El mito Maradona, hecho trizas. El baldazo de agua helada con el que no contaban los Kirchner

Fin de fiesta futbolera, con consecuencias innegables para el kirchnerismo, que se había subido al caballo del Mundial de fútbol para cosechar algún que otro consabido beneficio. Los análisis relativos al balompié quedarán al margen. Maradona cosechará críticas implacables desde esa óptica, de parte de "periodistas" deportivos (celebra Fernando Niembro) y la propia sociedad. Pero el DT también será destrozado a consciencia en función de su excesivo apego a Néstor Kirchner y sus diabólicos planes. Las lágrimas más amargas serán aportadas no ya por los fanáticos, sino por los patagonistas de la historia que tienen su oficina en Olivos y Balcarce 50. En voz baja, soñaban con traer al técnico y los jugadores del seleccionado con la copa para danzar en el balcón del rosado edificio. De paso, ya habían orquestado movimientos tácticos para extender todo lo posible los festejos, para entretener a la ciudadanía con ese circo romano que siempre ha representado el campeonato mundial de balompié. Ahora más que nunca, lloverá fuego graneado sobre el muy kirchnerista "Fútbol para Todos" y su mentor, arquitecto y administrador, el ministro Aníbal Fernández. La sociedad perdona mientras los números son favorables. Este es el riesgo de atar la fortuna política y las ambiciones electorales al bamboleante ritmo de una pelota. A Diego Maradona lo harán trizas en todo foro imaginable. No faltarán aquellos que le reprocharán su condición de drogodependiente, aún cuando no sea correcto mofarse de una persona por adolecer de tal enfermedad. El otrora respetable periódico The New York Times equivocó el camino al extenderle las disculpas del caso al hombre de Villa Fiorito: debieron haber esperado hasta después del match versus los alemanes. En la AFA, la incandescencia de las brasas hará arder los ropajes de su polémico titular, don Julio Grondona. Si este hombre sale indemne de la crisis, entonces cualquiera podrá llegar a la conclusión de que la impunidad ha rebasado todo límite tolerable. Grondona debe pagar, pero no por la debacle mundialista (de la cual es, igualmente, partícipe necesario). El mandamás de esa institución deberá rendir detalladas cuentas sobre su deleznable sociedad con Néstor Kirchner y la Presidente de la Nación para convertir las transmisiones del torneo local en un oneroso pozo sin fondo por el cual se diluyen los impuestos de los contribuyentes argentinos. Todo ello mientras los personeros del poder siguen insistiendo en que los jubilados del país no merecen ganar un peso más. Y está bien claro: ellos pretenden que los ancianos exhalen rápidamente su último suspiro, para dejar de "sobrecargar" a la ANSSES. En cualquier caso, tampoco habrá que parcializar mayormente el análisis. Quienes también tendrán motivos para el llanto serán los propios legisladores de la oposición: ellos se encontraban aprovechando la debilidad del oficialismo por la pelota para quitarle todo su poder en el Congreso de la Nación. Tal vez, si la Argentina hubiese alcanzado la final, diputados y senadores de la vereda de enfrente del kirchnerismo hubieran podido continuar la faena sin concentrar gran atención sobre su estrategia. En palabras de una fuente de nuestro medio, a este escenario de ojos hinchados y vapuleadas esperanzas solo le faltaría que Alberto Balestrini pasara a mejor vida. En tal caso, se desatará una cruenta batalla por el control del poder en el PJ en general y por La Matanza en particular. Podría correr abundante sangre. Para los argentinos que centraban la mirada en el torneo que transcurría en tierra sudafricana, este golpe de realidad les quita de un plumazo la única manera elegante que tenían para hacer catarsis. Pues bien; no es preciso ser demasiado inteligente para destacar que esa catarsis la harán ahora emprendiéndola contra todos los personajes del zoológico vernáculo del deporte número uno. Darán el puntapié inicial con Diego. El resto de las probables consecuencias será, por cierto, difícil de mensurar. Estas tienen relación, puntualmente, con la manera en que la apreciación que la ciudadanía tiene sobre el Gobierno Nacional se venga todavía más a pique. El kirchnerato deberá conformarse con la promoción del bochornoso y recalcitrante "matrimonio gay" que, lejos de estar avalado por el homosexual "de a pie", es fogoneado por activistas y militantes a quienes el oficialismo ha sabido recompensar económicamente por sumarse a su nefasta agenda. Pobre de Néstor Carlos y Cristina si esa derrota legislativa se sumara a las ya consumadas catástrofes que han tenido lugar en el parlamento, en la forma de pérdida de comisiones clave. En definitiva, habrá que ver cómo se aprestan a poner barbas en remojo, entre otros, Aníbal Fernández, Diego Armando Maradona, Julio Grondona y el propio esposo de la Presidente de la Nación. Cristina continuará de shopping pues, como dijimos oportunamente, desprecia con vehemencia el balompié. Por Matías E. Ruiz, para El Ojo Digital Política. e-Mail: contacto (arroba) elojodigital.com.