POLITICA: POR MATIAS E. RUIZ, EDITOR

Política y autismo: desplantes que no generan interés en la opinión pública. Las chances reales de los candidatos para 2011

La política no deja de agigantar el abismo que la separa de la ciudadanía. Esta última difícilmente pueda referenciarse el año que viene en candidatos que basan su estrategia comunicacional en un histerismo insano o, simplemente, en sumar votos desde la portación de apellido. Mientras se consolida la percepción al respecto de que radicalismo, Acuerdo Cívico y socialismo son socios de Néstor Kirchner en el silencio, el peronismo "disidente" pretende ganar solo "con la camiseta" y se hace acreedor al campeonato de la escasez de ideas y propuestas.

13 de Agosto de 2010
Lilita sigue sin entender de qué va el rollo -al decir de los ibéricos-. Rompe con el Acuerdo Cívico y Social y con los radicales, aludiendo al hecho de que se siente parte en la construcción de una suerte de nueva Alianza. Razones no le faltan, aunque falla en los modos. El haberse subido a caballo de un recalcitrante vedettismo es, precisamente, lo que la ha convertido en un elemento rebelde, despreciado por socios políticos y votantes por igual. Lilita viene a representar el rol hollywoodense del patrullero que se resiste a cobrar su porción de los sobornos y que -a partir de esa actitud- logra que el resto le desconfíe. Olvida ella que, en estos días, el político que se promociona como imprescindible va a parar al fondo del basurero. Porque hoy, en el mundillo politiquero, venderse como "el único" o "el mejor", es tanto o más grave que ser corrupto. En cualesquiera de los casos, Elisa Carrió conserva esa eterna carta blanca que le significa poder salir corriendo a ahogar las penas en los brazos de Joaquín Morales Solá, columnista dominical que le dedica un amor platónico a estas alturas indescifrable. Y huelga decir que no todos los candidatos o players del entorno tienen la ventaja de tener a su analista político propio en el cual refugiarse. Por regla general, la mayoría tiene que "remarla desde abajo" para sembrar una buena relación con la prensa. Desde el plano teórico, aún faltan unos cuantos meses para las elecciones presidenciales. Al gigantesco tablero político argentino -sobre cuya superficie se desplaza un interminable desfile de piezas de cristal- solo le falta el puntapié que podría propinarle Néstor Carlos Kirchner, rebautizado por Luis Majul como "el Gran Titiritero". Golpe de gracia que podría sobrevenir en la forma de un torpe adelantamiento de las elecciones presidenciales. Táctica que ni siquiera la "Jauría de Balcarce", Héctor Timerman y Aníbal Fernández, podrían atreverse a negar pues ya se ha recurrido a ella en el pasado. Una pista: ¿no fue acaso un sinceramiento a este respecto el que la Rosada decidiera garantizar aumentos del 93% y del 36% en las tarifas de electricidad y gas respectivamente? Los fondos se han terminado y -valga la aclaración- no es igual la cifra que se requiere para adquirir voluntades en el Congreso que la que se requiere para mantener vivo el eterno sueño de los subsidios. Ahora que comienzan a caer baños de agua helada de realidad sobre las tarifas de servicios y sus precios inequívocamente atrasados, ¿cuánto tiempo transcurrirá hasta que ese sinceramiento llegue a las tarifas del transporte? Hay más datos: personal insatisfecho de Canal Siete ("Televisión Pública") comienza a salir y reportar que existen atrasos de al menos dos meses en el pago de salarios. El canal estatal -refieren- jamás ha visto episodios de corrupción y "acomodo para amigos" como los que vienen teniendo lugar desde la llegada de don Néstor Carlos Kirchner al poder. Voces alteradas y sobradas en decibeles confiesan que María Julia Oliván -ex conductora del ciclo "6, 7, 8"- continúa cobrando un aproximado de ochenta mil pesos mensuales, a pesar de haber renunciado. Casi la misma cifra que percibía cuando todavía se hallaba en funciones. Este detalle es, cuando menos, inexplicable; tampoco invita