Zero Dark Thirty es la película cuya llegada se hizo esperar.
La muy aguardada película que recapitula cómo la CIA (Agencia Central de Inteligencia) rastreó al cerebro de los ataques del 11 de septiembre se estrenó durante la pasada semana. El film -nominado al Oscar- se hizo esperar para llegar finalmente a las salas, transcurriendo más de una década desde el derrumbe de las Torres Gemelas de Nueva York hasta el raid del complejo que albergaba a Bin Laden en Abbottabad, Paquistán. No hay nuevas revelaciones aquí -y toma más de tres horas de enterarse de ello. Si acaso vale la pena ver Zero Dark Thirty, dependerá de cuánto tiempo dispone Usted y de cuánto recuerda sobre la guerra contra el terrorismo. Desde luego que Zero Dark Thirty no es una verdadera lección de historia.
Tal como sucede en cualquier interpretación que Hollywood hace de hechos reales, aquí los eventos se han condensado, dramatizado y manipulado para dar como resultado una película que pueda verse. En tanto el film comparte muchas dudas al respecto de cómo hicieron dos presidentes para llevar adelante una guerra larga, el trabajo fílmico no es el sitio correcto para buscar respuestas.
Tampoco sirve este relato hollywoodense de cómo se eliminó a Bin Laden de gran ayuda para mirar hacia adelante. Lo que el film no deja en claro es que, al momento de ser hallado por la CIA, Bin Laden se encontraba casi retirado de la acción. Capturarlo era un acto de justicia, pero ello no convirtió a Estados Unidos en un lugar más seguro.
De igual forma, ambas partes han evolucionado bastante en el empleo de sus tácticas durante la década pasada. El nuestro en particular, se encuentra luchando con modos bien diferentes de lo que lo venía haciendo al comienzo -y surgen preguntas muy serias respecto de si lo que hoy está haciendo la Casa Blanca al respecto funciona realmente. A lo largo del curso de su primer período, el presidente Barack Obama partió de una estrategia similar a la de Bush pero "light", moviéndose hacia un plan en el que se elimina a lo que queda de al-Qaeda en forma desordenada, para comprobar que nuevos enemigos reaparecen permanentemente. Podría decirse que, a lo largo de los últimos dos años -desde Paquistán hasta el Medio Oriente-, la aproximación incompleta de Obama para lidiar con el problema del terrorismo transacional le ha permitido a al-Qaeda recuperar terreno en el juego, escalándonos al próximo nivel en la amenaza extremista.
Mientras uno mira Zero Dark Thirty, pensando que hoy nos encontramos en una guerra contra el terrorismo, nos preguntamos si acaso esta película no será el preludio hacia una nueva que trate sobre cómo rastrearemos y perseguiremos a la próxima mente terrorista detrás del próximo 11 de septiembre.
* El autor, Dr. James Carafano, es experto en temas de Defensa y seguridad interior. Director del Centro Douglas y Sarah Allison para Estudios de Política Exterior. Comenta regularmente en las principales estaciones de televisión de Estados Unidos, desde ABC y Fox hasta MSNBC y PBS, con apariciones en National Public Radio, Al Jazeera, Sky News y The History Channel, entre otras cadenas.
Traducción al español: Matías E. Ruiz