INTERNACIONALES: POR BERTHA MARIA CARRILLO

Cuba. Yusnaimy: el rostro de la esperanza, que vence a la opresión

El día que recibí un e-mail de Darsi Ferrer, informándome que su esposa y fiel compañera Yusnaimy Jorge y su pequeño hijo Dariel abandonaban Cuba, sentí un alivio por los amigos que conocí en el 2008, pues dejarían aquella tierra suya tan maravillosa aunque, a la vez, demasiado hostil, debido a un régimen tirano.

11 de Abril de 2012

 

¿La dictadura aflojó su asesina mano para que al fin Yusnaimy pudiera viajar a someterse a los tratamientos que su salud precaria demandan? O es que, fiel a su estilo, pretendía mantener alejadas a aquellas voces discordantes y valientes que se atreven a denunciar el terror y la muerte?
 
Emocionada, llamé a mi amiga caribeña. Al otro lado del teléfono, me respondió una voz tímida que, al reconocerme, se tornó amigable y vivaz. Era ella. La joven esposa de uno de los líderes más importantes de la disidencia cubana. Aquella mujer que hace cuatro años me abrió las puertas de su hogar y me apoyó fervorosamente, junto a su esposo Darsi, a grabar el documental que me llevó a Cuba por esos años y que me permitió conocer y dar micrófono a valientes cubanos como los Ferrer, Jorge, la desaparecida Laura Pollán, Berta Soler, Jaime Leygonier, Manuel Cuesta Morúa y Fernando Sánchez, entre muchos otros honorables anfitriones de nuestra aventura por la libertad de la isla.
 
Mezcla de sentimientos. Alegría por nuestra conversación, porque el paso que dieron es positivo para ellos, pero a la vez con una profunda tristeza por la sus percepciones que prosiguen al viaje.
 
“Aún me encuentro en shock. Dar este paso ha sido difícil para nosotros. Dariel se siente solo y yo, perdida. Me encuentro abrumada por la realidad tan distinta a la que vivimos en Cuba. Salgo al supermercado y me marea la cantidad de cosas, de alimentos, de olores. Hasta hace una semana no teníamos nada que comer. Ahora mismo mi familia, mis amigos y la mayoría de cubanos mueren de hambre”.  Es la primera reacción de Yusnaimy ante su nueva vida, ante una abundancia a la que no está acostumbrada, pues la dictadura los obliga a vivir en carencia y miseria.
 
Su actitud es natural y comprensible. Los cubanos llevan 53 años con la prohibición de comer productos como carne o langosta, incluso bajo la pena ir presos. Pero, aunque no existiera la demencial prohibición, un cubano de a pie no tendría medios económicos para abastecerse de los productos de primera necesidad. 
 
Cada vez más paupérrimos, echan mano –cuando pueden- de lo que les ofrece el “mercado negro”, que se ha convertido en una institución abastecedora extra oficial. Las bodegas de las que se vale el régimen para “abastecer” a los cubanos, yacen vacías y sin esperanza.   
 
Transcurría la conversación entre emociones encontradas. “Al despedirme de Darsi  y mi familia, en La Habana, yo estaba muy fuerte. Pero una vez que el avión despegó se oprimió mi pecho y lloré mucho. Veía como mi gente se quedaba sufriendo por nuestra patria”, comenta Yus. 
 
Pienso que no hay sentimiento más doloroso que abandonar tu tierra obligado por la inclemencia de los asesinos que se alzaron en el poder y que avasallan los derechos individuales y colectivos de tu nación.
 
“Nos tenían muy ajustados. La represión hacia nosotros incrementó y si cuando nos conocimos  -nosotros en el 2008- apenas teníamos para comer, estos últimos años hemos vivido casi de limosnas. Darsi es un hombre de muchos principios y jamás vendería su alma por un plato de comida. Por eso vivimos situaciones extremas, de mucha desesperación,  ¿cómo le dices a tu niño que no tienes nada para alimentarlo, cómo lo dejas sin comer?. Es muy doloroso”, se lamenta mi joven amiga.
 
Tras una vida de angustia y restricciones Yusnaimy y Dariel están probando lo que es vivir en libertad. Aún les cuesta adaptarse a una vida normal: comer cuando tienen hambre, conversar con libertad, hablar por teléfono y disponer Internet ilimitado desde su dispositivo móvil. Pero con la fuerza que los caracteriza saldrán adelante en un país que ahora les ofrece otra vida, como ciudadanos libres.
 
“Nuestra lucha por la libertad de Cuba continúa. En ella creemos, por ella hemos luchado hasta los golpes. Nuestras fuerzas continúan con nuestra patria y nuestros hermanos”.
 

Por Bertha María Carrillo -Presidenta del Centro Para la Libertad y el Desarrollo, C.L.D. Perú-, para El Ojo Digital Internacionales
Twitter:
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Por Bertha María Carrillo, Presidenta del Centro Para la Libertad y el Desarrollo (Perú), para El Ojo Digital Internacionales