a la simpatía el hecho de que el plantel de ñoquis del ex Canal Siete sea hoy récord, entendiéndose por ñoqui a todo aquel que percibe un salario pero que jamás se acerca al canal a desempeñar rol alguno. El abrumado lector de las noticias no debería bajar la guardia; antes bien, debe evaluar que no es inteligente cuando contribuye a desperdigar el estribillo que se viene oyendo por estos días, a saber, que "Néstor Kirchner gana en 2011". El ciudadano de a pie debe comprender que la usina que promociona estas ideas es precisamente la misma que habla de claridad en las relaciones diplomáticas con Venezuela y que refleja que el incremento de precios al consumidor se corresponde con números del denominado Primer Mundo. ¿Cómo se puede dudar del INDEC y, al mismo tiempo, dar crédito al ex presidente cuando insiste en su condición de seguro ganador? La propiedad conmutativa a veces es aplicable a la realidad política nacional. A todos y cada uno de los candidatos les cabe la acusación de vedettistas crónicos. Por momentos, pareciera que ese mismo "Sálvese quien pueda" que impera en las calles del país se hiciera extensivo al mundillo de los que "quieren ser". Repasemos: Ricardo Alfonsín y el Vicepresidente Julio César Cobos continúan empecinados en sus objetivos de destruir o, al menos, disminuír las posibilidades presidenciales del otro, a cualquier precio. En tales condiciones, se vuelve evidente que ninguno de los dos podrá continuar fraternizando dentro del mismo espacio político en el mediano plazo, a no ser que sobreactúen para engatusar al televidente. El silencio del mendocino de cara a las travesuras del Gobierno Nacional no hace más que corroborar el pacto de no agresión que firmara hace pocos meses en el centro porteño con Néstor Kirchner, Carlos Kunkel y Horacio Verbitsky. Desde el espectro kirchnerista han dejado de dedicarle insultos y pedidos de renuncia. El fantasma del "gato encerrado" merodea por el espacio del partido de Yrigoyen. De hecho, la súbida partida de Carrió del zoológico radical se explica a partir de su conocimiento de ese pacto, que ella en su oportunidad supo denunciar tras revisar nuestros anticipos. Alfonsín se sabe contaminado por el acuerdo entre cobismo y oficialismo pero, como es obvio, callará cuando explote la olla con los detalles. Lógico: que la UCR aparezca en sociedad con Kirchner evaporaría sus posibilidades electorales. La ciudadanía no deberá esperar grandes declaraciones de parte de Ricardo Alfonsín, ni mucho menos, propuestas. Si algo queda claro, es que el hombre pretende llegar a los comicios de la manera más taciturna posible, no solo porque carece de planes para encarar las problemáticas prioritarias para los argentinos -seguridad, empleo- sino porque su estrategia de comunicación es seguir disfrutando de las mieles que trae el apellido del padre. Finalmente, si no se producen mayores sobresaltos, Cobos terminará yendo por la presidencia junto al insípido Hermes Binner como compañero de fórmula. El santafesino no fue tan reservado como el Vicepresidente a la hora de sellar un pacto con el gobierno federal: abiertamente declaró estar en favor de la posición oficial sobre retenciones al sector agropecuario. El socialista traicionó groseramente al voto de sus coprovincianos: los sopapeó a ellos y a sus intereses, casi con cinismo y maquiavélica sonrisa. Desliz que, tarde o temprano, bien podría explotar Carlos Reutemann. Para completar el cuadro, Alfonsín Junior competiría por la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires, acompañado de Margarita "Miss Simpatía" Stolbizer. Y lo cierto es que la chaqueña Elisa Carrió no tenía mayor posicionamiento en estos planes: su presencia en el sector era necesaria para traccionarle votos de la centroizquierda al kirchnerismo. Y punto. En otras veredas, no es tarea compleja desentrañar el caldo que se cocina a fuego lento en el Peronismo Federal o "disidente". Carlos Reutemann se limpia las manos con las páginas de Diario Clarín o La Nación que