Rosario, a sangre y fuego
Rosario vive hoy a sangre y fuego, lo que permite que el narcotráfico se arraigue cómodamente en una ciudad santafesina que supo ser pujante, cálida y apacible...
10 de Febrero de 2014
Rosario vive hoy a sangre y fuego, lo que permite que el narcotráfico se arraigue cómodamente en una ciudad santafesina que supo ser pujante, cálida y apacible. Estos atributos son notoriamente aprovechados por los mercaderes de la muerte, para doblegar a la localidad, comprando voluntades y hostigando a sus pobladores, con el homicidio como única respuesta.
Aunque en 2008 y 2010 hemos advertido puntillosamente lo que se venía en Rosario, recibí como toda respuesta el desprecio del entonces Jefe de Narcotráfico de la Policía de Santa Fe, Hugo Tognoli y del Secretario de Seguridad Pública provincial, Horacio Ghirardi. Estos negaron tajantemente lo que luego les explotó en la cara, dejando como 'daño colateral' la detención de Tognoli.
Las familias que dominan la venta de drogas en la Ciudad de Rosario son solo el escalón visible de la comercialización de estupefacientes en esa provincia. Nadie habla de los proveedores de de sustancias para que estos narcos argentinos comercialicen. Hace al menos siete años, advertí que el Cartel del Norte de Colombia -liderado por Daniel Barrera Barrera (alias El Loco)- dominaba desde la Isla del Cerrito en Chaco hasta el sur de Santa Fe, operando principalmente desde las localidades de San Lorenzo y Rosario con el objetivo de exportar drogas hacia Europa y, obviamente, de proveer de sustancias a delincuentes rosarinos.
Cocinas de estiramiento y comercialización
Es simple aunque no fácil continuó el presidente de AARA erradicar la comercialización de drogas en la Ciudad de Rosario, conforme los espacios de comercialización se encuentran a la vista de todo el mundo y las familias que se presentan como jefes de la comercialización en esa ciudad han hecho todo para aparecer en los medios de comunicación, en busca de fama y prestigio a costa de la vida de jóvenes y niños adictos.
Uno de los espacios más conocidos de Rosario, en el que donde se estira y comercializan drogas, es el que queda en la calle Francia en su intersección con Junín, a metros de Silos Davis y justo frente al edificio donde viven entre otros vecinos ilustres, los hijos del Señor Gobernador de la Provincia y alguno de los directivos del Banco HSBC. En esta locación, puede verse claramente cómo los jóvenes hacen fila para comprar sustancias sin importar sea de día o de noche, o si es feriado o día laborable. Otro de los espacios es el de Quintana entre Chacabuco y Esmeralda; allí, se estiran y comercializan drogas, adjudicado a la familia de Los Monos, según cuentas los vecinos que sufren a diario el hostigamiento de los malvivientes.
Estos grupos, conocidos como los Medina, los Cantero y los Monos, operan sus negocios al mejor estilo colombiano: con dos o tres líneas de custodios y jóvenes armados para todo servicio. Estos sicarios se manejan por la ciudad con la impunidad de quien se sabe protegido y dirimen cualquier discusión mundana, ultimando al ocasional oponente. Así sucedió hace pocos días, durante el episodio del joven de 16 años de apellido Trasante, que nada tenía que ver con estos forajidos pero tuvo la mala suerte de discutir con uno de ellos, en acuerdo con lo reportado por medios locales.
Solución
Es necesario para la tranquilidad ciudadana abrir una mesa de diálogo en todo el arco de la clase política, con el objetivo de mancomunar un único discurso que sirva para ayudar al adicto y su familia por un lado y, por el otro, poner un decidido freno a os mercaderes de la muerte que convierte en insoportable la convivencia entre los habitantes de esa localidad y sus alrededores.
No es descabellada la idea de utilizar las Fuerzas Armadas para concluir rápidamente con estos clanes que tienen en vilo a una sociedad que se dedica a trabajar, producir y hacer conocer a la Argentina en el mundo por su trabajo diario. El narcotráfico ha invadido la República Argentina, pero aún estamos a tiempo de erradicarlo: ya lo ha advertido la Iglesia Católica en general, poniendo énfasis en la necesidad de combatir rápidamente estos espacios.
Debería, además, procederse a la desactivación de los grupos autodenominados de "Reducción de Daño" nacidos en Rosario, que gran culpa tienen en todo este problema: desde el año 2001, estas organizaciones incentivan el consumo de drogas sin riesgo, lo que ha permitido que crezca exponencialmente el consumo de drogas en esa ciudad y, de allí, extenderse hacia la totalidad del territorio nacional.
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@ElAntidroga
Sobre Claudio Izaguirre
Reconocido activista antidrogas, titular de la Asociación Antidroga de la República Argentina (AARA). Sus artículos son publicados en periódicos nacionales e internacionales.