Ucrania intenta dejar atrás su pasado soviético
El pasado jueves, el parlamento ucraniano aprobó una ley a criterio de renombrar...
Kiev, Ucrania—El pasado jueves, el parlamento ucraniano aprobó una ley a criterio de renombrar la Gran Guerra Patriótica como Segunda Guerra Mundial, subrayando la necesidad -de parte del gobierno post-revolucionario- de dejar atrás su pasado soviético.
También el mismo jueves, legisladores ucranianos aprobaron una legislación prohibiendo la promoción de símbolos de los 'regímenes totalitarios comunista y nacionalsocialista', así como también una ley que garantiza un status legal especial a veteranos de la 'lucha por la independencia ucraniana' desde 1917 a 1991 (lo que coincide con la existencia de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas).
De acuerdo con medios ucranianos, los símbolos prohibidos en las leyes del jueves incluyen:
'Las banderas, símbolos, imágenes y otros emblemas, que consistan en la combinación de hoz y martillo; martillo, hoz y estrella de cinco puntas; arado, martillo y estrella de cinco puntas'.
'Las imágenes de los eslóganes del Partido Comunista, las citas de individuos, que mantuvieron posiciones de importancia en el Partido Comunista (con excepción de las citas relativas al desarrollo de la ciencia y la cultura ucraniana)'.
'Los himnos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y de la República Socialista Soviética de Ucrania, así como también los que se correspondan a otras repúblicas soviéticas o uniones'.
Los proyectos del miércoles pusieron la mira en lo que algunos legisladores califican como 'clichés soviéticos', en tanto describieron a Ucrania como una víctima tanto de la Alemania Nazi como de la Rusia soviética.
'Durante la conmemoración de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, es necesario cancelar el uso de símbolos soviéticos', afirmó Volodymyr Viatrovych, a cargo del Instituto Nacional de la Memoria de Ucrania, en una entrevista con el canal de noticias ucraniano UNIAN.
El abandono del legado soviético de Ucrania ha puesto de cabeza las maneras de pensar de décadas de ciudadanos ucranianos que crecieron en tiempos de la ex URSS. 'A lo largo del año pasado, hemos llevado a cabo una reversión mental completa', dijo Evgeny Oksanichenko, de sesenta años de edad, administrador de una fábrica en la ciudad de Mariupol y antiguo miembro del Partido Comunista.
'Durante décadas, se nos enseñó que Rusia nos protegería', dijo. 'Ahora, entendemos que la verdad es exactamente la opuesta'.
La decisión de Kiev de remover la Gran Guerra Patriótica del léxico nacional sobreviene un mes previo a que Moscú oficie de anfitrión para líderes mundiales el 9 de mayo próximo, con el objetivo de celebrar el septuagésimo aniversario de la rendición de la Alemania Nazi. El cambio de nombres representa un retroceso simbólico contra la narrativa soviética que versa que las naciones dentro del espectro de la URSS se unieron en pos de la defensa común de la patria, tras la invasión nazi de junio de 1941.
Rápidamente, Moscú criticó la maniobra ucraniana.
'Lo único que puede lamentarse es que las decisiones y expresiones, compartidas semanas previo al aniversario del Día de la Victoria hará que muchos veteranos lleguen al feriado con lágrimas en sus ojos. Y me refiero a los veteranos de la Gran Guerra Patriótica', declaró a periodistas el pasado jueves Dmitry Peskov, secretario de Prensa de la presidencia de Rusia -de acuerdo a la agencia moscovita TASS.
Asimismo, muchos ucranianos recuerdan otros padecimientos históricos, como la hambruna ucraniana de 1932 y 1933, en la que un aproximado de siete millones de ucraninos perecieron de hambre a consecuencia del programa de granjas colectivistas de Stalin; se esgrime este episodio como justificación para depurar el legado soviético.
Sin embargo, funcionarios rusos acusan a legisladores ucranianos de distorsionar la Historia. El miércoles, un diplomático ruso de primer nivel replicó a un legislador ucraniano que se refirió a Rusia como una 'nación agresora' en la Segunda Guerra Mundial.
'Ellos falsifican la Historia de manera abyecta, empañan la historia de la guerra, proyectando una sombra sobre la Gran Victoria del pueblo soviético, que signó una contribución decisiva a la lucha contra el nazismo', declaró Konstantin Dolgov, Comisionado ruso de Relaciones Exteriores para los Derechos Humanos, la Democracia y el Estado de Derecho, reportó TASS.
Los recientes interdictos entre Kiev y Moscú incluso subrayan el modo en que la Segunda Guerra Mundial continúa siendo parte del actual conflicto en Ucrania. Casi setenta años después, las líneas fronterizas de la ideología siguen en control del fuego de la propaganda, en ambas direcciones.
La propaganda rusa y la ejecutada por los combatientes separatistas respaldados por Moscú en Ucrania tienen por costumbre calificar al gobierno post-revolucionario de Kiev como neonazi y neofacista.
'Ninguno de esos neonazis, seguidores de Bandera, y otros ultranacionalistas han sido castigados y convocados a rendir cuentas', declaró Dolgov el miércoles (TASS). 'Todo este desbarajuste neonazi ha tenido lugar bajo la connivencia y el respaldo de las autoridades ucranianas, e incluso ha sido fogoneado por ciertos círculos políticos en Occidente'.
Mientras tanto, en Kiev, vendedores callejeros comercian pinturas y rollos de papel higiénico con el rostro del presidente ruso Vladimir Putin, portando un bigote al estilo Hitler. Calcomanías de banderas rusas con la cruz esvástica en el centro son comunes en la Plaza de la Independencia de Kiev (Plaza del Maidán).
Los espectros políticos y de opinión occidentales suelen comparar el avance territorial de Putin en antiguos Estados soviéticos con la anexión ejecutada por Adolf Hitler en perjuicio de las Sudetes, previo a la Segunda Guerra Mundial.
El legado de la guerra también se hace evidente en el campo de batalla. Numerosos batallones de voluntarios civiles pro-ucranianos han resucitado símbolos y banderas de grupos de partisanos ucranianos que combatieron tanto a los nazis como a las tropas soviéticas durante el conflicto.
El debate sobre la guerra también revela las cicatrices remanentes de un conflicto que exterminó a un aproximado de 26 millones de personas en la Unión Soviética. En otro evento relacionado con la Segunda Guerra el miércoles, el presidente ucraniano Petro Poroshenko se reunió con su par polaco, el presidente Bronislaw Komorowski, en un cónclave en Varsovia, con miras a recordar a las víctimas del totalitarismo.
'Dios nos perdone si volvemos a ver una nueva Babyn Yar, una Bykivnia, una Katyn, o algún nuevo Holocausto o un Holodomor', declaró Poroshenko, en referencia a las atrocidades nazi y soviéticas de instancias previas y posteriores a la guerra -de acuerdo a informes de medios ucranianos.
'Anschluss, anexión, ocupación -nuestro vecino oriental acaba de retrotraer nuestra memoria a esos episodios', agregó.
El autor es ex piloto de operaciones especiales y veterano de Irak y Afganistán. Oficia de corresponsal para la web The Daily Signal (Washington, D.C., Estados Unidos) en Ucrania.