¿Acaso ha dejado de ser prioritaria la ampliación de la OTAN?
El próximo mes los líderes de la OTAN se reunirán en Chicago para la cumbre de jefes de estado y de gobierno. La agenda se centrará primordialmente en Afganistán pero incluirá también debates sobre defensa inteligente, sobre la Revisión de la Postura de Defensa y Disuasión así como sobre la defensa antimisiles. La ausencia más notable será la de la ampliación.
El próximo mes los líderes de la OTAN se reunirán en Chicago para la cumbre de jefes de estado y de gobierno. La agenda se centrará primordialmente en Afganistán pero incluirá también debates sobre defensa inteligente, sobre la Revisión de la Postura de Defensa y Disuasión así como sobre la defensa antimisiles. La ausencia más notable será la de la ampliación.
Desde que el presidente Obama ocupó el cargo, Albania y Croacia son los únicos aspirantes que se han unido a la alianza. Sin embargo, esto cuenta poco pues sus adhesiones ya se habían decidido con la administración Bush. A pesar de ser un pilar del Tratado del Atlántico Norte (el artículo 10), la ampliación ha sido en gran parte ignorada. Esto debería cambiar, comenzando por Macedonia.
Macedonia es un probado aliado por su continuo respaldo a las misiones de la OTAN. Durante los años 90, Macedonia sirvió como una importante área logística durante la intervención de la OTAN en Kosovo y abrió su frontera a 360,000 refugiados kosovares. Tras el 11 de septiembre, Macedonia desplegó tropas para la misión de la OTAN en Afganistán y llegó a ser el mayor contribuidor per cápita. Las tropas macedonias también participan en los Equipos Operativos de Asesoramiento y Enlace que preparan a las fuerzas de seguridad afganas. Fuera de la alianza, Macedonia respaldó a Estados Unidos en la operación Libertad Iraquí, realizando misiones de combate tanto conjuntas como independientes.
En 2008, Macedonia completó exitosamente su Plan de Acción para la Adhesión (MAP) y se anticipó uniéndose a la alianza en la Cumbre de Bucarest. Sin embargo, su adhesión ha sido vetada por Grecia debido a una disputa bilateral sobre el nombre constitucional de Macedonia. Atenas afirma que Macedonia está violando su integridad territorial al denominarse a sí misma con el nombre de una provincia del norte de Grecia. Como respuesta, Macedonia demandó a Grecia ante la Corte Internacional de Justicia (ICJ) argumentando que esta había violado el Acuerdo Interino de Naciones Unidas de 1995. El pasado diciembre, la ICJ dictaminó en favor de Macedonia.
El impulso a la expansión de la OTAN es cada vez mayor en Washington. El mes pasado, cincuenta y cuatro miembros del Congreso firmaron un carta para el presidente Obama como respaldo a la adhesión de Macedonia. El congresista Michael Turner (R-OH), miembro de la Reunión del Grupo del Congreso para Macedonia y los Macedonioamericanos y el senador Richard Lugar (R-IN) también han patrocinado la legislación (véase aquí y aquí) en pro de la ampliación de la OTAN. Y, la semana pasada, la anterior secretaria de Estado Condoleezza Rice habló en la Fundación Heritage y respaldó la adhesión de Macedonia a la OTAN. Sin embargo, la administración Obama ha carecido de liderazgo en este asunto. Es más, Barack Obama ha estipulado que Macedonia se convertirá en miembro cuando resuelva la disputa de su nombre con Grecia.
Macedonia es un firme partidario de la democracia y de la libertad por todo el mundo y se ha probado a sí mismo como un valioso aliado. Los soldados macedonios han luchado hombro con hombro con los de Estados Unidos y su gobierno se ha dejado la sangre y el dinero en las misiones de la OTAN. Ya es hora de que la OTAN se ponga seria respecto a la ampliación.
La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.
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