INTERNACIONALES: ARIEL COHEN & BENJAMIN TIGAY

Juegos de guerra rusos en el Mar Negro

El pasado 28 de marzo, Vladimir Putin -al regresar a su país, luego de una reunión de naciones del bloque BRIC [Brasil, Rusia, India y China] en Durban-, ordenó a su ministro de Defensa Sergei Shoigu moviilizar a la Flota del Mar Negro, en forma inmediata.

13 de Abril de 2013

El pasado 28 de marzo, Vladimir Putin -al regresar a su país, luego de una reunión de naciones del bloque BRIC [Brasil, Rusia, India y China] en Durban-, ordenó a su ministro de Defensa Sergei Shoigu movilizar a la Flota del Mar Negro, en forma inmediata. Más de siete mil hombres, una cifra cercana a 36 navíos de guerra, 250 vehículos, 50 cañones y al menos veinte jets de combate fueron puestos en acción, mientras que los vecinos en la región se preocuparon ante la posibilidad de que la rápida movilización de fuerzas rusas significara el preludio a una guerra.

En rigor, Rusia había decidido realizar una demostración de fuerza, a criterio de mostrar su relevancia en la región. Como parte de una nueva "Doctrina Putin", Armada rusala Federación desea proyectar poder, incrementar su influencia global, y desplazar al liderazgo estadounidense allí donde sea posible. El vocero presidencial Dmitry Peskoy declaró que Putin le ordenó la ejecución de las maniobras navales con el objetivo de testear la preparación militar del país. Se trató de solo un ejercicio.

Sin embargo, los vecinos de Rusia en el Mar Negro no se mostraron felices con los ejercicios no anunciados. El ministro de defensa de la República de Georgia presentó un comunicado expresando "gran preocupación" frente a las maniobras, que "van en contra de los intereses de estabilidad y previsibilidad en el vecindario europeo". Kommersant reporta que los miembros ucranianos del parlamento objetaron el ejercicio, y que una alta fuente de la OTAN declaró que las acciones de Rusia no eran consistentes con el nuevo tono observado por la cooperación entre la alianza y la Federación Rusa.

Pero sucede que preocupar a los vecinos encaja con el nuevo concepto de política exterior de Putin, que declara que Rusia mantendrá "su elevada posición en la comunidad internacional, como uno de los polos competitivos con mayor influencia en el mundo moderno".

El Kremlin cree que el poder ruso -incluyendo su fuerza militar- debe ser mantenido y puesto al día. La renovación de material de US$ 800 mil millones en los servicios armados y las maniobras militares representan dos pilares en este esfuerzo. Mientras que la armada rusa se ha visto considerablemente deteriorada desde la Guerra Fría, Moscú necesitará de todo lo que tenga para sobreponerse a la "degradación" de su vieja flota.

A partir de los ejercicios de la Flota del Mar Negro, Rusia intenta enviar una señal, tanto al sur del Cáucaso y al Medio Oriente como a la OTAN, de que todavía representa una fuerza a ser tenida en cuenta. La Flota del Mar Negro, que vio a su última nave comisionada en 1992, tiene responsabilidades sobre el Mediterráneo y el Océano Indico.

Las "señales de humo" navales de Rusia llegan en el preciso momento en que el presidente estadounidense Barack Obama se encuentra recortando el presupuesto militar en su país, y cediendo terreno a Rusia en materia de defensa de misiles -sin observarse reciprocidad alguna en el proceso.

El ejercicio naval ruso no fue un preludio hacia una guerra, pero se trata de un símbolo de cara al deseo de Putin de regresar a la gloria de la ex armada soviética o de, cuando menos, armar el poder naval suficiente como para ser tomado en serio. Especialmente en el Mediterráneo oriental, donde las tensiones han comenzado a incrementarse alrededor de Siria, y entre Turquía y Chipre -siendo este último, amigo de los rusos y su banca offshore.

Mientras que se encuentra en serias desventajas de poder naval en los océanos del globo al comparársela con la OTAN, Moscú se encuentra invirtiendo sus amplísimos ingresos de crudo en modernización de sus navíos. Ha comisionado a ocho submarinos de clase Borei, ocho submarinos nucleares más, y está considerando la construcción de un nuevo portaaviones de propulsión nuclear.

Rusia, tradicionalmente una fuerza terrestre de formidable poder, exhibe ahora una agenda naval que va más allá de despliegues costeros de corte defensivo. Los planificadores estructurales de las fuerzas militares de Estados Unidos y los expertos en presupuestos navales deberían tomar nota.


* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés: http://blog.heritage.org/2013/04/12/russian-war-games-in-black-sea-no-childs-play/

 

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