Jorge Milton, el hombre del reluciente bisturí

Como oportunamente se certificara ya de parte de fuentes intragobierno, Jorge Milton Capitanich Popovich comienza a ocupar el rol de cirujano de ocasión. Con Cristina Fernández de Kirchner fuera de la ecuación, el Gobernador del Chaco dispone ya de su propia "licencia para operar". Otrora personero de la pesificación asimétrica, el nativo de Roque Saenz Peña retorna, sonriente, para retomar el librillo operativo de la racionalidad económica. La que supo colorear los tiempos inmediatamente posteriores a diciembre de 2001.

Trasciende, a la postre, un compendio de medidas ideadas por Jorge Milton, que bordean con lo que el diccionario cristinista etiqueta como "mala palabra": llámese ajuste. Terreno cenagoso y plagado de espinas que hoy se torna imperioso transitar, a fuer de desactivar el explosivo camporista motorizado desde la infiltración desmedida -ergo, deficitaria- del Estado Nacional. El mismo que derivó en la implementación del cepo cambiario para morigerar -sin éxito- la indetenible fuga de divisas. Antisistema que transformó al país en importador de combustibles, y que exige destinar el aproximado de US$ 14 mil millones anuales para tal fin. Entre otras perturbadoras "bondades". Fin de la cita.

Así las cosas, el ideario del recién llegado permite anticipar que, por ejemplo, quienes se sienten a la mesa para dar forma a las tratativas de cara a las paritarias 2014 deberán conformarse, apenas, con aumentos salariales de entre el 18 y el 20%. Bajo la amenaza previsible de que, de pretender los sindicatos ampliar sus pretensiones, el abismo golpearía las puertas del "modelo" en cuestión de minutos. Para llevárselo puesto, con 40 millones de habitantes y todo. La cabeza que primero rodará, ante cualquier viso de cinchada, será la del ministro Carlos Tomada.

La agenda miltonista -que algunos ya critican por inefectiva, puesto que los criterios que adjunta no están llamados a aplicarse en forma simultánea- viene, también, de la mano de la ampliación de los mecanismos recaudatorios de AFIP. Organo cuyos funcionarios ya indagan sobre la manera más veloz para que los bancos privados fuercen a sus clientes que exhiben gastos con tarjeta de crédito en el exterior cancelen esas deudas en dólares estadounidenses o euros billete, o bien lo hagan bajo la cotización que esas monedas registren en el mercado paralelo. Interim en el cual habría que preguntarle a Juan Carlos Fábrega (BCRA) cómo es que se propone llevar a la moneda norteamericana a posicionarse en el rango de los AR$8 por unidad (en cotización oficial), hacia comienzos de 2014.

Otra de proposiciones en carpeta ya es bien conocida: promover a una liberación gradual del mercado de combustibles, para que las expendedoras comiencen con un programa de incrementos en el precio de naftas y gasoil; en el primer día de la "racionalidad", los precios se dispararon casi hasta alcanzar el 10% por litro. La iniciativa remite -no podría ser de otra manera- a desalentar fuertemente el consumo, con la meta de reducir el pago en efectivo por la energía que el Gobierno lleva a cabo con rigor anual. En igual sentido, los subsidios en materia de provisión eléctrica y de gas para hogares llegarán, próximamente, a término, conforme ya se había anticipado en estas líneas.

Mientras tanto, el bisturí de "Coqui" también amenaza con deslizarse lentamente en los órganos internos de la pasmosamente deficitaria Aerolíneas Argentinas (para la cual ya se rastrean socios privados que puedan rescatarla del desmadre), y dentro el ciclo propagandista "Fútbol Para Todos". Conforme lo reportara Diario Clarín este jueves 28.

En el quebranto, el bueno de Jorge Milton ha logrado -con la eficacia y presteza de un ilusionista- convertir a la convalesciente Presidente de la Nación en su rehén. En el cénit de este particular Síndrome de Estocolmo, Cristina parece hacerse a la idea de que el único modo posible de salvaguardar al "modelo" es aniquilándolo, desde los cimientos. Vaciarlo de contenido, para reconfigurarlo en un sistema flexible de "sinceramiento" de tarifas. O para endosarle, sin más, y en opinión de algunos, el calificativo de "neoliberal".

Solo queda un obstáculo en el camino del Jefe de Gabinete: es La Cámpora. Se trata, precisamente, de quienes no se resignan a dar brazos y "derechos adquiridos" a torcer. De este recién estrenado conflicto, surgirá un resultado. Si los púberes camporistas se hacen de la victoria, el "modelo" perderá mucho. Cristina Kirchner, también.

La medida de la puja será, en cualquier caso, la rapidez con la que Don Horacio Verbitsky se entregue a la publicación de "carpetas" -portadoras de nutrida información sobre Milton- en su tristemente célebre house organ de batalla, Página 12.


* Foto de portada: Agencia OPI Santa Cruz