SOCIEDAD: CARTAS DE LECTORES

Sobre actos de corrupción e impunidad

Reflexiones del lector de El Ojo Digital, Carlos Estrada, en relación a los interminables hechos de corrupción que contaminan a la clase dirigente en la República Argentina. Un texto que invita a la reflexión y a una verdadera participación ciudadana.

22 de Agosto de 2011

Estimado Editor y distinguidos lectores;

Quienes manejan a los títeres en Argentina (entiéndase: ciudadanos confiados, engañados y usados cual papel higiénico a la hora de elegir candidatos) tendrían un solo objetivo “altruista”: enquistarse en sillones de poder y llenarse de fáciles dinerillos, historieta jamás investigada, pues hacen creer ante la prensa o en sesiones especiales que los distintos bandos políticos se "pelean". Pero, en realidad, todos son "amigos del amigo"; toman café y almuerzan juntos, mientras que nunca se "pisan la cola", respetando los "kioscos" ajenos (no generalizo) y cómodamente siguen durante décadas, ambicionando cargos mayores y "trabajando" (?) de espaldas al sufrido pueblo. Sin "padrinos" (en todas las áreas oficiales sería igual), ¿será dejada la ética en el tarro de residuos?. Tal vez, el honor sea palabra desconocida y cosa del pasado (por supuesto, habría excepciones, pero... si todo está mal, debe ser porque abundarían los que hacen equivocadamente sus deberes).

¿Se utilizarían incorrectamente influencias inconfesables para tener asegurada la impunidad y lograr fortunas en dólares para comprar residencias lujosas, flotas de automóviles importados, campos, veranear en el exterior y rodearse de asistentes, secretarias, choferes, custodios armados? ¿O existen parlamentarios, juzgadores, jefes de importantes despachos, gobernantes, intendentes, gremialistas y comisarios “pobres”? ¿Acaso todos "heredaron" sólidas posiciones económicas? En la calle -a metros de Tribunales, Plaza de Mayo, Congreso nacional y Jefatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires-, los indigentes -demasiados ancianos y niños- viven tirados en las veredas. Enfermos, con hambre y nadie con poder mira para ese lado.

Entonces, vale concluír que la totalidad de los casos de corrupción probados -los casos de corrupción "presunta"-, los abusos de autoridad, los enriquecimientos ilícitos y las faltas al Código de Etica en la función pública JAMAS SERÁN CORREGIDOS en este país. Nación que, a sabiendas de “caciques”, es conducido hacia el estancamiento, a la cola del subdesarrollo, porque esta es condición para poder manejarlo sin problemas. EntiéndaseL se permite la destrucción de los pilares máximos de la sociedad como su religión, la enseñanza, los sistemas de salud; se programan la inseguridad y el manejo por el miedo; aumentan los cordones de pobreza que hoy invaden plazas y calles céntricas de las principales ciudades -drama social hábilmente desmentido y disimulado bajo dobles discursos-; se envicia a los jóvenes con drogas y alcohol, en tanto que se incentiva la anarquía. Esa misma anarquía, en definitiva, atenta contra el grupo familiar en general. En paralelo, se montan discordias y alimentan rencores referentes a lejano pasado con enfrentamientos permanentes entre hermanos.

Sintetizando: de nada sirve sacar a la luz comportamientos dudosos o actos inmorales de personajes intocables porque, luego, a través del hábil uso de argumentos "pícaros", desvían el curso de las denuncias, defienden lo indefendible, justifican lo injustificable, se desvirtúan pruebas y las versiones cambian mágicamente, cosechando -en el proceso- la "adhesión" de serviles, tradicionales modos de embarrar la cancha con proteccionismo.

Estas personas, que nunca serán rectamente juzgadas, cuentan con muchos "beneficios" a su favor y excelentes cartas bajo las mangas; las verdades terminan siendo rengas y los "cucos" de la película pasan a ser los “héroes" honestos e inocentes del momento, por ende, "libres de culpa y cargo".

En relación a las autoridades -y no me refiero a ningún caso en particular-, traigo este escrito a colación, repasando miles de asuntos graves de pública trascendencia, y que fueron cerrados en un marco de esperable impunidad. Es más; muchos de los involucrados son rápidamente "premiados" con mayores cuotas de poder y participación, lo cual representa una burla descarada en perjuicio del ciudadano decente. Aquí reside la esencia de la baja transparencia -por no decir otra cosa-, y que ha dañado a esta nación durante décadas, sin merecerlo sus ciudadanos.

El folklore que aquí describimos jamás cambiará, porque son mayoría aquellos que celebran el "pan y circo", con tal de no trabajar. Los votos continuarán prestándose a trueque, a cambio de falsas promesas -choripán por adelantado mediante-. Esto lleva a un escenario de perpetuación del "más de lo mismo" en áreas específicas, y ese elemento toma las riendas de sectores clave. La Patria no "demanda", en tanto que se cosecha cada vez más y más vergüenza.

Quien esto escribe no observa preferencias políticas. Asimismo, considero que seguramente son numerosos aquellos funcionarios que trabajan con auténtica dignidad y en silencio contra la tormenta, sirviendo al prójimo desde sus sanos principios. Igualmente, nada se resuelve -en esta atrasada sociedad- el problema del tráfico de influencias y amiguismos, denunciando a dignatarios de cualquiera de los sectores involucrados (público o privado), por cuanto aquellos mantienen secretos respaldos; tienen la sartén asegurada "por el mango".


Por Carlos Estrada, para El Ojo Digital - Cartas de Lectores

* El autor de la misiva es escritor, ex periodista parlamentario, ex columnista de revistas jurídicas, y periodista de investigación con documentada trayectoria pública desde 1970, hijo de trabajadora y ética familia patricia.

Por Carlos Estrada, para El Ojo Digital - Cartas de Lectores