lo sindican como el potencial candidato "con mejor imagen". El ex piloto no deja de repetir a propios y extraños que "no será candidato a nada". La sentencia hace tiempo ha dejado de ser una movida estratégica. Realmente se ha hartado de los tironeos y de la enfermiza insistencia de cierto periodismo que insiste con los pedidos de entrevistas para tener "la exclusiva". El episodio de la villana de moda -su ex ladera- Rosana Latorre le ha significado la gota que derramó el vaso: ahora sí que el "Lole" no quiere más "Lola", al decir del lenguaje suburbano. En el más y mejor pulido de los escenarios, Reutemann irá por la gobernación de Santa Fe para erradicar al "socialismo K" de Binner y su reducido grupo de acólitos. Pregunta que se hace Hermes en los minutos previos al sueño: ¿si me lanzo a Vicepresidente, quién queda en Santa Fe? No hay respuesta. Felipe Solá ha terminado de colmarle la paciencia a muchos señores de peso del espacio "disidente" o Federal. En su desesperación por "ligar algo" ha ido y vuelto de paseo con incoherencias de acto y de discurso. Algunos comienzan a verlo con un dejo de lástima. Primero, erró con la defensa desmedida de la persona del ex guerrillero y ex Canciller Jorge Taiana. Luego, tropezó haciendo más amistades en los círculos de los "derechos humanos", cuestión comprensible pues la gente proveniente de rincones antimilitaristas y antiderechistas -a sabiendas de la caída segura de Kirchner en las presidenciales- comienzan a acomodarse con tal de no perder favores económicos. Solá resultó ser el objetivo favorito para sus ruegos. La gente que verdaderamente importa en el PJ "disidente" considera que el riesgo que significa este traspié de Felipe es que, el día de mañana, haga ver al espacio que regentean como benévolo con la delincuencia, factor con que la sociedad ha debido tolerar hasta lo intolerable. Para colmo, no tiene ni intendentes ni legisladores que lo sigan en su deshilachada aventura. Y, en sus últimas intervenciones mediáticas, desafió a Duhalde con un tono que no agradó demasiado al destinatario del mensaje. Felipe Solá -tal como en el juego de la ruleta- "no va más". Mario Das Neves -dicen- observa una fijación extrema ante objetivos económicos. En el peronismo de la "disidencia", no son pocos los que le recuerdan permanentemente el idilio que compartiera con los Kirchner, no hace demasiado tiempo atrás, desde las épocas en que mandaba en la Aduana. Con este mismo flagelo en mano, también le atizan a Felipe Solá. Las jugarretas del chubutense apuntaban exclusivamente a posicionarse de la mejor manera para acompañar en la fórmula al candidato que salga ungido del espacio. Pero, de acuerdo al aroma del aire que se respira por aquí, sus papeles para llegar a Vicepresidente cotizan a la baja. Adolfo Rodríguez Saá y su hermano, el místico Alberto, hace tiempo han abandonado su iniciativa para componer de alguna manera la fórmula principal que presentará el PJ "disidente". Su negocio es evidente e incontestable: quedarse en San Luis y volver a fortalecer su posición de caudillos poderosos a quien todo mundo se ve obligado a recurrir para cualquier armado. Recientemente, emisarios -¿o corsarios?- del esposo de Cristina Fernández, arribaron a territorio puntano para intentar seducir a los popes de aquella árida geografía. De más está decir que los agentes del oficialismo casi salieron eyectados de la provincia. No está claro si Mauricio Macri se considera a sí mismo como potencial peronista "disidente". Al margen de las consideraciones que lo sitúan cerca del espacio, lo concreto es que el Jefe de Gobierno continúa bailando con las eventualidades de la causa de las escuchas telefónicas -en donde tiene poco o nada que ver-. A las "Interferencias del Rey Ciro", ahora se le agrega el tema del derrumbe del gimnasio de Villa Urquiza. Como no podía ser de otra manera, ese paladín kirchnerista, personificado en la figura del magistrado Norberto Oyharbide, se ha decidido a perseguir a Macri también con esta