Uruguay: mequetrefes y vacas sagradas
En la reunión del Consejo de Ministros celebrado el día 20 de febrero, el Presidente Mujica realizó un sinnúmero de apreciaciones, pero algunas llamaron la atención mas que otras...
21 de Febrero de 2013
En la reunión del Consejo de Ministros celebrado el día 20 de febrero, el Presidente Mujica realizó un sinnúmero de apreciaciones, pero algunas llamaron la atención mas que otras.
Nos imaginamos, que el jefe de estado, en un momento de ocio frente a su tarea de mantenimiento de la Torre Ejecutiva, tiró el lampazo desde el piso trece del la torre y le dijo a su ladero Cánepa: "Che; llamame a los muchachos de la barra del Gabinete, que me van a oír. No puede ser que yo esté acá a estas horas de la noche y ellos estén chupando por ahí".
Y así fue: el Presidente reunió a todos en su refugio de Suárez; habló y se dijeron muchas cosas. Pero ninguna de ellas nueva, pues los contenidos ya habían aparecido en los periódicos del lunes próximo-pasado.
En medio de la discusión -y, viendo que no lo dejaban hablar- se refiere que Mujica interrumpió a sus ministros, alzando la voz: "El presidente soy yo. A mí me votó la gente. No soy un mequetrefe". Con el perdón del Señor Presidente, creemos que sí es un "mequetrefe" (definición: "Hombre entrometido, bullicioso y de poco provecho") pues, al día de la fecha, ha sabido demostrar que cumple todos los requisitos. Se entromete en cualquier tema -nacional e internacional- siendo que desconoce sobre cualquiera de ellos; de todo, hace una "bulla", y ha expuesto cabalmente que su gobierno es de muy poco provecho para el bien de la República Oriental del Uruguay y su gente. La falta de capacidad en el mando -por otra parte- es un tema que ya hemos tratado aquí.
Nos llamó severamente la atención que el presidente José Mujica repitiera conceptos que habíamos escuchado de boca de integrantes del Partido Comunista, para referirse al Dr. Tabaré Vázquez. Hace unas semanas, en ocasión de la Mesa Política del Frente Amplio, el representante del Partido Comunista, Claudio Migliarini, manifestó su disconformidad por no haber sido informados en la última reunión de que en el acto de celebración del 42 aniversario del Frente Amplio (en Costa Azul). Haría uso de la palabra el ex presidente Tabaré Vázquez, e indicó en nombre del Partido Comunista que esas decisiones deberían ser discutidas a futuro, porque en el Frente Amplio 'no hay vacas sagradas'.
En el Consejo de Ministros, Mujica repitió los conceptos del Partido Comunista y afirmó: "El que quiera romper con el gobierno, que se vaya. Todo el mundo es libre de irse. Acá no hay más vacas sagradas".
Esta coincidencia de conceptos conduce a algunas preguntas: ¿acaso las "vacas sagradas" del Partido Comunista son las mismas que las que trabajan junto al Presidente Mujica? ¿Acaso Mujica también se refería a Tabaré Vázquez, habida cuenta de que su equipo económico responde al ex jefe de estado?
Es bien sabido que en el gobierno uruguayo cohabitan dos equipos económicos diferentes, y que es tan disímil la forma que tienen ambos de encaminar la economía que, para uno, "2 y 2, son 22", mientras que, para el otro, "2 y 2, son 4". Uno de estos equipos responde al ex presidente Vázquez y otro (el de la OPP) responde al Presidente José Mujica. De ahí que los números nunca coincidan con la realidad, pues no es lo mismo 4 que 22. José Mujica carece de la fortaleza política, la firmeza y el poder para optar entre uno u otro equipo de trabajo.
En otro orden, aseguró el mandatario que no habrá ningún "cambio de rumbo" ni modificación "fantástica" en lo "sustancial". "Hay una necesidad de emparchar el alma y querernos un poco más entre los compañeros". Del pueblo y para el pueblo, nada. Solo emparchar el alma de los "muchachos de la barra" y que se quieran má entre ellos. El pueblo, que se arregle solo. Mientras ellos se "empachan" en los más finos restaurantes de Montevideo.
Pensamos que el Señor Presidente anunciaría cambios de rumbo y modificaciones "fantásticas" en la enseñanza, en la salud, en la seguridad, en la transparencia, en el relacionamiento con la población. Pero no, sólo emparchar y amarse entre ellos.
Se trata, ni más ni menos, de una actitud perversa de parte de un gobierno que -está visto- solo piensa en el beneficio y los "acomodos" para la "barra".