"Inadaptados": los uruguayos no vivimos en paz
El año pasado, escuchando al mandatario norteamericano Barack Hussein Obama ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, se refirió a algo que hizo reflexionar a quien suscribe...
El año pasado, escuchando al mandatario norteamericano Barack Hussein Obama ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, se refirió a algo que hizo reflexionar a quien suscribe. Traducida al español, su sentencia fue: "Ahora, incluso cuando nos enfrentamos a estos retos en forma de conflictos y revolución, también hay que reconocer, una vez más, que la paz no es sólo la ausencia de guerra. La verdadera paz depende de la creación de la oportunidad que vale la pena vivir".
Profundizando sobre la cita del presidente estadounidense, y poniéndola en el contexto de la actualidad de nuestro Uruguay, quien esto escribe se notifica de que, si bien en nuestro país no existen terremotos, huracanes, ni tsunamis, NO VIVIMOS EN PAZ.
Si bien en la República Oriental del Uruguay hasta ahora no existía una corrupción “descontrolada”, no exhibimos una corrupción salvaje como se da en los casos de la Argentina y la República Bolivariana de Venezuela pero, igualmente, los uruguayos NO VIVIMOS EN PAZ.
A partir de la liquidación de PLUNA y de su enigmático y compulsivo cierre, caen sombras sobre el accionar del gobierno del Presidente Mujica.
La aterradora oposición al Presidente para que se conforme una Comisión Investigadora a nivel parlamentario que permita a la población conocer los detalles de esta fatua gestión, ciertamente nos alarma y nos activa frente a consideraciones sombrías respecto de los procederes del equipo de gobierno. Los uruguayos NO VIVIMOS EN PAZ.
Nos referimos a las permanentes "cortinas de humo" que la Administración ejecuta para nublar -aunque no nos hace olvidar- el tormentoso panorama de los problemas en la salud, en la enseñanza, en la seguridad. Agobiándonos con titulares falsos y medidas sin contenido. Los uruguayos NO VIVIMOS EN PAZ.
Carecemos de pandemias y epidemias mortales, pero los uruguayos NO VIVIMOS EN PAZ.
No tenemos guerra ni terrorismo (visible), pero los uruguayos NO VIVIMOS EN PAZ.
Si bien en el Uruguay, al menos en apariencia, no tienen lugar enfrentamientos entre cárteles de narcotráfico ni tienen lugar crímenes al mejor estilo mafioso, los uruguayos NO VIVIMOS EN PAZ.
Si bien, por ahora, la prensa puede expresarse libremente, sin censura gubernamental, nos alarma la camuflada "ley mordaza" que intenta imponer el gobierno y, por ello, los uruguayos NO VIVIMOS EN PAZ. Los ciudadanos de este país necesitamos contar con la oportunidad de alcanzar las condiciones de vida que nos permitan alcanzar esa anhelada paz.
Necesitamos poder estar seguros en nuestras casas; necesitamos contar con la seguridad de que nuestros hijos retornen sanos luego de una salida de esparcimiento.
Necesitamos no desconfiar del que está a nuestro lado en un local de pagos, pensando que podría ser un "rapiñero".
Necesitamos no tener que agradecer porque nos robaron y no nos mataron.
Necesitamos estar seguros de poder ser atendidos como corresponde por los "servidores públicos" que se ubican tras un mostrador.
Necesitamos no desconfiar de un censo mal organizado por el Estado, sospechando que se nos quiera "fichar".
Necesitamos que se nos restituyan los 14 millones de dólares mal gastados en un Censo sin sentido alguno, que diera inicio el año pasado pero que aún no se completó, y que los ineptos y corruptos a cargo del programa sean debidamente sancionados.
Necesitamos recuperar la confianza en nuestro sistema, para poder abrir las puertas de nuestras casas sin temor.
Necesitamos no sentir violentada nuestra intimidad, ni perseguidos por la DGI o el BPS.
Necesitamos un servicio de salud apto, que nos asegure una atención digna y profesional.
Necesitamos saber que nuestros hijos acuden a escuelas y liceos, que le sean proporcionados los mejores programas de estudio, a criterio de que se garanticen un futuro venturoso.
Precisamos que se “limpien” las calles y ramblas del alcohol y de la droga, que convierten en rehén y prisionera a nuestra juventud.
Necesitamos saber que no continuaremos siendo estafados con el destino del cobro de nuestros impuestos y que lo recaudado baste para que nos sea garantizada una ciudad limpia, segura, con calles y avenidas sin pozos, con edificios de escuelas dignos para nuestros niños, con baños aptos para el uso humano. En una palabra, necesitamos que no nuestros funcionarios no sean corruptos.
Necesitamos, para poder vivir en paz, que Ud., Señor Presidente, nos demuestre que es dueño del poder y no solo del gobierno y de la administración de la Torre Ejecutiva.
Necesitamos, para poder alcanzar esa paz, de su equilibrio emocional, y que no debamos adaptarnos día a día a los vaivenes de su amanecer.
Es verdaderamente poco lo que le pedimos, Señor Presidente, para poder vivir en paz y comunidad. Tan solo que Ud. encamine una estrategia que lo lleve a imponer una política firme en materia de seguridad, digna en materia de salud y equilibrada en la educación.
Es tan simple, Señor Presidente Mujica...: solo exigimos poder vivir tan dignamente y tan seguros como lo hacen Ud., su entorno y su equipo de gobierno.
La paciencia tiene un límite, Señor Presidente, y el pueblo ya está alcanzando ese límite, pues nos sentimos exiliados en nuestra propia Patria. Percibimos que nos hemos convertido en un pueblo de INADAPTADOS en nuestra propia sociedad, donde los "adaptados" son los homicidas, los rapiñeros, los violentos, los corruptos, los ineptos y sus sindicatos, los vagos que se han apropiado de nuestras calles, de nuestros centros deportivos y de nuestras instituciones, adaptándolas a sus usos y costumbres delictivas.
Señor Presidente: como dije, nos sentimos INADAPTADOS en nuestro propio suelo, y desde luego que eso no nos agrada. Si estas circunstancias no se modificaren, muy pronto comenzará a saber de nosotros, los uruguayos INADAPTADOS.