cuestión, endilgándole responsabilidad indirecta. Los jueces porteños guevaristas Gallardo y Liberatori ahora encuentran socio en el ex juez de Spartacus. Por momentos, podría uno sospechar que Néstor Kirchner se reserva una suerte de "plan B" para alimentar electoralmente al alcalde capitalino, si acaso los radicales lo decepcionaran en intención de voto para 2011. Resulta evidente que los magistrados mencionados detestan al hijo de Franco: unos se montan en el odio o prejuicio ideológico -mientras pujan por mantener sus beneficios económicos, por supuesto-. El otro -Oyharbide- va para adelante pues no le queda otro camino: luego de las desprolijidades que lo llevaron a no cuestionar las declaraciones juradas del matrimonio presidencial, tiene que sostener su defensa de la Casa Rosada pues su suerte se encuentra atada a la de ellos. Este señor no debería seguir siendo juez luego de 2011. Como fuere, debe considerarse que la mente maquiavélica de Néstor Carlos puede perfectamente estar delineando polarizar con Macri con esta táctica. Hay la percepción -en gran parte de la ciudadanía- de que el Jefe de Gobierno y el matrimonio patagónico son socios políticos y en la práctica empresarial. Como corolario, alguien ha dicho que Macri jamás perseguiría a los Kirchner si el día de mañana fuera gobierno. ¿Qué pensarán de esto en el PJ Federal? Para bien o para mal, las miradas nunca han dejado de concentrarse en la figura de Eduardo Alberto Duhalde. El de Lomas de Zamora ha repetido hasta el cansancio que "dará un paso al costado si así se lo piden". Pero la frase no suena a otra cosa que un recurso básico como para sembrar expectativa: difícilmente se baje, aunque se lo pidan. Al hombre no le preocupan las encuestas -tiene las propias- y ahora recurre al "contragolpe guerrillero": aparece, dispara y regresa a sus aposentos. Pasados unos días, repite la operación. El problema suele ser el de siempre: el entorno. Aspecto sobre el cual el periodismo deberá profundizar, nombre por nombre. Y en el que debería incluírse a los "hijos de" que pululan por el espacio. Por sobre todo, Duhalde falla a la hora de implementar la táctica: considera que gana "con la camiseta y sin transpirar". No emite mayores comentarios porque su fe ciega se asienta en la creencia de que los radicales no tienen nada para ofrecer y que -tarde o temprano- su acuerdo con el kirchnerismo se ventilará con lujo de detalles, restándole votos. Por otro lado, cree que Néstor y Cristina se deshilachan solos y que los números para 2011 simplemente "no les dan". Puede ser que ello sea cierto: el oficialismo necesita -para no quedarse fuera de la segunda vuelta- acercarse a, al menos, el 50% de los votos en la provincia de Buenos Aires (algo imposible), ya que es despreciado contundentemente y sin remedio en centros urbanos decisivos como Capital Federal, Córdoba, Rosario y Santa Fe. Por momentos, el de Lomas cree que tiene el partido ganado, que solo necesita mirar el reloj de tanto en tanto y bostezar. Un error que podría costarle caro. Mucho más cuando los asesores de campaña a quienes venía recurriendo hasta ahora -según se dice puertas adentro- no cotizan. Por no decir que los errores garrafales a la hora de las "bajadas" le significan al candidato pérdidas groseras en capital político. Especialmente cuando los medios reportan el bajo presentismo de militantes que se apersonan para escuchar sus discursos. Luego están aquellos que insinúan que el candidato "tiene miedo" de mostrarse, a partir de los escraches. ¿Será cierto? Mientras tanto, Néstor Carlos Kirchner ya está anoticiado: sabe que, para él, es imposible ganar. Pero siempre puede volver a echar mano del libro de artes negras para regresar, ya sea reencarnando en radicales, socialistas o poskirchneristas. El esposo de Cristina juega a todo o nada con la frase popular que reza "A río revuelto, ganancia de pescador". Por Matías E. Ruiz, Editor, para El Ojo Digital Política. e-Mail: contacto@elojodigital.com.
Por Matías E. Ruiz, Editor