Armas de doble filo: si apoyara a Duhalde en octubre, Mauricio Macri arrastraría al PRO al borde del suicidio político
Fundamentándose en un puñado de acuerdos electorales confeccionados para el interior del país entre el duhaldismo y PRO, el hombre fuerte de Lomas de Zamora declamó oportunamente que el Jefe de Gobierno porteño apoyará su candidatura presidencial en octubre. Pero el líder de Propuesta Republicana -si decidiera obsequiar semejante respaldo- podría contribuír a implosionar su propia proyección y ambiciones.
"Eduardo Duhalde ya tiene todo armado con Mauricio; Unión Popular lo ayudó significativamente en la previa de la elección de Santa Fe, y también hay pactos para sostener a candidatos de PRO en la Provincia de Buenos Aires. Todo apunta a que el 'Cabezón' se quede en la Presidencia por cuatro años, para después dejarle todo en bandeja a Macri en 2015", sentenciaba a nuestro medio -muy confiado- un destacado operador del duhaldismo, pocos días atrás.
En rigor, tal jugada política puede haber sido planteada en alguna mesa de negociaciones. Pero ello no significa que -en la óptica de Mauricio Macri- se trate de la estrategia correcta. Por principio, el operador de campaña hoy de moda, Jaime Durán Barba, ha expresado férreamente su disenso frente a la conveniencia de un pacto PRO-Unión Popular: en su "librito" no hay espacio para el "más de lo mismo" que viene de la mano con el arreo indiscriminado de los votantes propios para que emitan su voto en tal o cual sentido. Se ha dicho que este proceder puede contribuír sobradamente a que el macrismo dé comienzo a sus segundos cuatro años de gestión desilusionando a una importante masa de vecinos de la Ciudad Autónoma que nada quieren tener que ver con Duhalde y sus "buenos muchachos". El hacedor de campañas ecuatoriano redondea su visión con una sentencia contundente: Macri debería declararse prescindente, y que sus electores actúen obedeciendo solo a su consciencia.
El intendente porteño debería tener a bien considerar un compendio de razones de múltiple derivación, por las cuales un acuerdo con Unión Popular dista de esbozarse como el mejor de los caminos. La frialdad del análisis refiere que el PRO no necesita desesperadamente de Eduardo Duhalde para seguir existiendo: partir de esa base significaría reconocer que el macrismo tiene chances nulas de crecimiento de cara a los próximos cuatro años. Y el panorama resulta ser exactamente el opuesto: es el peronismo -en cualesquiera de sus formas- el que se encuentra a tiro de desaparecer. Irreparablemente infiltrado y obliterado con paciencia desde los cimientos por el kirchnerismo ahora en declive, su imagen pública no observa ya retorno. En contrario, el tono amarillo de Propuesta Republicana -en virtud de la novedad que representa- carece del síndrome devaluatorio que ha contaminado al justicialismo. Se trata del "más de lo mismo" versus la alternativa que aún es pequeña pero que -con adecuada orientación- podría tener espacio para extenderse.
Como es, a estas alturas, obvio, los operadores de Eduardo Duhalde desesperan por convencer al Jefe de Gobierno porteño de que la "única salida" es conjuntar a PRO con Unión Popular. Los cercanos al de Lomas de Zamora explotan de manera taxativa la principal debilidad psicológica de Macri, esto es, su aparente necesidad de ponerle el moño su carrera personal con la Presidencia de la Nación (sin importar en qué momento del tiempo ello suceda). Una pena que, en el proceso, nadie se haya preguntado si el hijo de Franco se muere, verdaderamente, por "ser".
La estrategia "guerrillera" de don Mauricio no deja de ser remarcable: atrincherarse en distritos puntuales -con gestión- para endulzar un armado político que, a largo plazo, pueda convertirse en una referencia obligada para cualquier negociación. Un terreno reducido es mucho más sencillo de blindar que una extendida geografía. Derivación de una regla fundamental de la ciencia de la mercadotecnia hacia fines de los años noventa, y que refiere: "La debilidad de los grandes reside en su propia fortaleza".
