Litio: el tesoro oculto de argentinos y bolivianos
Apuntes en relación a un elemento que será clave como recurso energético en el futuro.
Si bien es cierto que, hoy por hoy, todo el mundo desespera por encontrar litio, lo que se sabe es que la vecina República de Bolivia posee mucho de él; solo que se halla presente en zonas donde la población se opone a su explotación. Lo cual crea una dificultad adicional.
Más recientemente, se ha encontrado en Afganistán. El país está regido por el talibán, lo que crearía otra dificultad más grave aún que la que conllevan los pacíficos pobladores originales de las salinas bolivianas. Tanto en Chile como en la Argentina, también existen importantes depósitos de litio.
¿Qué hacer? Respuesta: crear la OPEP del litio u OPEL.
No podemos esperar a que las grandes corporaciones vengan a llevarse el litio por monedas y corrupción. Ya mismo hay que proceder a la creación de una ORGANIZACIÓN DE PAISES CON RESERVA DE LITIO, para fijarle un precio a este mineral tan precioso y con importantísimas implicancias técnicas. Esa tecnología debe estar en nuestros países por la vía de empresas nacionales y con plena participación del Estado Nacional, en defensa de esos recursos no renovables.
El salar de Uyuni está ubicado en el departamento de Potosí (al suroeste de Bolivia) y se caracteriza por una extensión de 10 mil kilómetros cuadrados con 2 millones de toneladas de reservas de litio. Ya existen numerosas firmas interesadas, entre ellas, las japonesas Toyota, Sumitomo y Mitsubishi, la francesa Bolloré, las coreanas LG y Samsung y otras compañías del Brasil, Estados Unidos y Rusia. Hay versiones que refieren que mitad de las reservas de litio podrían estar en el Salar de Uyuni.
Según la noticia "Bolivia en la ruta de autos eléctricos" (BBC News), se calcula que en el Salar de Uyuni o de Tunupa en el Altiplano de Bolivia, sobre de la Cordillera de los Andes, yacerían la mitad de las reservas mundiales de litio. Esto no puede afirmarse con contundencia, dado que diariamente se dan a conocer nuevos yacimientos.
El carbonato de litio es utilizado actualmente en las baterías, por su capacidad de almacenar más energía en una superficie más pequeña y liviana que la que ofrecen otras alternativas. Puede impulsar los automóviles eléctricos -o híbridos- del futuro pero, como ocurre con los actuales combustibles, también se trata de un recurso finito, “moderadamente abundante".
Se calcula que, en apenas diez años, la demanda podría superar la oferta "y si no hay una mayor producción, el precio del mineral aumentará hasta alcanzar cuotas prohibitivas." En tal escenario, Bolivia podría convertirse en la “Arabia Saudita del 2020”. Seguida de cerca por la Argentina, Chile y Afganistán. México también también parece poseer interesantes reservas.
Aún cuando el salar boliviano pueda suministrar grandes cantidades de litio durante los próximos años, el problema de cómo esta intervención puede dañar la zona permanece. Este es uno de los motivos por los que comunidades indígenas locales -algunas de las más pobres del país- se oponen a la explotación minera del espacio.
En otras palabras, las poblaciones indígenas más pobres viven sobre los terrenos más ricos del planeta. Pero el Salar contiene no únicamente litio. Las reservas de uranio y de otros minerales estratégicos son enormes. Está, por ejemplo, el caso de la ulexita. U.S. BORAX, firma estadounidense que controla el mercado mundial del ramo, conoce la importancia de la ulecita desde hace décadas. En Bolivia, los servidores criollos de esa compañía estadounidense -alguno ha llegado a Presidente de la República- han impedido sistemáticamente la actividad de pequeñas empresas locales, algunas de ellas constituídas por comunitarios aymaras y quechuas, para explotar la ulexita. Al parecer, U.S.BORAX se reserva el Salar de Uyuni para cuando agote otros yacimientos dispersos en el mundo.
El Salar de Uyuni conserva importantes reservas de litio, pero tiene bajas concentraciones: el salar que tiene la mitad de las reservas económicamente
explotables es el de Atacama, en Chile, y es actualmente la principal fuente de carbonato de litio del mundo.
En la actualidad, la mayoría de los gadgets que utilizamos se sirven de baterías de iones de litio para funcionar. El litio es un material que se encuentra disponible en la naturaleza y, como es habitual con este tipo de materias primas, es necesario extraerlo de la Tierra para poder usarlo. Se utilizan hoy grandes cantidades de este material cada día, y si consideramos que los automóviles del futuro podrían funcionar con baterías que necesitasen de litio, es natural que las empresas que se dedican a su extracción se preocupen por hallar aquellas geografías en donde su concentración sea importante.
Sería, pues, deseable, que las autoridades bolivianas tomen nota de la relevancia de este metal, a los efectos de que su explotación pueda servirle efectivamente para mejorar los estándares de vida de su población.
El litio en Córdoba
En Traslasierra existe un importante yacimiento de este metal, cada vez más demandado por la industria automotriz para la fabricación de vehículos híbridos.
Se ha reportado que los yacimientos de litio de esta provincia, junto a los de San Luis y Catamarca, son promisorios. De hecho, en Córdoba ya existe una mina activa, de donde se obtiene el espomudeno, que resulta ser el mineral del cual se extrae el litio. En un mediano plazo, podrían comenzar a explorarse otras zonas donde eventualmente el litio sería lo suficientemente abundante: por ejemplo, la laguna Mar Chiquita.
