Blas "Biaggio" Altieri, el gestor necesario de múltiples estafas en perjuicio de la comunidad en Pinamar
En vísperas de la temporada estival, se presenta una oportunidad ideal para conocer en profundidad al alcalde pinamarense, aliado del Gobernador Daniel Scioli y del kirchnerismo de la provincia de Buenos Aires.
23 de Diciembre de 2010
Blas Altieri (conocido por los locales y por íntimos como "Biaggio") asumió en su cargo de Intendente de Pinamar el 19 de abril de 2010. La elección que lo llevó a la cima del poder pinamarense no ha sido escasa en irregularidades, y su arribo se caracterizó por estar fuertemente apadrinado por el actual Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. Por cierto, Altieri se convirtió en jefe comunal tras granjearse el desprecio del Partido Justicialista local, cuya estructura simplemente ninguneó.
Más recientemente, uno de los episodios que puso a Blas Altieri en la picota ha tenido que ver con el bloqueo de la renovación del frente marítimo, proyecto preparado y diseñado ad honorem por el Arquitecto local Fabián Cambre. La iniciativa -ideada por el Concejal Enrique Giménez (M.C.)- vio la luz bajo la ordenanza 3754 del año 2009, en momentos en que Rafael De Vito se hallaba a cargo del interinato en la intendencia (tras la escandalosa salida del inefable Roberto Porretti, también cercano al oficialismo).
Sin embargo, nada más se supo del proyecto bajo mención. Para el día 19 del pasado abril, ya habían sido licitados los balnearios involucrados. Los mismos deberían haber inaugurado el presente 15 de diciembre, con sus obras finiquitadas y con más de mil quinientos puestos de trabajo en marcha. Todo ello, sin considerar al aproximado de 18 millones de dólares estadounidenses que hubiese movilizado la iniciativa, solo en mano de obra y materiales de invierno. El turismo hacia Pinamar también hubiera cosechado los beneficios de la novedad durante la temporada 2011, dado que el proyecto incluso contemplaba la ampliación de la envergadura de las playas, siempre respetando los protocolos ambientales existentes.
El alcalde Blas Altieri no escatimó creatividad para sumarse al club de los dirigentes que disfrutan interponiendo los clásicos palos en la rueda. Jamás permitió que se completara la adjudicación, legítimamente ganada por los competidores que se presentaron. El resultado de este novedoso desmanejo de Biaggio dio lugar a un conflicto de una magnitud sin precedentes, a tal punto que la judicialización del caso provocará gravísimos perjuicios a las finanzas y a la comunidad pinamarense.
A lo largo de estos últimos siete meses de administración altierista, los desperfectos han incluído elementos tales como manejo fraudulento y excesivamente discrecional de los fondos de la comuna, un grado de corrupción por demás escandaloso y el nombramiento de funcionarios comprometidos hasta batir récords (si acaso alguien llevara la cuenta). Existen datos que hablan con crudeza de un total aproximado de cincuenta "servidores públicos" que se anotan erogaciones superiores al medio millón de pesos en rigor mensual (detalle no contemplado en los mecanismos regulares de contabilidad).
El Secretario de Gobierno, Dr. Jorge Mola, renunció a su cargo para -de acuerdo a sus propios dichos- "no quedar pegado" a los desmanejos del altierismo. Lo propio sucedió con el asesor letrado del municipio, Juan Manuel García Blanco, quien adujo idénticas razones para dejar la función. Todo remite siempre a la paupérrima faena de Blas Altieri en la intendencia.
Ahora bien; ¿qué se esconde detrás de la adjudicación interrumpida de los balnearios licitados? Como no suele ser ajeno a Pinamar ni a localidades costeras como la propia Mar del Plata, los conflictos autogenerados observan un trasfondo comercial. Aquí, en la Perla de la Costa, se comentan cada vez con mayor frecuencia los pormenores de la sociedad Altieri-Daniel Scioli-"Pepe" Scioli. Cuando corría 2009, el mentado entrepreneurship ya levantaba vuelo. Al renunciar Porretti -acosado por su destitución-, el Gobernador hizo los arreglos para convocar a elecciones comunales para marzo de 2010. Pero los socios comerciales ahora bajo la lupa ya habían consensuado torpedear el proyecto para la renovación del frente marítimo y poner sus angurrientas manos en el negocio: la idea, sencillamente, consistía en quedarse con el regenteo de los ingresos generados por cuarenta balnearios por un período no menor a quince años de concesión. Se trata, en rigor, de un volumen promedio de cuatroscientos millones de pesos -o cien millones de dólares estadounidenses, como el lector prefiera-. He aquí los entretelones del pacto encubierto entre Altieri y Daniel Scioli, pergeñado durante el pasado año.
