SOCIEDAD - TRIBUNA: POR CLAUDIA MIGLIACCIO, PARA EL OJO DIGITAL SOCIEDAD

Antinomia y confrontación, males clásicos de la política argentina. Las posibilidades del cambio

La situación que atraviesa nuestro país -caracterizada por desocupación, inflación, pobreza, inseguridad, deficiencias en las prestaciones de salud, y en la calidad de la educación- pone en evidencia que vamos por el camino erróneo.

21 de Julio de 2010
¿Cuál es ese camino? ¿Qué sendero eligió el actual gobierno para conducir este país, nuestro querido país? El de la confrontación, la imposición y la intolerancia. El no respeto a las diferencias, la descalificación, la acusación infundada, el cerrarse en sí mismo. Se han convertido en una modalidad de gobernar, enarbolada por el autoritarismo. Es como una especie de Boca-River a gran escala. Tener ideas distintas, resulta ser catalogado como "desestabiliador" o sencillamente, se dice que se "ponen palos en la rueda". Me pregunto, si este gobierno todavía no entendió, o, tal vez no está dispuesto a aceptar, que el hecho de hacer política "de la buena", implica convocar a todos los sectores: empresariales, productivos, sindicales, organizaciones no gubernamentales, profesionales, representantes de la Iglesia y a todo aquél que desde su lugar pueda y desee aportar y sumar. Lamentablemente, esa desunión, ese autismo que cobra forma en la sentencia: "el que manda soy yo y soy el dueño de la verdad", está enquistado hasta en el interior del partido oficialista. Pareciera ser que la lucha por el poder no tendría final, ni límites. Peor aún, se agrava cada vez más. Es que no se puede hacer política de la buena con estos mecanismos que generan desazón en el seno de la sociedad. La incertidumbre, tristeza y desesperanza deberían impulsarnos la energía y el compromiso necesario para participar y gestar un cambio de rumbo. Escribir este artículo es, en sí mismo, una forma de participar. Es imprescindible que cualquier situación nos movilice para unirnos y participar, pues la ciudadanía no se ejerce sólo con el sufragio el día de las elecciones. Vemos como a diario se utilizan argumentos de descalificación, culpándose de la "herencia recibida" a gestiones anteriores: los noventa, la gestión de De la Rúa... todas ellas catalogadas como "los males de la Argentina". Pero, claro; seguramente se cometieron errores, porque el que gobierna comete aciertos y desaciertos. Ciertas medidas habrán sido erróneas. No obstante, sería positivo para todos, rescatar los aciertos y darles continuidad, dando nacimiento a verdaderas políticas de Estado. Para ello, se hace necesario convocar a una mesa de concertación y de unidad nacional, con todos los partidos políticos y sectores, y consensuar. Palabra en desuso si las hay, pero tan necesaria para construir políticas públicas. Es importante recordar que hay pocos dirigentes que han demostrado esa capacidad de gestión y de pacificación en momentos de crisis. No son muchos. Mas corresponde tener memoria y reconocer que este país necesita de conductores que sean verdaderos pilotos de tormenta. No deberíamos dar posibilidad al ensayo y error. La Argentina necesita recoger las experiencias positivas que han legado un compendio de políticos con experiencia. Un caso -en mi opinión- es el del ex presidente Eduardo Duhalde. Lo propio podría decirse del economista Roberto Lavagna, quien -estando al frente de la cartera de Finanzas- contribuyó al saneamiento de las cuentas fiscales. Y por qué no reconocerle al Doctor Raúl Alfonsín lo hecho en materia de reconciliación nacional. Considero que es impropio catalogar a ex primeros mandatarios como referentes de la "vieja política". No podemos darnos el lujo de innovar cada cuatro años y recomenzar de cero. Corresponde depositar nuestra confianza en quienes han pasado a ocupar un protagonimo ejemplar en la historia argentina, especialmente en tiempos de profundas crisis. Por Claudia Migliaccio, para El Ojo Digital Sociedad. e-Mail: licenciadamigliaccio (arroba) hotmail.com
Por Claudia Migliaccio, para El Ojo Digital Sociedad