¿Efectuará Brasil un violento giro hacia la 'Avenida del ALBA'?
Tras una campaña sucia y de corte divisionista, la presidente Dilma Rousseff -del izquierdista Partido...
Tras una campaña sucia y de corte divisionista, la presidente Dilma Rousseff -del izquierdista Partido de los Trabajadores de Brasil, PT- fue reelegida para un segundo período, en lo que retornó un reñido resultado la pasada semana. Obtuvo la victoria frente al oponente conservador Aécio Neves (con apenas el 51.6% de los votos).
En apariencia, la presidente Rousseff (de 66 años de edad, y antigua guerrillera marxista) se las arregló para convencer a una mayoría de votantes brasileños de hacer la vista gorda ante el legado de su primer período, a base de recesión, inflación, cuentas públicas opacas, una creciente deuda pública, y unas sombrías perspectivas en la capacidad crediticia del Brasil, así como también dejando pasar de largo un extendido escándalo que involucra sobornos y lavado de dinero en Petrobras, la compañía petrolera estatal.
Conforme lo escribiera Mary O’Grady en The Wall Street Journal, Rousseff administró una campaña antimercado y en pro del Estado de Bienestar que apeló a la dependencia de los votantes del norte frente al gobierno; en tal región, un gran número de personas participó de programas subsidiados tales como la 'Bolsa Família'.
La caída de Brasil en las calificaciones del Indice de Libertad Económica -publicado entre la Fundación Heritage en Washington, D.C. y el matutino The Wall Street Journal- remite a otro reflejo del legado de Rousseff y su primer período presidencial. Tal como lo reporta el Indice, el sistema judicial de la nación sudamericana es ineficiente, y se muestra sujeto a la influencia política. Y el voraz apetito del gasto a nivel local, estatal y federal está llevándose más de un tercio del PBI brasileño. Los impuestos recolectados para financiar aquellos gastos -cerca de 90 gravámenes separados por cada apartado- están cayendo con desproporcionada dureza sobre la clase media, en forma de impuestos al consumo.
Todavía más preocupantes que las políticas estatistas de la presidente reelecta, son los intentos preelectorales de Rousseff y del PT para apuntalar el respaldo de su base izquierdista, al proponerse la creación de concejos 'populares', que podrían subvertir las instituciones democráticas del Brasil.
En Bloomberg View, el periodista Mac Margolis informó que el edicto de nueve páginas de la Política Nacional para la Participación Popular (u orden ejecutiva número 8243, que convoca a la 'participación popular' en políticas públicas) parecen basarse en el libreto de Hugo Chávez. El desaparecido líder venezolano empleó su movimiento bolivariano ALBA a criterio de promocionar 'misiones' sociales al estilo cubano y prometió -falsamente- proporcionar mejor asistencia en materia de salud, seguridad, y justicia para los ciudadanos más pobres. Conforme apunta Margolis, aquellos venezolanos caídos en la pobreza 'no recibieron nada, mientras que Chávez ganó comando y control'.
Ahora, Margolis teme que Rousseff y el PT 'empuñen el vocabulario democrático para destriparlo', también en Brasil. Así es como el idioma de los 'Concejos Populares' suena: ideado para 'fortalecer y articular los mecanismos y niveles del diálogo democrático' y promocionar 'acciones conjuntas' entre la administración federal y la 'sociedad civil'.
A Mary O’Grady, de The Wall Street Journal, le preocupa el 'daño que el PT podría acometer en perjuicio de las instituciones y del Estado de Derecho durante otros 48 meses', si estos concejos populares alejaran al país de la democracia representativa. Un hombre de negocios de origan brasileño comentó a O' Grady: 'Estamos notando, poco a poco, una tendencia a copiar a la Argentina, a Bolivia y a Ecuador. La tendencia consiste en reducir la democracia'.
Andrés Oppenheimer, columnista del Miami Herald, también se ha mostrado preocupado. El observa que la política exterior de Rousseff está siendo administrada por el ala izquierdista del Partido de los Trabajadores, que prioriza la alianza ideológica de Brasil con Venezuela, la Argentina, y otras naciones vecinas controladas por la izquierda, antes que en mejorar las relaciones con Washington. Y que no es probable que esto se vea modificado en el corto plazo.
Aún cuando es probable que Marco Aurélio Garcia -antiguo consejero de política exterior tanto del ex presidente Luiz Inacio 'Lula' Da Silva y de la Señora Rousseff, y arquitecto de la política de Brasilia para América del Sur- se retire, hay una abundante cantidad de jóvenes ideólogos del PT dispuestos a reemplazarlo.
Mary O’Grady califica a semejante escenario como bastante 'sombrío' para cualquier persona que haya estudiado Historia:
Tal como lo observara el filósofo político David Hume en el siglo XVIII, 'Es raro que la libertad, en cualesquiera de sus formas, se pierda toda de una sola vez'. Hoy, la Señora Rousseff es una dirigente política que ha ganado una elección. Pero, algún día, los brasileños aprenderán que el sistema de partido único y el poder depositado indefinidamente en una sola persona son los planes reales del PT a largo plazo.
Muchos de los vecinos de Brasil se han permitido caer bajo el embrujo del canto de sirena del excepcional camino latinoamericano hacia la servidumbre -llamémosle 'Avenida del ALBA'. ¿Será Brasil el próximo país en efectuar un violento giro hacia la izquierda?
Traducción al español: Matías E. Ruiz | Artículo original en inglés, en http://dailysignal.com/2014/10/31/will-brazil-take-hard-left-turn-alba-avenue/
Es Analista en temáticas de Libertad Económica y Crecimiento en el Centro para Comercio Internacional y Economía (CITE). Responsable de tareas de investigación, desarrollo y análisis del Indice de Libertad Económica (desarrollado en conjunto entre la Fundación Heritage y The Wall Street Journal). Sirvió durante 25 años en el Departamento de Estado, desempeñándose en el servicio exterior en las embajadas de los Estados Unidos en México, Portugal, Francia, Panamá y Haití.