La proliferación de la corrupción en el mundo representa un desafío mayúsculo
Desde 1991, el Dr. Chafuen ha estado al frente de la Fundación de Investigación Económica Atlas (The Atlas Economic Research Foundation), organización sin ánimo de lucro que conecta...
30 de Abril de 2014
Desde 1991, el Dr. Chafuen ha estado al frente de la Fundación de Investigación Económica Atlas (The Atlas Economic Research Foundation), organización sin ánimo de lucro que conecta una red global de más de 400 organizaciones de libre mercado en más de 80 países con las ideas y los recursos necesarios para avanzar por la libertad. También es presidente de la Fundación Educacional para la Libertad y el Centro Hispano de Investigación Económica (HACER). Es miembro de las juntas directivas de la Fundación Chase de Virginia, el Instituto Acton, la Philadelphia Society y el Instituto Fraser. Es miembro honorario activo de la Fundación John Templeton y miembro del consejo de Grove City College. El Dr. Chafuen mantiene una columna regular en Forbes.com, en la cual escribe sobre think tanks, académicos y pioneros en la innovación.
Roger Ream, presidente del Fondo de Estudios Americanos (TFAS), definió la labor del Dr. Chafuen: 'Gracias al trabajo del Dr. Chafuen se han conseguido y generado redes que conectan los 4 continentes promoviendo la libertad y el desarrollo económico. Ha demostrado tener gran coraje para enfrentar obstáculos aparentemente insuperables para la libertad humana'.
Establecido en 1993, el premio Judd reconoce a individuos que han dedicado su vida a la preservación y la expansión de la libertad, y han hablado abiertamente contra la tiranía y la opresión en el mundo y en políticas nacionales. Estos son los valores del Dr. Walter Judd, ex miembro del congreso estadounidense y misionero cuyo coraje, espíritu y oratoria han inspirado a miles de personas en el mundo a lo largo de sus siete décadas en la vida pública.
Lee Edwards, de la Fundación Heritage y miembro del comité de selección para el premio Judd afirmó: 'El Dr. Chafuen merece este honor debido a su defensa incesante de la libertad mundial, su profunda comprensión del Experimento americano, y su cooperación con otras organizaciones promotoras de la libertad en el mundo'. Edwards también recibió el Premio por la Libertad Walter Judd en 2008.
Además del Dr. Edwards, otras personas ilustres han recibido este premios, entre las que se incluyen al presidente Ronald Reagan, el Sr. William F. Buckley Jr., Mary Anastasia O’Grady, el Honorable Jack Kemp, la embajadora Jeane Kirkpatrick, el congresista de EE.UU. Frank Wolf y Harry Wu.
P.- Las ideas de la Libertad no están muy de moda en el mundo de hoy -si acaso alguna vez lo estuvieron. ¿Merece la pena dedicar toda una vida para promoverlas y defenderlas? ¿Qué supone este premio para Usted y para su carrera?
R.- ¿Valió la pena? Si desde ya. Vale la pena gastarse una vida en defensa de la libertad.
Es difícil saber lo que lleva a formar la vocación de una persona, y que es lo que me llevó a pasar una vida en defensa, estudios y promoción de la libertad. En varias oportunidades, me he preguntado si yo hubiese trabajado en el campo de la defensa de la libertad de haber nacido en los Estados Unidos. Influyó mucho en mi vida ver como a comienzos de los años setenta, mi país natal, Argentina, estaba cayendo nuevamente en la carencia de civilización de la mano del peronismo, que regresaba al poder. El esfuerzo del comunismo de tratar de tomar control de mi país también influyó.
En el campo de los incentivos, los factores clave en mi vida fueron: una beca para estudiar con un discípulo de Ludwig von Mises en el Grove City College, en Pennsylvania; ser aceptado como miembro de la Sociedad Mont Pelerin con solamente 26 años (estos dos eventos gracias a mi relación con Alberto Benegas Lynch padre e hijo); y mi emigración a los Estados Unidos.
P.- ¿Por qué emigró?
