La Fuerza de Mantenimiento de Paz de la ONU en Malí, destinada al fracaso

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado, en forma unánime, el envío de una fuerza para el mantenimiento de paz para Malí: se trata de la Misión de Estabilización Multidimensional Integrada (MINUSMA). Previamente, la ONU había evitado despachar este tipo de misiones, y sin faltarle razón.

Algunas de las peores horas de Naciones Unidas se presentaron en ocasión de misiones de mantenimiento de paz, enviadas en ausencia de acuerdos por el cese del fuego. Los Cascos Azules fallaron, por ejemplo, cuando debían evitar el genocidio de Ruanda y la masacre de Bosnia de 1995.

La participación de fuerzas de paz de ONU han sido reevaluadas por el Informe del Panel sobre Operaciones de Paz de Naciones Unidas (Informe Brahimi, que puede verse en www.un.org/peace/reports/peace_operations/). Especifica la separación entre la función de la ONU y la que corresponde a los "Estados predispuestos" [willing States]:

Naciones Unidas no desea emprender guerras. Donde se precise una acción de refuerzo, ello ha de confiarse a coaliciones de Estados predispuestos, con la autorización del Concejo de Seguridad, en actuación del Capítulo VII de la Carta.

Las misiones de mantenimiento de paz sirven a un propósito específico, aunque importante. Son útiles si no se exige más de los roles designados inicialmente, y cuando éstos son llevados a la práctica en consideración de las razones apropiadas. Por ejemplo, bajo circunstancias ideales (entiéndase, por ejemplo, un cese del fuego), esto es lo que MINUSMA haría como fuerza de mantenimiento de paz. Compuesta por un personal militar de 11.200 y de 1.440 policías internacionales, el rol de MINUSMA no consiste en conducir una acción militar contra insurgentes. Antes bien, su propósito es restaurar el estado de derecho, promover la democracia y estabilizar las poblaciones del norte.

Conforme definido por la Resolución de Naciones Unidas 2098, las misiones de refuerzo de paz permiten el empleo de fuerza letal ante situaciones de combate; las operaciones de mantenimiento de paz, sin embargo, se guían por tres principios básicos:

• "Consentimiento entre las partes;
• "Imparcialidad;
• "Evitar el uso de la fuerza, excepto en defensa propia y en defensa del mandato."

En realidad, MINUSMA ha reingresado en una suerte de área gris que no se presentaba desde los años noventa. El camino que ha preferido tomar la ONU para enfrentarlo ha sido crear una brigada de intervención de "índole excepcional, y sin crear el precedente o prejuicio que pueda afectar los principios acordados de mantenimiento de paz". Y, mientras las tropas francesas han hecho significativa mella en su tarea de enfrentar al terrorismo, los ciudadanos de Malí aún se encuentran amenazados por extremistas, que han recurrido a tácticas guerrilleras más insidiosas, incluyendo ataques suicidas y el empleo de otros dispositivos improvisados en forma de explosivos en áreas civiles.

Estados Unidos no debería verse influenciado por la ONU y, habiendo aprendido de sus errores del pasado, mantener la cautela frente al curso de acción de ONU, hasta que las condiciones en Malí mejoren.

Como el analista de la Fundación Heritage Brett Schaefer lo apuntara oportunamente: 'En Malí, no existe paz qué mantener. Reconocer el estado actual de violencia, la resolución de ONU permite el uso de "todos los métodos necesarios" para resguardar los "centros poblacionales clave y proveer al restablecimiento de la autoridad estatal a lo largo del país" y proteger "a los civiles y al personal de Naciones Unidas'.

El terrorismo jamás será erradicado. Pero, para que la paz pueda ser "mantenida", primero debe ser establecida.

* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés: http://blog.heritage.org/2013/05/02/u-n-peacekeeping-mission-in-mali-poised-for-failure/