Estados Unidos: cinco prioridades para la política exterior en 2012
Después de tres años de Doctrina Obama, la situación en la que se encuentra Estados Unidos en el mundo es de menor seguridad que cuando el presidente asumió el poder. Esa tendencia debe cambiar. Ni tampoco se debe dejar la política exterior en un segundo plano por más tiempo y tener a Washington sólo centrado en asuntos domésticos. La Casa Blanca y el Congreso deben hacer de la política exterior una prioridad y deberían volver a una política donde nuestros líderes ponen los intereses nacionales por encima de la política de partido.
En lugar de dar forma a la política exterior bajo el prisma de la política electoral, Washington primero debería proteger los intereses de la nación, aunque esto signifique admitir que en estos momentos el gobierno está haciendo las cosas más mal que bien y que para solucionar la política exterior en el año 2012 se requerirá de algunos pasos audaces. Estos son los cinco pasos que Washington podría tomar.
1. Poner fin a la inestabilidad política de Medio Oriente: Una política más sólida debe dar inicio con Irán. Las sanciones más enérgicas posibles son importantes pero no son suficientes. Estados Unidos debería llevar a cabo una estrategia más agresiva para llevarle la libertad al pueblo de Irán. A la larga, un Irán libre es en sí, la mejor esperanza para la paz y la seguridad en el volátil Medio Oriente. Washington debería dejar claro que está con el pueblo iraní, no con el represivo régimen de los ayatolás.
Mientras tanto, la inestabilidad política que ha barrido el Medio Oriente árabe en los últimos meses ha puesto de relieve el hecho de que Israel es el único aliado fiable de Estados Unidos en la región. La administración debería reconsiderar sus prioridades en Medio Oriente para reforzar la cooperación estratégica y mejorar las relaciones bilaterales solamente con la única genuina democracia de Medio Oriente.
Por último, una fuerte presencia militar de Estados Unidos en la región es esencial. La retirada prematura de las tropas de Estados Unidos de Irak en particular fue un enorme error estratégico. Estados Unidos debería negociar una presencia rotativa de las fuerzas que servirá para reforzar la continuidad de la estabilidad del país.
2. Detener la carrera hacia el fracaso en Afganistán: La administración parece empeñada en una salida prematura de las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán, antes de haber aplicado plenamente una estrategia de contrainsurgencia eficaz y ello emparejado con un falso proceso de paz con los talibanes. Esta estrategia es una receta para el desastre que probablemente dará lugar a un resurgimiento de la guerra civil en Afganistán y la proliferación de refugios seguros en Pakistán. Las condiciones en aquella parte del mundo pronto podrían revertirse a cómo eran el 10 de septiembre de 2001.
La administración tiene que suspender la retirada de las tropas y abandonar las conversaciones de paz que no requieran que los talibanes depongan las armas, renieguen del terrorismo y se reintegren en la sociedad afgana.
3. "Resetear el reseteo" con Rusia: La administración no tiene nada que mostrar de meritorio en lo que se refiere a su política de reseteo con Moscú — país que se aleja cada vez más de la democracia debido al aumento de los abusos de los derechos humanos junto con la creciente adopción de políticas en oposición a Estados Unidos. Rusia también tiene problemas dentro de sus fronteras, incluyendo una insurgencia islamista en el Cáucaso Sur que va en aumento, la cual podría desbordársele y afectar a los intereses de Estados Unidos.
Es hora de dejar de tratar a Moscú como a un hijastro preferido. El acercamiento de la administración Obama en temas de armas estratégicas con Rusia, el cual está permitiendo que el arsenal de Estados Unidos se atrofie, mientras que el de los rusos se amplía y se moderniza, tiene que ser suspendido. Estados Unidos debería decir lo que piensa con mayor contundencia tanto en lo que respecta a los abusos electorales y de derechos humanos. La Casa Blanca tiene que empezar a exigirle responsabilidades a Moscú por sus declaraciones, propaganda y políticas antiamericanas.
4. Forjar alianzas bilaterales en Asia: La Casa Blanca fanfarronea acerca del cambio en su enfoque hacia Asia, pero trata de no molestar mucho al creciente poderío de China. La administración ha sido demasiado tímida a la hora de promover relaciones más estrechas con países clave como la India o de compromterse verdadera y seriamente, como vender aviones de combate avanzados F-16 a Taiwán. Seguir con la prometida venta de armas a Taiwán debe ser el primer paso – sería señal de que Estados Unidos habla realmente en serio en lo que se refiere a apoyar a sus amigos y aliados en Asia. Hace falta verdadera eficacia en los compromisos de Estados Unidos.
5. Tener un programa serio de libre comercio: Ahora que, después de tres años de vacilaciones, la administración finalmente consiguió que se firmen los acuerdos de libre comercio con Colombia, Panamá y Corea del Sur, es el momento de seguir adelante y buscar más acuerdos comerciales y de inversión. Por ejemplo, con el Acuerdo de Asociación TransPacífico (TPP) (Estados Unidos, Australia, Brunei, Chile, Malasia, Nueva Zelandia, Perú, Singapur y Vietnam) podría llegar a darse un verdadero cambio en el comercio internacional al incluir a Japón. Pero que Japón suba a bordo de manera firme y se obtenga un acuerdo de liberalización del comercio real, oportuno y de primer nivel, hace falta llegar a un compromiso político del más alto nivel.
El precio de la Doctrina Obama
Washington podría hacer mucho en los próximos 12 meses para recuperar el terreno perdido bajo la Doctrina Obama de estos últimos tres años. Pero, la Casa Blanca necesita reflexionar sobre algunas de las opciones fundamentales que ha tomado. El Congreso debería alentar a la Casa Blanca a hacerlo y rápidamente avanzar hacia una política exterior más eficaz.
La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.
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