R.- Llegando a los treinta años de edad, sabiendo lo difícil o imposible que era tener ingresos suficientes trabajando a tiempo completo en defensa de la libertad, empecé a prepararme para hacer una carrera en el mundo de las inversiones. Pero allí vino ese otro elemento que influye en nuestras acciones: la providencia. Mientras estaba estudiando para mi doctorado y escribiendo la primera versión de mi libro sobre las raíces cristianas de la libertad, conocí a mi mujer. Como ella es estadounidense y no contemplaba vivir en Argentina emigré a EE.UU. La generosidad y el apoyo de personas como Antony Fisher me abrieron campo y pude dedicarme a este campo. En cierta forma lo más lindo de mi vida, mi familia y mis amigos por todo el mundo, fueron fruto de mi labor por la libertad. Para mí el trabajo es reconfortante y es como rezar, y que mejor que rezar y trabajar por la verdadera libertad.
Este premio me da nueva energía y es especialmente reconfortante porque conocí personalmente a varios de los ganadores del premio y admiro enormemente la trayectoria y legado de su primer ganador, Ronald Reagan. Entre los que conozco y conocí están Lee Edwards, Otto Reich, Mary O’Grady, Jeane Kirkpatrick, y en menos ocasiones a Donald Rumsfeld, Frank Wolf, Jack Kempy y William Buckley.
P.- El liberalismo es asociado frecuentemente y casi de manera exclusiva a un modo de enfocar la economía contrapuesto a planteamientos estatistas y/o dirigistas que constriñen, limitan o aplastan, incluso, la libertad de mercado. ¿Es éste un debate superado? ¿Ha avanzado o retrocedido el liberalismo en el ámbito de la política, la cultura y el pensamiento?
R.- En la política, vemos que cada vez existen menos partidos autodenominados liberales. Aquellos que se llaman liberales rara vez lo son o, si lo son, son más bien clubes de discusión que no captan más que el 1% de los votos. El juego democrático, el cambio de gobierno por votación popular ha sido un aspecto del liberalismo, allí se ha avanzado. Existen hoy menos dictaduras que hace cincuenta años.
Pero quizás más importante para el liberalismo es que se entienda el concepto republicano de la importancia de la división del poder; en este terreno, creo que en muchos países se ha retrocedido.
En el campo de la cultura vemos un gran avance en el respeto de muchas libertades. En forma paradójica, esfuerzos burocráticos por imponer diversidad cultural están llevando en algunos casos a ataques en contra de la libertad religiosa y la libertad de conciencia.
No me cabe duda que en el campo del pensamiento, al menos en la cantidad de personas que estudian y promueven el liberalismo, hay un crecimiento. Pero este avance no se ha dado tanto en la calidad de los argumentos. Los liberales de hoy siguen refiriéndose a los grandes padres liberales del pasado, Bastiat, Smith, Mises, Hayek, Rand, y Friedman. Recuerdo que cuando tenía dieciocho y diecinueve años, iba a las librerías de Buenos Aires y preguntaba sobre donde podía encontrar libros liberales. Me miraban con cara rara y en tono de sorna me decían: 'Tiene Usted que buscar en el área de paleontología'. Ahora la situación es bastante mejor.
P.- No son pocos los que piensan que el liberalismo hunde sus raíces en valores propios del cristianismo y la cultura occidental: la democracia, la dignidad de la persona, la solidaridad, la justicia y el estado de derecho. Pero también desde doctrinas opuestas se invocan los mismos principios. Liberalismo o socialismo: ¿sigue vigente este debate en el mundo de hoy?
R.- Si definimos al socialismo como el sistema económico basado en la propiedad estatal de los medios de producción, son pocas las personas y mucho menos los países que tienen ese socialismo como modelo.
El liberalismo también tiene sus desafíos. Hemos visto que, durante el siglo XX, el capitalismo, entendido como el sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción, empieza a reemplazar al liberalismo, como la idea fuerza que le hace frente al socialismo extremo.
Aunque tengo mis cuestionamientos sobre su metodología, me parece aterrador que Hong Kong -que lidera los rankings en libertad económica-, apareció como el líder en el índice de crony capitalism elaborado por la revista The Economist.
Marx, Lenin y Stalin quizás se sentirían en casa en Corea del Norte, pero se sentirían cuestionados y confundidos por la China 'comunista' de hoy. Los partidos socialistas de muchos países, especialmente los europeos, les parecerían como cuasi capitalistas o capitalistas 'light'.
