Palestina y las Guerras del Peloponeso
Al cabo de un tiempo, Hamás e Israel habrán contabilizado tantos conflictos armados que deberán dejar de otorgarle nombres a esas operaciones para, simplemente, dotarlas de un número. Pero nadie debe creer que estos conflictos futuros serán diferenciables respecto de lo ocurrido hasta aquí: estas conflagraciones podrían tornarse peores -mucho peores.
* El autor es director del 'Centro Allison Para Estudios de Política Exterior', en la Fundación Heritage.
Al cabo de un tiempo, Hamás e Israel habrán contabilizado tantos conflictos armados que deberán dejar de otorgarle nombres a esas operaciones para, simplemente, dotarlas de un número. Pero nadie debe creer que estos conflictos futuros serán diferenciables respecto de lo ocurrido hasta aquí: estas conflagraciones podrían tornarse peores -mucho peores.
Un serio punto muerto
Hasta el momento, los duelos entre militares israelíes y Hamás (y otras facciones armadas en Gaza) han coincidido con escaramuzas tácticas. Ninguno de los bandos se ha percatado de que ha estado intentado cosechar algún tipo de ventaja decisiva que modificase el punto muerto que se observa -y que se ha tornado más riguroso- desde que Hamás tomara control de Gaza, en 2007.
Luego de los avances y retrocesos de las últimas semanas, Israel puede declamar que ha reducido a su mínima expresión la infraestructura de combate de Hamás y que ha hecho mella sobre sus stocks de guerra. ¿Y qué? Hamás puede rearmarse. Hamás puede conformarse con el hecho de que ha luchado por no otorgar tantas concesiones a Tel Aviv, que se ha ganado palmadas de felicitación por parte de Egipto y Turquía y que su stock se encuentra en crecimiento en las calles y avenidas árabes. Nuevamente: ¿y qué? El pueblo de Gaza aún se encuentra en medio del fuego cruzado y ensillado por un régimen corrupto que no puede ofrecer paz ni empleos. De tal suerte que ambos bandos han regresado al status quo, pero contabilizando más inocentes muertos y mutilados de uno y otro lado que antes.
No debe uno volverse complaciente; existen numerosas razones para preocuparse sobre la posibilidad de que esta stasis no se mantenga así para siempre.
Lecciones de la Historia
Las Guerras del Peloponeso representaron otro conflicto de carácter eterno. Aquel antiguo enfrentamiento griego se prolongó debido a que ninguno de los bandos en pugna pudo golpear contra los puntos fuertes del oponente. Esparta hizo marchar sus ejércitos hasta las puertas de Atenas, pero jamás pudo traspasar sus muros. Al final de la campaña, todo lo que hacían era regresar a casa. Atenas hizo zarpar sus flotillas hacia la costa de Esparta, pero jamás pudo desplegar sus tropas terrestres, ante la preocupación de la aniquilación a manos de la infantería espartana. Así que las armadas atenienses zarpaban, para luego volver.
Mientras que el conflicto actual entre Israel y Palestina se asemeja a aquella interminable guerra de nervios y retrocesos, lo cierto es que podría no continuar así por siempre. Y el catalizador más probable para provocar cambios es Irán.
Irán continúa remitiendo apoyo financiero, logístico y técnico a Hamás, arrojando más combustible en cada oportunidad en que las brasas comienzan a apagarse. En el futuro, sin embargo, Teherán podría decidir jugar un rol más decisivo que el de 'instigador en jefe'.
¿Qué sucederá cuando Irán pueda desplegar una capacidad nuclear que pueda poner a la disuasión nuclear israelí en jaque mate? Teherán no necesita disponer de un arsenal nuclear equivalente al de Tel Aviv. Solo necesita tener la capacidad suficiente como para que Israel se preocupe de que puede verse forzado a enfrentar un escenario de intercambio que lo deje sufriendo tanto como los propios iraníes. Esta situación podría remover la capacidad nuclear de Israel fuera de la mesa, como disuasivo creíble frente a un conflicto armado extendido.
De manera tal que, en el futuro, una conflagración entre Hamás e Israel podría devolver un resultado muy diferente. Hamás podría volcarse hacia otras naciones, en reclamo de apoyo armado. Con regímenes como Turquía y Egipto convirtiéndose cada vez más en pro Hamás y más antiisraelíes, aquél apoyo podría arribar. Si estas naciones vieran que la capacidad disuasiva de Israel es compensada por Irán, entonces podrían encontrarse más dispuestas a lanzarse, con el aporte de material adicional. Este es el caldo de cultivo para una guerra convencional a igual escala que en 1967 o 1973 -pero con una mayor cantidad de armas convencionales arrojadas en medio de áreas más densamente pobladas.
Pero, ¿quién sabe cuándo ese conflicto se detendría? Se ha difundido ampliamente la idea de que, si Irán obtuviese armas nucleares, lo propio harían otros poderes regionales que no querrían quedarse atrás. La lista de los próximos a obtener esa tecnología en armamentos podría incluir a Egipto, Turquía y Arabia Saudita. Si acaso la próxima guerra convencional en el Medio Oriente se desatara en un ambiente de alta proliferación, ¿quién podría pronosticar hacia dónde conduciría? Un estudio reciente que analizó este escenario (Juegos Nucleares II: examinando la dinámica de la defensa contra misiles y el control de armamento en un mundo con proliferación nuclear, en http://www.heritage.org/research/reports/2010/07/nuclear-games-ii-an-exercise-in-examining-the-dynamic-of-missile-defenses-and-arms-control) sugiere que la situación se tornaría muy inestable -para decirlo suavemente.
La bomba de tiempo a punto de echar a andar
El gobierno de los Estados Unidos de América no puede simplemente mover la cabeza y seguir creyendo que el proceso puede sustituír al progreso en el Medio Oriente. La Administración Obama parece considerar que, en tanto todos estén conversando, negociando, sancionando, exhibiéndose y enviando partes de prensa, todo funcionará correctamente. Pero esta noción no es correcta.
La dinámica en la región está cambiando. Y lo hace de forma tal que convierte a la paz y la estabilidad en cada vez más frágiles, en tanto empuja a las proyecciones sobre libertad económica, libertad religiosa y libertad política a transformarse en esperanzas lejanas.
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