Tal es así que, en noviembre de 2009 cerraron el trato los siguientes: el Ministro de Gobierno Eduardo Camaño, Daniel Scioli, Juan Manuel Garcia Blanco y el propio Blas "Biaggio" Altieri. Pero vayamos más al nudo del acuerdo: básicamente, Scioli brindaría su apoyo político a Altieri, en la forma de único candidato a intendente de Pinamar -y dejando fuera de juego al PJ local-. En simultáneo, Blas Altieri se comprometía a voltear el proyecto desde su ordenanza. Pero esta jamás pudo ser barrida, en virtud de que seis de los diez concejales se preocuparon por respaldarla en noviembre pasado. Con todo, Biaggio nunca dejó de pugnar para entorpecer su concreción, aferrándose a la condenable maniobra de bloquear la adjudicación de los balnearios. El dato no deja de ser interesante pues, en la actualidad, no existen servicios siquiera mínimamente potables para los usuarios de las playas pinamarenses. El turista volverá a quedar abandonado a su suerte durante la temporada 2011, producto de la falta de seguridad jurídica que acusan los inversores que alguna vez intentaron, de buena fe, acercarse a esta glamorosa localidad.
Por estos días, se conoce que la obras en ejecución en Pinamar fueron gestionadas durante la administración de Rafael De Vito. Sin embargo, los trabajos brillaron por su ausencia, gentileza del Gobernador Scioli. Nos referimos puntualmente a las entradas a Valeria del Mar y Ostende, la planta de tratamiento de residuos, la refacción del hospital zonal, y mucho más.
La cuestión relativa a las tareas de refacción del hospital son, cuando menos, particulares. La faena fue otorgada por la poco transparente vía de licitación a un único oferente (maniobra de clásico corte kirchnerista). El costo final ascendió a los U$S4 mil por metro cuadrado -tres mil dólares por encima de lo necesario-. Hablamos de un costo definitivo que involucra $5.000.000 para refacciones que no observaban mayor ingeniería ni complejidad. Los materiales para esos trabajos fueron provistos por Itar S.A.C.I., que es, ni más ni menos, propiedad del intendente Blas Altieri. Estimaciones serias refieren a un aproximado de tres millones de pesos extra que "se han perdido por el camino, o que han ido a parar al bolsillo de alguien". Para colmo, el adjudicatario de esta licitación resultó ser el Sr. Luis Abruzzese, oportunamente Secretario de Turismo, Cultura y Producción de Pinamar. Abruzzese es un conocido socio comercial del intendente Altieri, conjuntado también con el alcalde para la construcción de un llamativo edificio de diez millones de dólares situado sobre Avenida Bunge. Por encima del "emprendimiento" sobrevuelan los fantasmas de fondos originados en sobornos y operaciones relacionadas con el lavado de dinero. La denuncia fue prolijamente presentada en su momento por el Sr. Lucas Ventoso, y publicada en la web Pinamar 24 -del conocido periodista investigador Diego Uribe-.
No sorprende, pues, que los pinamarenses de a pie se pregunten cuál es la gallina de los huevos de oro de don Blas Altieri. En otras palabras, sobran las preguntas al respecto del origen de su abultada caja. Por cierto, en Pinamar no quedan demasiados secretos por revelar. Aquí, se sabe que las comisiones para los negocios oscilan entre el 15% y el 20%. En esto, mucho tiene que ver el capítulo de las obras del hospital local que, dicho sea de paso, se encuentran visiblemente paralizadas.
Por otra parte, los secretos a voces refieren que los Tribunales de Dolores contienen abundantísima información en la forma de voluminosos expedientes. Presentaciones que podrían obsequiarle agudas migrañas al bueno de Biaggio. Por desgracia, aquí tampoco queda bien parado el Fiscal General de Dolores, el Dr. Diego Leonardo Escoda: el comentario es que el "defensor público" lucha contra viento y marea para que nada de lo que es públicamente conocido salga a la luz. Sucede que el interesado de peso en contener la revelación de mucha de esta información es, precisamente, el Gobernador Daniel Scioli...
Araceli Pavón es una personalidad bien conocida en esta ciudad. Ella se desempeña como Concejal y ha defendido el Proyecto Marítimo con firmeza, desde los inicios. Como representante del Peronismo Federal en el Honorable Concejo Deliberante de Pinamar, Pavón trabaja junto a los equipos del Secretario General de la Unidad Básica "Evita" pinamarense, Jaime Isaac Alper. Alper es también el Presidente del Partido Popular de la localidad, y ha pasado a un primer plano, en su rol de acérrimo adversario político de Altieri. Hace poco, el mencionado ha denunciado penalmente al Director de Fiscalización, Dr. Roberto O. Baena, por cargos de corrupción y persecución política. Hechos que, indudablemente, rozan muy de cerca a la responsabilidad del Intendente pinamarense.
Referencias y enlaces de interés:
http://www.pinamar24.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=30:lucas-ventoso-denuncia-a-blas-altieri&catid=1:audios
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=62673
http://www.periodicotribuna.com.ar/8032-el-negocio-top-de-los-balnearios-tematicos.html
http://utopiasdepinamar.blogspot.com/2010/11/el-dr-mola-deja-el-cargo-en-la.html
Por Matías E. Ruiz, Editor.
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Por Matías E. Ruiz, Editor