El Decreto 937/2010, base del acuerdo entre Julio Cobos, los radicales y el kirchnerismo. ¿Quién consumirá la trampa?

Los pactos económicos -según se observa- son más fuertes que los acuerdos políticos. A nivel nacional, el acuerdo para que sólo existieran dos partidos se concretó con la aprobación a las modificatorias de la Ley de partidos políticos (23.298), donde el partido gobernante -el Partido Justicialista, rehén del Frente para la Victoria- y la Unión Cívica Radical -que incluye a los radicales K en el paquete- han asestado una estocada definitiva a la democracia de partidos. Los tiempos ya corrieron. El empuje y la capacidad de armado de dirigentes disidentes y opositores podían mucho más que esta trampa de dos: los partidos se seguían presentando, junto con el volumen de sus correspondientes adhesiones y afiliaciones. Las agujas del reloj no dejaron de moverse en apresurada carrera. Las notificaciones judiciales y las trabas a las presentaciones no dejaban de surgir. En el interín, muchos han callado y continúan haciéndolo. Otros se reúnen y acuerdan. El resto, o bien son candidatos de mentira o bien convergen en "testimoniales". Y otro grupo se torna funcional a esta grosera trampa electoral. Finalmente, observamos cómo muchos "padres de candidatos" siguen sosteniendo a sus hijos políticos. Evidentemente, no fue suficiente con dictar las modificatorias a la Ley de Partidos. Los protagonistas cayeron en cuenta de que la ciudadanía buscaba nuevas alternativas de gobierno. Nuevos dirigentes de distintas localidades y distritos dieron inicio a movilizaciones en sus áreas de influencia, como así también en la extendida geografía del territorio nacional. Lo actuado se orientaba a cambiar el actual modelo de inseguridad, inestabilidad, corrupción y negociados económicos entre países carnales -ubicados ya no tan al norte-. Se perseguía modificar el actual escenario carente de la educación más elemental y abundante en planes sociales para la tropa propia, ideario que solo busca hacer más dependientes a los necesitados e indigentes. A este tenebroso espectáculo solo le restaba la estocada final para que estos cambios jamás tengan lugar en la Argentina. Esta novedosa pincelada de contubernio ha sentado las bases para que los socios económicos del Frente para la Victoria y el Radicalismo kirchnerista -estos últimos, sumados a una Nueva Alianza con tufillo a 1999- volviesen a hacer coincidir sus caminos. La sociedad argentina hoy cuenta con la confirmación de que estos polos han sido socios desde siempre, aún cuando la famosa Resolución 125 -pensada para perjudicar al Campo- los haya separado por un breve lapso. De tal suerte que el acuerdo definitivo se ha consumado, en la forma del Decreto del Poder Ejecutivo de la Nación Nº 937/2010 que lleva como fecha 30 de junio próximo-pasado, y convenientemente firmado por la Presidente Cristina Fernández de Kirchner, Aníbal Fernández y Florencio "Aníbal" Randazzo. Este esquema clandestino no solo le obsequia numerosas trabas a la conformación de nuevos partidos, sino que modifica las reglas de juego sobre la marcha. Pero, examinando a consciencia la cuestión, ¿qué persiguen radicales kirchneristas y Gobierno Nacional, a partir de esta maniobra fraudulenta? El objetivo final es, ni más ni menos, asegurarse ser dos y nada más que dos aquellos con posibilidades de llegar a la segunda vuelta. De esta manera, esta sociedad económico-política logrará mantenerse ad eternum. En el proceso, resulta anecdótico que simulen pelearse en las Cámaras del Honorable Congreso de la Nación. Con ese maquillaje, pretenden lograr que una ciudadanía estafada hasta el hartazgo termine comprando la idea de que aún existen "debate" y "confrontación". Descarada mentira. ¿Es aceptable que los ciudadanos que propugnamos un cambio no tengamos otra alternativa que continuar optando entre lo peor que se nos presenta? ¿Hasta qué punto resulta tolerable seguir careciendo de verdaderas alternativas? ¿Existirá constitucionalista alguno que se atreva a recordarle a la opinión pública y a la política que cambiar las reglas de juego sobre la marcha es inequívoca y contundentemente anticonstitucional? ¿Se animarán a gritar a viva voz que no existe Ley que pueda tener carácter retroactivo? ¿O será cierto que también los constitucionalistas del país son parte cómplice de este juego macabro? ¿Será consecuencia del "cambio" de actores para asegurar la continuidad del modelo el hecho de que el Vicepresidente Julio César “Cleto” Cobos haya salido a cubrir su futuro gobierno, declamando en las últimas horas que para pagar el 82% móvil hay que asegurarse la continuidad del pago? ¿Qué sucedió a mitad de camino entre la traición de Cobos a sus socios y estas sospechosas declaraciones que favorecen al modelo de gobierno del Frente para la Victoria? Es posible continuar con dos partidos solo si se respeta la Ley de Partidos Políticos, esto es, la que trata a los partidos políticos como verdaderas instituciones de la República. Allí donde existan internas abiertas y simultáneas pero reales, sin "engorde" de padrones. Allí donde los que voten sean más los vivos que los fallecidos. En definitiva, allí donde no reine y defina el plan social. A fin de cuentas, se persigue una Ley que permita y alimente la existencia de internas abiertas y simultáneas para que, de esta forma, exhiban sus planes nuevos dirigentes y candidatos, sobre los cuales la ciudadanía pueda optar a la hora del sufragio. ¿Quién se prestará al juego del Gobierno Nacional y consumirá la trampa? Por Alejandro Salevsky, para El Ojo Digital Política. e-Mail: alejandrosalevsky@yahoo.com.ar