INTERNACIONALES: BRETT RAMSAY Y MARY MOODY

Los cárteles mexicanos de la droga, un peligro de alcance hemisférico

Las autoridades estadounidenses arrestaron recientemente al hijo del estratega en jefe del cártel de Sinaloa, bajo varios cargos -incluído el de conspirar para importar drogas...

11 de Diciembre de 2013
Las autoridades estadounidenses arrestaron recientemente al hijo del estratega en jefe del cártel de Sinaloa, bajo varios cargos -incluído el de conspirar para importar estupefacientes a ese país. El descubrimiento de este complot objetivado en el tráfico de narcóticos subraya la necesidad de que EE.UU. evolucione en su estrategia y aproximación antinarcóticos. Asimismo, se impone la necesidad de que las autoridades mexicanas implementen reformas al sistema de justicia criminal, y que el mundo se concentre en poner bajo la lupa las operaciones financieras en la lucha contra el crimen organizado.
 
El cártel de Sinaloa -dirigido por Joaquín "Chapo" Guzmán- probablemente ejerza la mayor influencia en materia de tráfico registrado en el hemisferio occidental. Este espectro contrabandea drogas activamente, al igual que lo hace con personas y otras mercaderías ilícitas a través de las Américas. El cártel incluso penetra profundamente las permeables fronteras estadounidenses, constituyéndose en proveedor responsable por el 80% del rampante problema de los estupefacientes en Chicago y en todo Estados Unidos. Chicago etiquetó recientemente a "El Chapo" como Enemigo Público Número Uno, título creado específicamente para el gánsgter Alphonse Capone.
 
Al sur del Río Grande, la complicidad de funcionarios del gobierno mexicano con el crimen organizado también se ha convertido en un problema creciente. Las investigaciones sugieren que el 40% de los funcionarios de ese país se encuentran bajo la influencia de organizaciones criminales. La violencia de que echan mano los cárteles, la corrupción endémica, y las interconexiones entre autoridades del gobierno y empresas privadas que dan lugar a conductas ilícitas ya han causado un serio perjuicio a la colaboración mexicano-estadounidense.
 
Pero, quizás, la amenaza más subterránea para la seguridad de los Estados Unidos y México surja de las operaciones comerciales y financieras de compañías privadas relacionadas con el crimen organizado. Más allá de la brutalidad empleada por los Zetas, el crimen organizado en México se ha visto ligado a empresas de constitución legítima y, por tanto, ligadas a la economía mundial. El Acta de Designación de Jefes del Narcotráfico en el Extranjero de 1999 (Foreign Narcotics Kingpin Designation Act) habilita a la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro a, específicamente, determinar y aislar a aquellos Jefes del Narcotráfico Especialmente Designados (Specially Designated Narcotics Trafficking Kingpins, SDNTKs) que recurren a firmas comerciales pseudolegítimas que portan el fin de conducir prácticas potencialmente ilegales.
 
Este órgano del Departamento de Estado (la OFAC) busca restringir la provisión de dinero a grupos lindantes con el crimen organizado, poniendo el foco de las investigaciones en fachadas que lavan fondos. En lo que representa un esfuerzo para diferenciar las actividades lícitas de las que no lo son, la OFAC se enfoca en numerosas compañías cuyo fin es el lavado de activos, incluyendo gasolineras, lavaautos, y centros comerciales. Incluso el violento rival de "El Chapo" Guzmán, la Organización Beltrán Leyva, controla una firma de seguridad privada hoy objeto de investigación judicial por parte de OFAC. En efecto, las operaciones de los cárteles hacen complejo distinguir la frontera que separa a organizaciones privadas lícitas, de aquellas que ejecutan actividades ilegales.
 
La expansión de la cooperación en materia de seguridad y asuntos económicos entre los Estados Unidos de América y México es vital para consolidar un futuro más seguro. EE.UU. debe continuar optimizando las herramientas de que OFAC dispone, con el objetivo de deslegitimizar los esquemas de lavado de dinero en poder del narcotráfico. Más aún, Estados Unidos debería, en conjunto con el gobierno mexicano, promover una estrategia amplia para el siglo XXI. Dado el desarrollo de los acontecimientos, Washington debería continuar alentando al presidente de México, Enrique Peña Nieto, a que reforme el sistema mexicano de justicia criminal, y que regule las actividades financieras, si de lo que se trata es de promocionar una más firme relación bilateral que amortigüe o reduzca la amenaza hemisférica del crimen organizado.


* Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://blog.heritage.org/2013/12/10/mexican-cartels-hemispheric-danger/