Si vemos algunos de los temas más discutidos en la política económica de EE.UU., como la salud, la inmigración y la defensa, los debates no pasan por liberalismo versus socialismo, sino sobre eficiencia económica y poder político y, a veces, como excepción, como cuestión de derechos humanos.
Aunque en algunos sectores de la juventud el debate puede ser socialismo versus liberalismo, la lucha actual me parece más una lucha entre corporativismos, o cronyism, de 'izquierda' y corporativismos de 'derecha'. O entre capitalismo de amigos versus socialismo de amigos.
P.- Sobre la extraordinaria y constante revolución que vivimos en el ámbito de la comunicación, la información y las nuevas tecnologías: ¿Son un peligro o una oportunidad para la libertad? ¿Es posible un 'Gran Hermano' que todo lo sabe y todo lo controla?
Las nuevas tecnologías han ayudado y seguirán ayudando a crear mucha riqueza, pero no será automático. Las tecnologías, así como los bienes materiales, pueden usarse para el bien o para el mal. Hubo épocas, como en los setenta, que analistas pronosticaron que las nuevas tecnologías de computación nos llevarían a un mayor socialismo. Pero estas tecnologías también pueden ser usadas para hacer más difícil escaparse de políticas tiránicas, tanto en el campo económico como en los derechos civiles.
Gracias a la libertad, siempre existirán esfuerzos difíciles de monitorear y controlar por el estado, pero algunos gobiernos tienen muchos medios a su disposición. En el momento que se crea algo como Bitcoin, las agencias gubernamentales comienzan a trabajar para encontrar la forma de monitorear su uso. El tema no es simple. Cómo otros ganadores del premio Walter Judd, creo haberme ganado una reputación como amante de la libertad. Sin embargo, en mi caso personal, yo le dí toda mi información al gobierno estadounidense para poder tener trato preferencial y pasar rápidamente los controles de pasaporte y aduaneros. Algún día quizás esto me podría perjudicar, pero en cosas fundamentales, sigo teniendo confianza a gran parte de las instituciones estadounidenses.
P.- Como experto en think tanks, ¿qué retos y oportunidades nacen con las redes sociales y el cambio de modelo de comunicación que suponen?
R.- Hasta ahora, he escrito sobre las ventajas de las redes sociales para los think tanks. Pero también existen desafíos. Las nuevas tecnologías permiten a muchos llegar a miles de personas, unos cuantos miles en Facebook o Twitter. Eso puede llevar a auto engañarnos que estamos ganando. Hoy en día tenemos mucha gente en think tanks que nunca dialogan o dan conferencias a audiencias divididas. Las nuevas tecnologías pueden exacerbar este fenómeno y crear un crecimiento del narcicismo ideológico y político.
Tener impacto en las redes sociales es importante, pero es más importante tener impacto en políticas públicas, y uno no siempre lleva a lo otro.
Los think tanks y esto creo que puede extrapolarse a El Diario Exterior, tienen también el desafío de capturar el talento y el tráfico que generan en las redes sociales sus escritores más famosos.
P.- ¿Cuáles son, a su juicio, los principales retos a los que se enfrenta hoy la libertad y la democracia en el mundo en el ámbito de la política y las relaciones internacionales? ¿Cuáles son hoy sus preocupaciones fundamentales? ¿Venezuela, los separatismos y nacionalismos renovados en Europa, Rusia? ¿El liderazgo de Estados Unidos?
R.- Mi principal preocupación es el creciente predominio de visiones de la persona humana que niegan su libertad o la existencia de valores como la libertad. El crecimiento de ideologías que defienden un totalitarismo relativista o determinismos biológicos, son una amenaza creciente, al igual que los nuevos socialismos. Es posible que ante abusos de estas tendencias veamos reacciones de grupos nacionalistas totalitarios, especialmente en Europa.
Casi todos los países tienen desafíos. En los casos de Venezuela, Europa y los Estados Unidos, los problemas son diversos. Si continúa el modelo del socialismo del siglo XXI, Venezuela será un foco de inestabilidad por dos décadas más.
En Europa me preocupa todo lo que puede llevar a la violencia. Existen frustraciones muy fuertes en grupos étnicos y culturales y algunos argumentos populistas están cobrando mucha fuerza. El nuevo activismo de la Rusia de Putin puede llevar a reacciones necesarias pero que pueden resultar costosas.