Comentarios y dulces palabras al oído aparte, Macri debería preguntarse si acaso es cierto que el duhaldismo le garantizará, en 2015, apoyo para alcanzar el sillón de Rivadavia. Semejante prerrogativa deja fuera de la ecuación el perturbador elemento que representan los sindicatos aliados a Unión Popular, particularmente la UATRE de Gerónimo "Momo" Venegas (a quien algunos ya se atreven a rebautizar como "el Moyano de Duhalde") y aquella entidad que se da en llamar "Movimiento Productivo Argentino", una suerte de "Carta Abierta" que reporta al poderoso Señor de Lomas. El caso de Venegas no deja de representar un digno caso de estudio. Desconocido para la mayor parte de la opinión pública, el líder de los trabajadores rurales saltó a la fama gracias a una gentileza del kirchnerismo, en ocasión en que fuera remitido a prisión durante el verano pasado, acusado por observar alguna relación con el espinoso tema de los falsos troqueles para medicamentos. Gracias a que la Justicia carecía ostensiblemente de elementos para inculparlo, el "Momo" retornó a las arenas del olvido y a sus viejas y conocidas travesuras. Por estas horas, tanto él como sus huestes del gremio han sido duramente puestos en la picota por parte de una multitud de militantes duhaldistas de la Provincia de Buenos Aires: estos reportaron recientemente que UATRE y Gastronómicos -en connivencia con el apoderado duhaldista Orlando Caporal, Antonio Arcuri y Osvaldo Lorenzo- extraviaron un centenar de listas de sus candidatos, que estaban llamados a competir por numerosas secciones en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del próximo 14 de agosto. El episodio terminaría con una denuncia presentada ante Manuel Humberto Blanco, Juez Federal de La Plata con competencia electoral en el territorio más extenso del país.
Finalmente, la labor de campaña de los operadores de Eduardo Duhalde en el interior de la Argentina también se encuentran en tela de juicio. Julio César "Chiche" Aráoz ha hecho poco y nada por nutrir a la militancia del lomense en Córdoba, Chaco y Corrientes. En aquellas provincias, el término "Unión Popular" brilla por su ausencia. En Mendoza -y con mucha suerte- el duhaldismo se acercará al cuarto lugar en las próximas elecciones, quedando la competencia servida para las angurrientas manos de los inescrupulosos que reportan a Celso Jaque. La militancia duhaldista de la tierra del buen vino reportó en su oportunidad que Carlos Brown -CEO del Movimiento Productivo Argentino- destrató de la peor manera a sus referentes, que casi la emprenden violentamente contra su humanidad: el ex alcalde de San Martín se salvó, por un pelo, de la agresión. Por su parte, Ramón Puerta declinó su candidatura a la Gobernación de Misiones a último momento, en tanto que tampoco movilizó esfuerzo alguno para apoyar a los simpatizantes de Duhalde en aquel distrito. Inconscientemente, o conducido por su propia displicencia, Eduardo Duhalde -dicen- ha pagado un alto precio por el producto de bajísima calidad que sus colaboradores de venden. Se completa la triste instantánea del "caudillo de San Vicente" con los "buenos oficios" que le presta la denominada "Joven Federación", que no es otra cosa que una Cámpora del duhaldismo. Conducidos por un ignoto Christian Lence (hijo del polémico ex Diputado Nacional Héctor "Ronco" Lence), los inexpertos muchachos han desplazado de las listas a la militancia de experiencia, reproduciendo con buen tino muchos de los peores vicios del kirchnerismo.
En medio de la gigantesca Armada Brancaleone que acompaña -o, antes bien, compromete- las chances del candidato de Unión Popular, Mauricio Macri y su confidente, Jaime Durán Barba, trabajan contra reloj para evaluar una importantísima decisión. La pregunta del millón que tienen en carpeta es si acaso corresponde otorgar un voto de confianza a una estructura desprolija que, por defecto, opta por traicionar a los propios. ¿Qué harán, a la postre, con los ajenos? Por sobre todo, el riesgo implícito que conlleva la posible fusión entre los dos espectros podría terminar con un escenario en donde los hombres de chaquetas amarillas se perciban -tardíamente- absorbidos por un teatro de operaciones de reverberante color peronista. Y, como último punto: ¿qué interés real podría tener el justicialismo del 2012 en darle a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo que pide?
En oposición, la alternativa de la prescindencia no solo resulta más inteligente, sino que podría reportarle suculentos beneficios al Jefe de Gobierno porteño. En este sentido, no solo se anotaría una importantísima cuota de coherencia política, sino que la maniobra le servirá -a largo plazo- para solidificar la cohesión molecular del PRO, al tiempo que serán las otras estructuras las que deberán implorar apoyo de parte del macrismo.