El Oscar de Argo enfurece a Teherán, pero el pueblo iraní no piensa igual
En la reciente entrega de premios de la Academia de Hollywood, la película de Ben Affleck que relata el rescate del personal de la embajada de Estados Unidos en Irán ganó el Oscar a la mejor película.
En la reciente entrega de premios de la Academia de Hollywood, la película de Ben Affleck que relata el rescate del personal de la embajada de Estados Unidos en Irán ganó el Oscar a la mejor película. Irán puede haber boicoteado la entrega de estatuillas de este año echando mano del retiro de sus películas pero, como se ha visto, no ignoró el triúnfo obtenido por Argo. Quizás, el principal ganador parece haberse corporizado en los esfuerzos de la diplomacia de EE.UU., dada la popularidad observada por el film en la República Islámica.
Affleck se mostró extasiado, y agradeció al pueblo de Irán que "debe vivir bajo circunstancias terribles". El gobierno en Teherán no se mostró demasiado complacido. De acuerdo a una columna de opinión en medios oficiales de prensa de ese país -Teheran Times-, "el único premio que los realizadores de Argo merecían es una sentencia judicial por crímenes contra la humanidad".
Argo -una historia contada a partir de elementos mayormente reales- retrata el escape de Irán de seis diplomáticos estadounidenses, luego de la toma de la embajada americana en la capital ocurrida en 1979. La CIA contrabandeó a los funcionarios fuera del país, disfrazados como un falso equipo de producción (puede accederse al informe desclasificado de la CIA en en enlace www.cia.gov/library/center-for-the-study-of-intelligence/csi-publications/csi-studies/studies/winter99-00/art1.html).
Cuando mucho, Argo es una película muy popular, que relata el escape clandestino de los diplomáticos en riesgo. Pero, para el gobierno iraní, Argo y su premio Oscar son propaganda política. Los medios oficiales iraníes retrataron a Argo como "una publicidad de la CIA... repleta de inexactitudes y de información distorsionada". También se dijo que el film era "contrario a Irán, y carente de validez artística".
El primer problema de Irán con el trabajo cinematográfico fue el tema tratado por Argo es que, obviamente, no ilustra a la revolución iraní de 1979 del modo en que el presidente Mahmoud Ahmadinejad y el Ayatollah Seyyed Ali Khamenei aprobarían.
"La iranofóbica película americana intenta describir a los iraníes como demasiado pasionales, irracionales, mentalmente insanos y diabólicos, mientras los agentes de la CIA son representados como si se tratara de heroicos patriotas", sindicó Press TV, señal de televisión estatal.
El segundo problema de Irán remite a Michelle Obama -la primera dama estadounidense-, que anunció el Oscar para Argo desde una transmisión en video. Irán consideró la participación de la esposa del presidente de los Estados Unidos como motivada políticamente.
Irán prohibió Argo, declarando ilegales las exhibiciones en cines del país y prohibiendo la comercialización de DVDs. No obstante, Argo es extremadamente popular en Irán; se puede adquirir los DVDs de la película en Teherán por el precio de un dólar. Argo -completa, con subtitulado en idioma persa- es el mayor éxito en ventas de DVDs clandestinos.
Conforme lo apuntado por The Wall Street Journal, "Argo ha sorprendido a Teherán, circulando de mano en mano y de hogar en hogar. Jóvenes en el norte de Teherán, comerciantes de frutas en los bazares, maestros en los suburbios, parlamentarios y miembros de la milicia Basij -leal al régimen- ya la han visto".
La influencia observada por Argo ha preocupado a Irán, lo suficiente como para desarrollar su propio plan, contrario a la producción cinematográfica. La Oficina Artística de Irán está realizando un "gran proyecto... para ofrecer la verdadera imagen de este histórico evento, que ha sido distorsionado en la película estadounidense Argo". El trabajo -intitulado Personal General [The General Staff]- será "diferente de la versión americana, que carece de la visión apropiada".
Probablemente, Argo ha encarnado un rol diplomático público de carácter vital, allí donde la versión en idioma persa de la Voz de América (Voice Of America's Persian Network) ha sido poco efectiva. La diplomacia pública eficiente no necesita provenir de los canales de comunicación empleados por el gobierno federal. La comunicación cultural involucra al cine y la literatura. Productos que exhiban alta popularidad pueden comunicar a partir de la diversidad en el discurso y tradiciones de los Estados Unidos con igual efectividad que las transmisiones televisadas y online del Departamento de Estado. La diplomacia popular, como Argo, observa el potencial como para promocionar una comunicación intercultural futura entre la República Islámica de Irán y Occidente.
* Traducción al español: Matías E. Ruiz