En Estados Unidos lo que más me preocupa es la erosión del estado de derecho. Esta se manifiesta en la creciente arbitrariedad del gobierno en temas que afectan a todos como la salud y los impuestos. Asimismo, como describe el libro A Nation of Takers, de Nick Eberstadt, cada vez más gente está dependiendo del Estado.
Desafíos
En la política, los líderes de los países con sociedades civiles más sanas dispuestas a vivir con las reglas, dentro de un estado de derecho, no saben cómo lidiar con los gobiernos de países que abusan del juego democrático para acumular todo el poder y perpetuarse en él.
La crisis del Estado benefactor en algunos países de Europa es otro desafío. Me temo que su crisis no llevará a que sea reemplazado por un sistema más liberal. Uno que ponga mayor énfasis en la responsabilidad personal y familiar. En muchos casos la crisis llevará a un estado benefactor un poco más pequeño pero más corrupto. La familia tradicional ha sido el mejor 'ministerio de bienestar social' y su debilitación lleva a un vacío que agencias gubernamentales seguirán tratando de llenar.
La proliferación de la corrupción en tres cuartas partes del mundo es otro desafío mayúsculo. La proliferación de regulaciones económicas hace tan costoso respetar la ley que la corrupción se hace más atractiva. Si las regulaciones se ven como más onerosas que la corrupción los inversores estarán más dispuestos a invertir en países corruptos. En una escala de 1 a 10, donde 10 es lo mejor, los países BRIC tienen 3.6 en promedio. Estos países, en esta última década, han crecido más que el doble que Europa y Estados Unidos; si esto continúa, el futuro del mundo libre estará en peligro.
P.- Evocando la personalidad de Walter Judd y su propia trayectoria de tantos años exitosos al frente de la Fundación Atlas y otros think tanks, ¿existen hoy en el mundo líderes políticos, a los que se les pueda calificar de 'pioneros' de la libertad?
Creo que aquí asistimos a un déficit, sobre todo si nos enfocamos sólo en los políticos. Existen algunos referentes que, a mi juicio, hacen política de alto vuelo desde fuera de la actividad partidaria. Mario Vargas Llosa es, para mí, un gran ejemplo positivo. Con enorme generosidad dedica gran parte de su tiempo a esfuerzos que tienen implicancia política. Garry Kasparov también trabaja en forma inteligente para la libertad.
Más cerca de la política, los ex-presidentes José María Aznar y Vaclav Klaus dedican esfuerzos en haras de la libertad en diversos campos. De los presidentes y primer ministros actuales tengo esperanza en Stephen Harper, primer ministro de Canada. Aspiro a que cuando termine su mandato se convierta en un actor más importante a nivel global.
P.- El Diario Exterior es un medio digital privado de información, análisis y opinión que nació, hace ya 11 años, con la idea de difundir los valores y fundamentos de la sociedad abierta, el gobierno limitado, la paz, el progreso y la cooperación internacional en todos los ámbitos y para promover a las personas que se ocupan de ello, fundamentalmente en América y Europa. ¿Cree que tiene sentido nuestro trabajo? ¿Cómo podemos mejorar? ¿Qué les diría a las más de 30 mil personas que nos visitan diariamente?
R.- Vengo siguiendo al Diario Exterior y analizando una parte de su mercado: aquella que coincide con la labor de algunos think tanks. A los lectores les digo que sigan apoyándolo, El Diario Exterior presenta análisis serios de temas que los medios tradicionales suelen ignorar.
Para crecer aún más, les recomiendo que realicen un trabajo de investigación profunda cada tres meses. Ahora que tienen un tráfico de 30 mil visitantes diarios, deberían hacer un esfuerzo para desarrollar un plan de consolidación de El Diario Exterior como empresa. La tercera recomendación, que se la he hecho a muchos otros, es que el medio utilice su red de estupendos contactos y amigos en el exterior para ser fuente de noticias, lo que se llama 'greennews'. En lugar de depender de las actuales agencias de noticias, convertirse en una agencia.
Publicado originalmente en El Diario Exterior
Publicado originalmente en El Diario Exterior