la Constitución Nacional dispone. A la cual solo se ajustan para beneficio propio. Hebe de Bonafini, quien encabezó este simulacro de juicio público contra periodistas, y a quienes tildó de "traidores al pueblo y silenciadores del horror". Confió en que pronto llegará el momento en que "pidan perdón", y anticipó que se aplicará un mecanismo similar con los jueces. Néstor Kirchner, alentando esta práctica de persecución, dijo en la sede de la CGT: "De ahora en más, sin odios ni venganzas". "[Que la Justicia] proceda a juzgar las responsabilidades, como dijo la Presidenta, no sólo de aquellos que lamentablemente les hicieron poner una capucha, sino de los responsables civiles e ideológicos del golpe militar de 1976". Esta indicación al Poder Judicial emparda a la de Estela de Carlotto cuando señaló: "la dictadura se hizo entre muchos, militares y civiles, al servicio del exterminio y la apropiación de niños. Son los mismos que hoy pretenden volver a las recetas neoliberales que tanto daño nos han hecho". Se despachó en estos términos en ocasión de su discurso en la ESMA. Esta verborragia, que ponen en serio riesgo los derechos y garantías que otorga la democracia para todos habitantes, presupone una táctica en la que, agotados los adversarios -reales o imaginarios- los K comiencen juzgando a los ciudadanos civiles. En toda esta confusión caerían no sólo ex funcionarios del Proceso, sino también opositores actuales que incomoden al gobierno, con supuestas "pruebas" de conspiración. Todo ello, sin dejar de enarbolar esta cacería con la bandera de los derechos humanos, lo cual resultaría a esta altura de los acontecimientos una triste paradoja. Pero las similitudes con gobiernos autocráticos, en la que su ideal es el de imponer el pensamiento único como el Venezolano, inquieta. La Argentina vivió ese proceso en el siglo XlX; desde 1880 se profundizó el proceso de concentración del Poder político, alrededor del partido oficialista. El presidente buscaba remover a gobernadores no leales. Este se denominó el unicato; una fuerte concentración del Poder político en el Presidente. A contramano de las actuales ideologías, aquel fue un régimen liberal y conservador, el modelo de desarrollo económico para el país estaba basado en las exportaciones de la producción agropecuaria. Las realidades actuales de los gobiernos de Chávez y Kirchner, sin embargo, son el avance descontrolado de la inflación. Ambos enfrentan el problema con las primitivas herramientas del control. La Argentina lo hace con un personaje como Guillermo Moreno. En Venezuela, existe una denominada "policía de precios". En VTV, canal controlado por el chavismo, el programa La Hojilla se encarga de denigrar a los periodistas que denuncian presiones del Gobierno o critican algunas medidas. Esta especie de "6,7,8 venezolano", al igual que el del canal oficial K, tiene como invitados a diferentes dirigentes del oficialismo, que se retroalimentan en sus críticas a la oposición. Al igual que los programas de espectáculos como el TV Registrada o Zapping, el programa oficial 6,7,8 se encarga de exhibir los tapes de los políticos de la oposición resaltando su antecedentes, como fundamento para criticar su postura actual o descalificar sus opiniones. Todo esto, descuidando que los funcionarios kirchneristas también tienen un archivo, en muchos casos oscuro, pero eso por cierto no se muestra. De tal suerte que la única opción de lucha que nos queda como ciudadanos es evitar que, en los hechos, sea el Gobierno quien fije nuestra agenda. Por Francisco Montesano, Periodista, para El Ojo Digital Política. Blog: http://blogs.clarin.com/conflictos-y-dilemas/posts/
Por Francisco Montesano, Periodista, para El Ojo Digital