ESTADOS UNIDOS: AMY M. PAYNE

EE.UU.: ¿Cómo será el acuerdo para evitar el abismo fiscal?

Esta semana, el presidente Obama y el vocero de la Cámara de Representantes John Boehner (R-OH) han estado negociando sus ofertas secretas sobre el abismo fiscal.

16 de Diciembre de 2012

Esta semana, el presidente Obama y el vocero de la Cámara de Representantes John Boehner (R-OH) han estado negociando sus ofertas secretas sobre el abismo fiscal. La pasada semana, se reunieron durante cerca de una hora y a la salida se mantuvieron en silencio sobre si habían logrado algún tipo de progreso en torno a la forma de evitar las subidas de impuestos a todos los niveles, así como respecto de detener las profundas reducciones presupuestarias de carácter automático que devastarían la defensa de Estados Unidos.

Si bien es necesaria alguna medida para evitar el “abismo”, se trata de lo único que deberían estar haciendo a estas alturas. Patrick Louis Knudsen, Obama y John Boehnerinvestigador de Asuntos Presupuestarios Federales adscrito a la Donación Grover M. Hermann de la Fundación Heritage, advierte de la posibilidad de un “gran acuerdo” relacionado con las subidas de impuestos durante el poco tiempo disponible:

La historia demuestra que los grandes compromisos bipartidistas entre la Casa Blanca y el Congreso normalmente sólo han producido unos impuestos más altos, mientras que la contención en el gasto (excepto en cuanto a la Defensa Nacional) y la reducción del déficit prometidas no se han materializado.

De hecho, comenta Knudsen, “Tales acuerdos tienden a producir mayores impuestos y un mayor gasto con escasa o nula reducción del déficit”.

La educativa retrospectiva de Knudsen sobre los acuerdos presupuestarios es un recordatorio aleccionador de que incluso el presidente Ronald Reagan acordó unas subas de impuestos cuando se vio envuelto en las “cumbres” presupuestarias del Congreso. Aunque aquellos incrementos de impuestos fueron en nombre de la reducción del déficit, en realidad el déficit aumentó ya que los acuerdos se inclinaron por el aumento del gasto, no por la reducción del mismo.

El enfoque del “gasta ahora, ahorra luego” es una las formas bajo las que los acuerdos presupuestarios esconden sus verdaderos costos. Y a medida que empiecen a surgir detalles (cuando sea que lo hagan) sobre el acuerdo que están preparando el presidente Obama y el vocero Boehner, será de vital importancia examinar los ardides presupuestarios que están utilizando.

Para esconder el verdadero costo de los acuerdos presupuestarios, los líderes políticos de Washington se toman la libertad de hacer ciertas cosas que nosotros nunca podríamos con el presupuesto de nuestros hogares.

Por ejemplo, imagine que está Ud. planificando el presupuesto de su familia para el nuevo año. Ud. decide: “No me voy a tomar esas vacaciones de $2,000. Así que eso significa que ¡acabo de ahorrar $2,000! Ahora creo que gastaré mis ahorros en unos muebles nuevos”. ¿Qué ocurrió? Ud. gastó $2,000. ¿De dónde vinieron? De su presupuesto normal, no del dinero extra de un bote mágico de los “ahorros” al que de algún modo tuvo acceso.

Sin embargo, eso es exactamente lo que está afirmando el presidente Barack Hussein Obama, que existe un bote mágico de los ahorros y que va a sacar dinero de él para gastarlo en otras cosas. Algunos de estos ahorros mágicos provienen de reducir el esfuerzo bélico en Irak y Afganistán. En vez de reducir esas operaciones y por tanto de no volver a gastar ese dinero, Obama afirma que esos “ahorros” se pueden gastar ahora en otra cosa.

Por supuesto, esto también conlleva mencionar que el Senado no ha aprobado una presupuesto real en tres años. Así que mientras Ud. anda contando los centavos de su hogar y averiguando un modo de pagar el alquiler o la hipoteca, de comprar comestibles y de pagar a plazos sus compras de Navidad, el Congreso simplemente está cargando más gastos con trucos presupuestarios. Y es que cuando no están reivindicando los “ahorros” fantasma descritos anteriormente, están declarando la necesidad de un gasto de “emergencia”.

Como expone Knudsen, “Las normativas fiscales y de gasto han sido ad hoc, poco sistemáticas y temporales, fomentando en la economía una incertidumbre constante y perturbadora”.

Esta práctica tiene que ser corregida. Pero este no es el momento de una revisión presupuestaria completa. Este es el momento de ampliar las actuales normativas fiscales y de impedir que los americanos sufran la mayor subida de impuestos de la historia de Estados Unidos. Después, el Congreso y el presidente ya se pueden pelear por un buen presupuesto.

 

Amy Payne | Heritage Libertad, The Heritage Foundation