Daniel Scioli, el hombre del Scalextric

De cara a un año electoral, nadie descarta a ciencia cierta que la Señora de Tolosa -o, mejor dicho, la Reina de Tolosa- quiera abdicar a su reino de corrupción y latrocinio. Esta verdadera plutocracia, basada en la destrucción de la Nación, se trata de una diarquía gobernante, hoy convertida en un verdadera diáspora de dirigentes que pretenden presionar a la Viuda para que permanezca en el poder: este elemento tiene -como único objetivo- lograr la impunidad.

Impunidad, ante un tsunami de corrupción cometida por el Frente para la Vindicta en sus años de gobierno. Pero, ¿quién puede a ciencia cierta garantizar la impunidad ante los jueces tan permeables a cambiar de opinión de un día para otro de acuerdo a los idus que soplen? Garantía virtualmente imposible de reclamar.

Los Kunkel, los Zanini, Los De Vido, los Lázaro Báez; en definitiva, los testaferros del poder, han hechos negociados millonarios. Ahí está el caso de don Julio De Vido quien, junto con los Cirigliano, pretende importar gas de Kuwait por un valor de 8 millones de dólares por día. No puede dejar de mencionarse a aquellos muchachos pertenecientes a ese engendro mutante llamado “La Cámpora". Esta organización es conducida por el "Noño", Máximo Kirchner. Se trata de un muchacho inútil todo servicio, ni siquiera apto para regentear un maxikiosco.

La Señora -es ya vox pópuli- quisiera abandonar este Titanic y continuar con su hija el “Proyecto de Francis Ford Coppola”, esto es, radicarse en el "Gran Satán del Norte" para desarrollar una nueva carrera hollywodense. Pero, a fuer de ser sinceros con los lectores, la Reina no carece de condiciones para dedicarse a la actuación, y es perfectamente consciente de que aquello que ellos denominan “modelo” se trata, en rigor, de un verdadero mamarracho insostenible en el tiempo, pues se basa en puras falacias y una no declarada reinvención de libros de matemáticas y de economía. Todos sabemos que no se puede subvencionar a todo el mundo todo el tiempo porque ya hemos vivido antes esta película, con el final bien conocido.

Ante este cuadro de situación, sería conveniente para el "Frente de la Venganza" descubrir un reemplazante que reúna las condiciones básicas para continuar con el Proyecto. Y esas condiciones son la obsecuencia, la genuflexión y el vivir permanentemente arrastrado ante el poder político que representa y del cual recibiría las instrucciones. Se preguntarán ustedes quién es la figura más apta para ejecutar a la perfección ese rol de pusilánime. Pues bien, se trata de "El Señor del Scalextric" o "Danielito" para los íntimos.

Es algo verdaderamente increíble que a los argentinos se nos presenten soluciones como la de este señor, cuyo mayor mérito es jugar con la pista de los autitos cual moderno Don Fulgencio, en versión siglo XXI. Hablamos de una generosa pista que en su momento disfrutaba en su casa del barrio porteño de Almagro y que luego terminó trasladando a su quinta del Tigre (rebautizada como "La Ñata" según nuestras fuentes). Salvando las lanchas Off Shore -con las que competía en su oportunidad-, hoy su delirio consiste en las pistitas de juguete. Es, sin dudas, realmente patético: ante cada oportunidad que recibía un llamado del Virolo Shylock 1050 y que el Señor Gobernador de Buenos Aires se encontraba jugando, estallaba de ira. El fundamento: Lo interrumpían en su momento de ocio más preciado. Por supuesto, terminaba maldiciendo al Señor del Sur por importunarlo con razones de Estado, claramente mucho menos importantes que su hobby. En más de una oportunidad -y mientras profería todo tipo de improperios en perjuicio del ahora finado-, Scioli arrojaba su teléfono contra las paredes por las molestias que le ocasionaba, textual, "Ese hijo de p___" al que en realidad detestaba, pero no tanto como para abandonar su ala protectora y así dejar de gozar de las mieles del poder.

En fin, Señores; este sería el candidato del Frente: un individuo convencido de que se impone gobernar con eslogans tales como "Fe, esperanza, alegría, turismo, trabajo, trabajo y trabajo". Siempre acompañado por su bella esposa Karina, quien aprovecha las bondades del avión de la Gobernación para comercializar lencería, dilapidando el carísimo combustible del Estado Provincial -pagado por los bonaerenses- para las faenas marketineras de su propio emprendimiento comercial.

Mientras tanto, la provincia de Buenos Aires se ha vuelto un auténtico desquicio administrativo, sin Seguridad, Salud y Educación. Ciertamente, el que los argentinos confiáramos el desarrollo futuro del país y sus desafíos por enfrentar en un hombre cuya mayor preocupación pasa por el Scalextric, sin dudas estaríamos cometiendo un grosero -y, a la vez, grotesco- error.

Por Sorge, para El Ojo Digital Política.

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