¿Utilizaría Usted su vehículo SUV para combatir en una guerra?
¿Se debería obligar a nuestros hombres y mujeres en combate a ir en vehículos deportivos todoterreno (SUVs) desarmados, en zonas de guerra, con la velocidad como su única defensa contra ataques con cohetes o autos bomba?
¿Se debería obligar a nuestros hombres y mujeres en combate a ir en vehículos deportivos todoterreno (SUVs) desarmados, en zonas de guerra, con la velocidad como su única defensa contra ataques con cohetes o autos bomba? Trágicamente, esta es una historia real sobre la preparación de las fuerzas armadas de Estados Unidos de hoy en día y dichas defensas sólo empeorarán con las drásticas reducciones a las que se enfrentan nuestras fuerzas armadas.
El veterano de guerra Kerry Kachejian cuenta por qué la preparación de las fuerzas armadas de Estados Unidos es tan crucial. Tiene experiencia de primera mano en el tema a causa de sus vivencias durante la reconstrucción de Irak y Afganistán. “Debido a que esta unidad se organizó, se dotó de personal, se equipó y se desplegó tan rápidamente, no había equipamiento militar de repuesto para ella”, explicaba Kachejian. Incapaz de adquirir los vehículos blindados necesarios, su unidad recurrió a métodos de ingenio, valor e innovación para conseguir hacer el trabajo, todo eso mientras estaban bajo los fulminantes ataques del enemigo.
El relato de Kachejian, que continúa en un libro recién publicado, “SUVs Suck In Combat” (Los SUVs no sirven para el combate), ilustra el impacto humano de unas fuerzas armadas mal equipadas. Cuenta cuando fue sacudido por una camioneta bomba de casi 500 kilos, acelerando a casi 180 km/h por las calles de Iraq, arrancando la puerta trasera de los SUV y montando ametralladoras en la parte de atrás y los hombres sujetando con cinta adhesiva sus chalecos antibalas a los vehículos para conseguir el mínimo nivel de protección. En el plano individual, la lección es clara: nuestros soldados, hombres y mujeres, están arriesgando sus vidas en defensa de la libertad y aunque están mal equipados consiguen hacer el trabajo.
Pero, desde el terreno hasta la escena mundial, unas fuerzas armadas débiles y mal entrenadas también suponen una gran amenaza. Por desgracia, las fuerzas armadas de Estados Unidos se hallan en un peligro muy real de ser cada vez más débiles, de perder su poder de disuasión y de ser incapaces de luchar y ganar guerras en defensa de Estados Unidos.
Hay en Washington quienes creen que Estados Unidos puede afrontar el reducir drásticamente las fuerzas armadas con el fin de mover ese dinero a otra parte. Sin embargo, eso deja unas fuerzas armadas huecas y mal preparadas para las crecientes amenazas. En una conferencia de la Fundación Heritage recientemente publicada sobre la Doctrina Obama de humilde acercamiento a amigos y enemigos, Kim R. Holmes explica que a pesar de la afirmación del presidente de que el mundo es más seguro, persisten serias amenazas, todo esto mientras la preparación de las fuerzas armadas está siendo rebajada.
Está claro, las fuerzas armadas se están haciendo débiles. Se puede argumentar que cuanto más pequeñas más capaces, pero en algún momento la cantidad importa. Las fuerzas armadas se están haciendo más pequeñas y más débiles. Ya se han cancelado el F-22 y algunos F-35, los C-17 están enfrentando retrasos y 100,000 soldados están siendo retirados del contingente total de las fuerzas armadas.
Sin embargo Irán se está haciendo más agresivo y está más cerca de obtener un arma nuclear. Rusia es mucho más agresiva y ciertamente no está cooperando donde de verdad se la necesita que coopere – en sitios como Siria e Irán. Nuestra relación con Pakistán se ha deteriorado tremendamente. Francamente, ya está actuando como un adversario en algunos temas y puede que sea así aún más en el futuro…
También está la cuestión del futuro de Afganistán. Los talibanes piensan claramente que están ganando el conflicto y sólo necesitan esperar a que salgamos. Es totalmente posible que después de 2014, haya zonas de Afganistán que de nuevo se conviertan en refugios seguros controlados por los talibanes y otros terroristas.
A pesar de estas amenazas (por no mencionar el poderío cada vez mayor de China y la errática búsqueda de armas nucleares por parte de Corea del Norte) el gasto futuro en defensa se reducirá a todos los niveles en cerca de $500,000 millones empezando el próximo año, además de los $487,000 millones en reducciones propuestos por el presidente Obama en febrero. Esas reducciones dejarán a Estados Unidos con unas fuerzas armadas que estarán menos preparadas para defender la nación a la vez que indican a nuestros enemigos que tenemos una posición más débil en la escena mundial.
Kachejian explica que: “El panorama general es que realmente nuestro ejército es nuestra póliza de seguro nacional. Su principal propósito es disuadir contra la guerra y si se tiene que ir a la guerra, se tiene que ganar tan rápido y con los menores costos que se pueda”. Esa política de seguro está a punto de anularse a menos que el Congreso actúe para asegurar que las fuerzas armadas de Estados Unidos tienen los recursos que necesitan para defender Estados Unidos de manera efectiva.
La versión en inglés de este artículo está en Heritage.org.
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