INTERNACIONALES: LIC. SANTIAGO PEREZ

Brasil: el día de la independencia reaviva las protestas

La conflictividad social experimentada por Brasil durante los meses de junio y julio dista claramente de resolverse...

09 de Septiembre de 2013
La conflictividad social experimentada por Brasil durante los meses de junio y julio dista claramente de resolverse. Prueba de ello es el resurgimiento de las movilizaciones en las principales capitales del país con motivo de la celebración del 191 aniversario de la independencia nacional. El próximo-pasado día sábado 7 de septiembre se registraron en Rio de Janeiro enfrentamientos entre los manifestantes y la policía en el centro de la ciudad. Heridos, detenidos, banderas de Brasil quemadas y el desfile oficial invadido por activistas fue el saldo de la jornada. Las fuerzas de seguridad dispersaron las protestas arrojando gases lacrimógenos que acabaron por alcanzar no solo a los protagonistas sino también a las familias que asistían a la celebración.
 
En Brasilia, sede del gobierno federal y escenario del acto central se desplegó un inmenso y estricto operativo de seguridad. Durante la mañana, la presidente Dilma Rousseff consiguió realizar un breve desfile (entre las 9:15 y las 10:18) en el tradicional vehículo -Rolls-Royce oficial- al descubierto. La policía logró mantener la zona bajo control evitando la presencia de manifestantes en el campo visual de la mandataria. Hacia la tarde, la situación se modificó y las tensiones crecieron. La zona central de la capital derivó en una batalla campal, computándose enfrentamientos entre los agentes del orden y los manifestantes, destrucción de patrimonio público e invasión de propiedad privada. Helicópteros de la Policía Militar realizaron vuelos rasantes a baja altura en forma intimidatoria. El operativo fue acompañando por el lanzamiento de bombas de efecto moral y gases lacrimógenos que finalmente lograron dispersar la concentración. Los incidentes se registraron en cercanías del Estadio Mané Garrincha, escenario que simultáneamente a estos acontecimientos albergaba del partido amistoso entre los seleccionados de Brasil y Australia. Se detectaron corridas y confusión en los accesos lindantes con el estadio.  
 
Durante toda la semana anterior, se había respirado en Brasil un clima de expectativa en torno a las celebraciones por la fecha nacional. Circularon especulaciones sobre si las anunciadas protestas serían relevantes o no, interrogante que quedó despejado con el desarrollo de los hechos durante el día 7. Si bien la concurrencia fue marcadamente inferior a la de las protestas del pasado mes de junio, no quedan dudas frente a que la insatisfacción ciudadana de cara a la respuesta gubernamental a los reclamos continúa intacta. El estado de movilización continúa en el seno de la clase media brasileña, sector social que, progresivamente, adquiere 'conciencia de clase'. 
 
Los reclamos se focalizaron -al igual que en demostraciones anteriores- en demandas contra la corrupción y en reclamos de mejoras en los ámbitos de la salud y la educación públicas. El viernes 6 por la noche, Dilma Rousseff se había dirigido a la nación por medio de un mensaje transmitido en cadena nacional, oportunidad en la que realizó un repaso por los principales logros de su gestión, intentando -de alguna forma- anticiparse a las posibles protestas.
 
Se registraron manifestaciones también en otras ciudades, computándose incidentes en, al menos, doce estados. En São Paulo, la céntrica Avenida Paulista fue bloqueada; en Belo Horizonte, el saldo fue de decenas de detenidos y, en el Estado de Alagoas, el desfile por el día de la independencia debió ser cancelado.
 

* El autor, Lic. Santiago Pérez, es Licenciado en Relaciones Internacionales. Reside en Rio de Janeiro, y publica en su sitio web www.equilibriointernacional.com.
 
Lic. Santiago Pérez | El Ojo Digital Internacionales