Ganadores y perdedores en la bolivianización
El Ministerio de Economía ha lanzado una propaganda radial para explicar el éxito de su política de bolivianización (desdolarización). Nos explica que esto se ha logrado mediante tres elementos: (1) aumentando la diferencia entre los tipos de cambio de compra y de venta, (2) cobrando a los usuarios un impuesto a las transacciones bancarias en dólares...
Javier Paz cuenta con una maestría en Economía y es columnista de El Deber (Bolivia).
El Ministerio de Economía ha lanzado una propaganda radial para explicar el éxito de su política de bolivianización (desdolarización). Nos explica que esto se ha logrado mediante tres elementos: (1) aumentando la diferencia entre los tipos de cambio de compra y de venta, (2) cobrando a los usuarios un impuesto a las transacciones bancarias en dólares y (3) obligando a los bancos a mantener una mayor reserva legal para los depósitos en dólares.
Efectivamente, la política de bolivianización de la economía ha sido exitosa en el sentido de que ha ocasionado un incremento en el uso de la moneda local y una disminución del uso del dólar. Lo que el ministro no explica es a quién beneficia la bolivianización y a quiénes perjudica.
La mayor diferencia entre los tipos de cambio de compra y venta hace que cada vez que las personas cambian de una moneda a otra, pierdan dinero y que el Estado y los bancos ganen dinero. El impuesto a las transacciones en dólares es, como todo impuesto, un costo para la población cuyo beneficiario directo es el gobierno. La reserva legal es el porcentaje de dólares que cada banco debe entregar al Banco Central sobre su cartera de dólares. Al aumentar ese porcentaje para los depósitos en dólares, el costo de mantener esos depósitos o de prestarlos se incrementa para el banco. Y el banco lo que hace es traspasar parte de ese costo al usuario que por lo tanto, recibe menos interés cuando deposita sus dólares en el banco y paga más intereses cuando saca créditos en el banco. Pero el gobierno se beneficia porque incrementa sus reservas internacionales.
De manera global, el gobierno se beneficia de la bolivianización porque hace más efectiva su política monetaria y le permite obtener mayores ingresos a través del impuesto inflacionario. Para el resto de los bolivianos, esto significa una menor protección contra el riesgo de inflación de la moneda nacional y mayor pérdida del poder adquisitivo. Es precisamente por esta razón que el uso del dólar es tan amplio en la economía boliviana, porque la gente lo considera una moneda más segura y estable.
La política de bolivianización exitosamente llevada a cabo por el Ministerio de Economía consiste en imponerle costos adicionales al ciudadano cada vez que realiza transacciones en dólares y de esta manera obligarlo a usar la moneda local. Si la bolivianización reflejara una mayor confianza de los bolivianos hacia la moneda local, tendríamos motivos para festejar; pero simplemente refleja la imposición de mayores costos para quienes usan la moneda extranjera. Y las consecuencias de esas políticas son (1) costos adicionales para todos los bolivianos a través de diversos impuestos, (2) una reducción de las opciones de los ciudadanos con respecto a qué moneda utilizar, 3) una mayor exposición de los ciudadanos al riesgo de pérdida del valor adquisitivo por efecto de la inflación de la moneda local. Y por el lado del gobierno 4) mayores ingresos a través de impuestos formales como el impuesto a las transacciones, 5) mayores reservas internacionales y 6) mayores ingresos mediante la inflación. En definitiva, la bolivianización beneficia al gobierno en desmedro de la población.