EE.UU. y Bengasi, el escándalo que no cesa
Los rumores sobre la desaparición del escándalo de Bengasi son enormemente prematuros. En estos días, los veteranos de las Fuerzas Especiales estadounidenses...
31 de Julio de 2013
Los rumores sobre la desaparición del escándalo de Bengasi son enormemente prematuros. En estos días, los veteranos de las Fuerzas Especiales estadounidenses se reunieron en el Congreso para mostrar un listado de firmas de más de 18 metros de longitud, exigiendo una petición de retirada de la legislación que autoriza a un comité selecto de la Cámara de Representantes a investigar lo ocurrido en Bengasi.
En abril, en una aparición ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, el secretario de Estado John Kerry prometió aclarar la situación y poner a los supervivientes de Bengasi a disposición del Congreso para que se les hicieran preguntas al respecto. Y, aunque unos cuantos han salido valientemente a la luz pública (con el peligro de sufrir represalias laborales, se podría añadir), pocos testimonios de primera mano sobre el atentado han aparecido.
Los miembros del Congreso han lanzado la acusación de que los testigos pertenecientes al Departamento de Estado y la CIA continúan siendo intimidados y advertidos para que no testifiquen, dando como resultado el aplazamiento de las dos sesiones planeadas para la semana pasada.
Los miembros del Congreso han lanzado la acusación de que los testigos pertenecientes al Departamento de Estado y la CIA continúan siendo intimidados y advertidos para que no testifiquen, dando como resultado el aplazamiento de las dos sesiones planeadas para la semana pasada.
Todavía es necesario responder a cuatro preguntas fundamentales, antes de que cualquier investigación sobre los sucesos de Bengasi pueda darse por cerrada y su lección, aprendida:
1. ¿Qué medidas contraterroristas y de alerta temprana se encontraban vigentes para abordar las amenazas para la seguridad? En primer lugar, para saber cómo impedir en el futuro atentados contra los inmuebles de Estados Unidos en el extranjero, es necesario saber qué iniciativas contraterroristas, en caso de haberlas, se asumieron para reducir la amenaza de un posible atentado en Bengasi.
2. ¿Qué valoraciones del riesgo se llevaron a cabo y qué medidas de atenuación del riesgo se adoptaron con anterioridad al atentado? Es fundamental comprender cómo evaluó el riesgo el Departamento de Estado y cómo decidió atenuar ese riesgo.
3. ¿Qué planificación de contingencias se asumió y ejecutó para responder a los ataques armados contra el edificio de Estados Unidos en Bengasi? Con el fin de evaluar totalmente la respuesta dada al atentado de Bengasi, es importante evaluar a su vez qué planes de contingencia estaban en vigor, su nivel de desarrollo y si se habían probado o implementado.
4. ¿Cómo se organizó y administró la respuesta entre las distintas agencias ante el incidente? Un examen completo de la respuesta de Estados Unidos debería abordar el mando, control y coordinación de las iniciativas para organizar e integrar el empeño de las distintas agencias después de que se hiciera patente la amenaza de Bengasi.
Las preguntas sin respuesta, una falta total de depuración de responsabilidades y la ausencia de castigo o represalias por los cuatro ciudadanos estadounidenses asesinados en Bengasi hace diez meses continúan indignando a los miembros del Congreso. Y con razón.