Luego de ocultarse durante dos meses en la embajada ecuatoriana en Londres, Julian Assange obtuvo asilo en la nación sudamericana, con el fin de evitar su extradición a Suecia, país donde es requerido por la justicia por cargos de abuso sexual.
Assange se propuso vencer al gobierno más poderoso del globo, por la vía de la publicación de ingentes cantidades de documentos oficiales de Estados Unidos desde su sitio web Wikileaks. Pero, en rigor, apenas resultó ser un hombre excesivamente centrado en sí mismo, de personalidad sórdida y dotado de un complejo de martirización que lo ha llevado a reclamar un asilo político sin ningún tipo de justificativo.
Assange anunció en forma grandilocuente que realizaría una declaración pública a las 14 horas del domingo, fuera de la embajada ecuatoriana en la capital inglesa. Sin embargo, no quedan dudas respecto de que se las ha arreglado para crear un problema internacional que involucra, al menos, a tres gobiernos: el ecuatoriano, el británico y el sueco. Al igual que a los Estados Unidos de América, objetivo original de Wikileaks.
Assange declaró temer ser extraditado a Suecia porque aquel país podría, a su vez, extraditarlo a EE. UU. donde -siempre de acuerdo a su visión- enfrentaría torturas y una posterior ejecución por traición.
Más allá de las ironías en este caso, Assange declama que WikiLeaks es una herramienta para la libertad de expresión. No obstante, el gobierno de Rafael Correa es internacionalmente conocido por no permitir medios independientes. Julian Assange insiste en que su objetivo coincide con lograr transparencia gubernamental, pero los gobiernos a los cuales combate -Suecia, el Reino Unido y Estados Unidos- son sólidamente democráticos, algo que sería difícil atribuirle al régimen de corte comunista del Ecuador.
En lo que respecta a las intenciones de Assange para obtener asilo político y así asegurarse escapar de los cargos por abuso sexual que pesan sobre él, ello es simplemente inaceptable y va en contra de las convenciones internacionales. Mientras tanto, el soldado estadounidense Bradley Manning -que ingenuamente confió a Assange miles de documentos militares del ejército de EE. UU. en Afganistán- pagará por ello, pasando el resto de su vida en prisión.
En este punto, todo lo que queda hoy de Wikileaks -conforme lo apuntado por un fan en el espacio de Facebook del sitio- es "spam para obtener donaciones y enlaces relacionados con el desastre personal de Assange". Volviendo a 2007, WikiLeaks liberó -durante años- documentos relativos a todos los países, relativos a temáticas tales como manuales de interrogación en la prisión de Guantánamo, cables diplomáticos estadounidenses, y documentos militares sobre operaciones en Irán y Afganistán. Igualmente, desde 2010, momento en que Assange se metió en problemas con Suecia -la nación que lo adoptara y que él eligió, debido a que la protección para arrepentidos es particularmente fuerte allí- WikiLeaks no ha vuelto a publicar información significativa y se encuentra en cercanías de la bancarrota.
Las autoridades británicas han prometido arrestar a Assange si acaso abandona el perímetro de la embajada, de tal suerte que el próximo domingo podría introducir un nuevo vuelco en la historia. De todos modos, y mientras Wikileaks ha arriesgado vidas de norteamericanos en Afganistán e Irak, es poco probable que Assange haga algo para arriesgar su fuga. No sería propio de él.
* Traducción al español: Matías E. Ruiz