Desde que los gobiernos de Europa y Estados Unidos comenzaron a promover activamente la fabricación de vehículos híbridos con baterías de litio, la cotización de este metal en los mercados internacionales no ha dejado de crecer: los inversores internacionales han mostrado de inmediato su interés en Bolivia, que tiene alrededor de 5.000 millones de toneladas, la mayor reserva de litio del mundo. Esa nación está interesada en desarrollar la producción de este metal -cuyo precio en menos de cinco años subió de 30 a 300 dólares el kilo- para la industria automotriz, que hacia 2020 habrá copado el mercado con vehículos eléctricos operables con baterías de litio.
Es altamente probable que en los próximos años se comience a hablar del litio casi tanto como se hace con el petróleo por estos días.
El litio se ha transformado en uno de los minerales con mayores perspectivas económicas en el mundo, ya que está destinado a convertirse en pieza clave en el proceso de sustitución de los combustibles fósiles. Tal lo señalan expertos en el tema.
En una reciente conferencia sobre vehículos híbridos, se estimó que el mercado de automóviles impulsados por baterías de litio crecerá hasta 1,6 mil millones de dólares para 2015, prácticamente triplicándose cada año su volumen desde la actualidad.
El director de Minería de la Provincia de Córdoba, el geólogo Alberto Gigena, explicó que en Traslasierra, en la zona de Las Tapias, existe un importante yacimiento de espomudeno. Actualmente, ese sitio se encuentra concesionado al grupo Andino Minerales, de capitales locales, que explota esa mina para la obtención de cuarzo y feldespato. Años atrás, también era importante la extracción de berilo, hasta que perdió valor comercial. El funcionario agregó que por ahora, sólo a nivel de investigación, se ha comenzado a analizar la laguna de Mar Chiquita :estudios realizados en décadas anteriores estimaron que allí había una reserva de aproximadamente 337 mil toneladas de cloruro de litio.
Otras opiniones refieren que, de los 10 millones de toneladas métricas de reserva de litio que existen en el planeta, cerca de 9 millones están ubicados en Bolivia, la Argentina y Chile. No obstante, los recientes hallazgos en Afganistán fuerzan a rehacer los números.
El precio de la tonelada ha subido un 238% desde 1998, empinándose hoy hasta u$s 6.000, equivalentes a poco más de $3 millones.
En 2008, de acuerdo al Servicio Geológico de USA (USGS), se produjeron 27.400 toneladas a nivel mundial, un 6,2% más que en 2007. Su desarrollo no tiene techo, y se ha observado que la demanda continúa creciendo a un ritmo cercano al 7% anual.
Chile y la Argentina entregan hoy poco más del 55% del litio que demandan las industrias de los países industrializados, abasteciendo los requerimientos de Estados Unidos casi completamente. Y pagan un 3% de regalías, llevándose ese mineral casi de manera gratuita. A la larga, los argentinos tendremos que recomprárselo a los norteamericanos. De otro modo, solo ellos se encontrarán en condiciones de fabricar los nuevos motores que llevarán incorporados los vehículos.
La industria automotriz, enfrentada al colapso económico y al pronosticado ocaso de los combustibles fósiles, ha conseguido mejorar ostensiblemente sus prototipos eléctricos y se apronta a introducirlos masivamente a partir del próximo año en las naciones más desarrolladas.
"El potencial del litio se encuentra fuertemente ligado a la tecnología de la industria automotriz. En los últimos meses, ha estado delimitado por la recesión global, que ha afectado con fuerza a la producción de vehículos y también a la construcción, pero exhibe un futuro enorme", explica Carla Araya, analista de la consultora Euroamérica.
En enero, en el marco del Salón Internacional del Automóvil de Detroit, General Motors (GM) anunció que lanzará el próximo año su modelo Volt, provisto de baterías de litio, en Corea. Otras compañías importantes del rubro –Toyota, Daimler Chrysley y BMW- están siguiendo la misma ruta, todas con prototipos que portarán baterías fabricadas en Europa.
Por su parte, la francesa Peugeot -en colaboración con Mitsubishi Motors- presentó el reciente 17 de septiembre en el Salón de Frankfurt un nuevo vehículo ciento por ciento eléctrico, con funcionamiento basado en baterías de litio. Con una autonomía de 130 kilómetros, pretende responder a los nuevos retos de movilidad urbana y respeto al medio ambiente. Estas compañías forman parte del grupo de gigantes que tiene sus ojos puestos en el triangulo geográfico conformado por los salares chilenos de Atacama, los bolivianos de Uyuni y Coipasa, y el argentino de Hombre Muerto. Esta región andina almacena el futuro del transporte terrestre de la Humanidad.
Finalmente, cabe concluír que, o bien los países con importantes reservas de litio nos organizamos en una suerte de "OPEP del litio", o bien estas firmas se llevarán todo, pagando el miserable 3% de regalías.
No tenemos tiempo de esperar el nuevo gobierno. Se impone hacerlo ahora, con los legisladores de que disponemos en este mismo momento en el Congreso de la Nación.
Por el Licenciado Eduardo Varela-Cid, Diputado de la Nación (MC), para El Ojo Digital Sociedad
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