Rarezas locales
“Rara, como encendida, te hallé bebiendo, linda y fatal, bebías y en el fragor del champán loca reías, por no llorar...” (Enrique Cadícamo)
Una vez más, el kirchnerismo exitoso y triunfador -¿recuerdan el “¡ya ganó!” que intentó vendernos?- es el mejor generador de sus propios enemigos, que lo arrastrarán a la derrota final y a la desaparición.
Los nuevos escándalos que rodean al affaire de las Madres de Plaza de Mayo y al Inadi impiden que la tradicional y anestesiada mala memoria de los argentinos, incrementada por la adquisición de plasmas y automóviles y por el “Fútbol para Todos” y las diferentes copas del deporte por excelencia, alcance sus niveles acostumbrados.
Recordemos que nadie se pregunta hoy qué pasó con don Ricardo Jaime y sus subsidios, con don Hugo Moyano y sus medicamentos “truchos”, con don Néstor (q.e.p.d.) y los fondos de Santa Cruz o los terrenos del Calafate, con don Julio de Vido y los sobreprecios de Skanska, con doña Felisa Micheli y su bolsa de dólares olvidados, con los empresarios amigos del poder y su súbita prosperidad, con doña Nilda Garré y los denunciados negociados con los bienes de las Fuerzas Armadas, etc.
Sin embargo, doña Hebe y los Schoklender, por un lado, y don Morgado y doña Rachid, por otro, han producido escándalos tan recientes que resulta imposible que el anuncio del lanzamiento de un satélite o los festejos del próximo 9 de Julio los envíen al baúl de esa mala memoria antes de las elecciones.
Además, los dos episodios son verdaderos torpedos que han impactado bajo la línea de flotación del kirchnerismo, dado que ambos se vinculan al “relato” de la torpe y tuerta política de derechos humanos al que el Gobierno ha sido tan afecto como para convertirla en el eje central de su discurso.
El hecho de que ninguno de los imputados –directivos, representantes, funcionarios públicos, financistas, lavadores de dinero, traficantes de drogas- se encuentre tras las rejas –pese a que la ley dice que los jueces sólo pueden conceder la excarcelación de los sospechosos si la libertad de éstos no les permite alterar las pruebas en la investigación, cosa que sucede en este caso- constituye una nueva rareza imputable a los alquilados jueces federales que moran en Comodoro Py.
Hace pocos días, el Dr. Alberto Solanet nos recordó que don Lorenzetti, Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, había informado públicamente que ésta había llegado a un acuerdo con los restantes poderes del Estado para establecer una política para el tratamiento de las causas llamadas de “lesa humanidad”. Mi personal opinión sobre esta Corte, a la que casi todo el mundo considera uno de los mayores logros de don Néstor (q.e.p.d.) fue expuesta en una nota que puede leerse en http://tinyurl.com/3lsswdy,pero debo confesar que este “acuerdo” es una verdadera rareza local, tan solo comparable a lo que sucede en la Venezuela del papagayo caribeño.
Recientemente, cuando todavía competía por el favor del dedo presidencial en su carrera por la Jefatura de Gobierno porteña, don Amadito contó con el público asesoramiento de don Zaffaroni, también miembro de esta ensalzada Corte, y hoy ha trascendido que goza del mismo privilegio la propia señora Presidente, para el proyecto de eterna perpetuación, vomitada por doña Diana Conti meses atrás. Otra rareza local a ser estudiada por los constitucionalistas del mundo entero.
La aceptación de los jóvenes Noble-Herrera de la confrontación de su patrón genético con todo el arco de los desaparecidos permite suponer, ya que disponen de los medios económicos para saberlo con anticipación, que las pruebas producirán resultados negativos. El momento elegido para hacerlo no es inocuo, pues derrumbará otra construcción kirchnerista y permitirá que la Presidente y doña Carlotto sean imputadas por el delito de calumnias.
Hugo Alconada Mon nos informó hoy, en La Nación, que el GAFI castigará duramente a la Argentina, y que existe una fuerte presión de los Estados Unidos (entre otros países) para que ello ocurra.
Con ironía, sugerí al Congreso, cuando fue sancionada la Ley de Blanqueo de Capitales (ver http://tinyurl.com/2bdnt8t), una interesante posibilidad;lamentablemente, la dispersión en el voto en las parlamentarias impidió que los opositores pudieran unificar criterios para evitar esta nueva humillación que el kirchnerismo está propinando al ya tan menguado prestigio internacional de nuestro país.
Nuestro egregio Canciller, el hijo de Jacobo (¡gracias, Lanata!), ya lo había arrastrado por el piso haciendo de vista aduanero en el avión militar estadounidense, y la tardía devolución del material disparatadamente incautado –qué raro todo, ¿no es cierto?- no permitió que la gestión del Gobierno recuperara ningún brillo ni, tampoco, que el episodio pudiera ser utilizado para la vidriera política interna.
Finalmente, la última rareza local lo constituye el hecho de que doña Cristina se permita, a cuatro días del vencimiento del plazo para la oficialización de las candidaturas presidenciales, mantener la incógnita acerca de su eventual postulación. El discurso de hoy, en Rosario, tan esperado en ese sentido, no fue más que el habitual cúmulo de falsedades y autopromoción de su figura y del “modelo”.
Contra la opinión absolutamente mayoritaria de mis amigos, muchos de ellos personajes de relevancia política o analistas y periodistas de peso, sigo creyendo que la señora Presidente no se presentará finalmente. Ello no significa que deje de anotarse como si fuera a hacerlo, porque eso le implicaría dejar de tener poder alguno desde ahora mismo pero, aún así, estoy convencido de que desistirá a último momento.
Ya se ha comenzado a barajar, tal como presumiera en mi nota anterior (http://tinyurl.com/3lcjx9u), la posibilidad de dejar sin efecto las internas abiertas, simultáneas y obligatorias ya que las mismas -como razonara Alfredo Leuco hace algunas semanas- se convertirán, de hecho, en la primera vuelta electoral; tristemente para el Gobierno, de emitir un DNU para hacerlo –un proyecto de ley con esa intención no sería sancionado por el Congreso- tendría qué inventar, también, qué hacer con el actual requisito de la obtención de un porcentaje mínimo de los votos del padrón como habilitante para la candidatura oficial.
En fin, las recientes bombas que el kirchnerismo oye explotar a su alrededor, y cada vez más cerca del bunker de comando, me dicen que mi creencia se confirmará, y las matemáticas electorales, puras y duras, están empujando a doña Cristina en esa dirección; la ausencia de don Néstor (q.e.p.d.) no sólo se siente ante la imposibilidad de un nuevo enroque sino que los reemplazantes elegidos para el “armado” –don Zannini y don “Chueco” Mazzon- tienen, en comparación con “Él”, menos cintura política que un huevo.
Tenemos, por delante, una rara semana. ¿Qué otras tempestades traerán los vientos sembrados?